Con mayoría de pibes, Gimnasia dio pelea en la despedida de una temporada digna de aplaudir

El emotivo duelo ante Zárate significó el final del camino para Gimnasia en su temporada de inserción en el Federal y seguramente este cuadrangular de Pergamino no dejará el mejor de los recuerdos por las derrotas, la eliminación en semifinales y porque el equipo no terminó de reencontrarse con ese juego que supo mostrar en las eliminatorias anteriores. La falta de ritmo post casos de covid y enfrentar a rivales de jerarquía son atenuantes válidos, si es que hace falta entrar en el innecesario juego de buscar excusas. También dejará esa imagen final con los pibes brindando hasta lo último en la lucha ante el ganador del grupo.

Pero la mirada debe ser retrospectiva y ubicarse meses atrás, en la que mientras apenas se podía entrenar sin contacto y jugar al básquet parecía sólo un sueño, la subcomisión encabezada por Mariano Sáenz apostó por una ilusión en una movida rápida de reflejos, con el entusiasmo del entrenador Mariano Junco y el apoyo de la dirigencia del club. En tiempos de pura incertidumbre, en los que el protocolo y la sensatez recetaban cautela, se la jugaron por aprovechar la oportunidad de sumarse a la tercera categoría nacional, algo que también hicieron en la zona Náutico y Timbúes, con esfuerzo y valentía para la ocasión.

Gimnasia apostó a refuerzos de experiencia para potenciar a los más jóvenes y dio el golpe al sumar a Rodrigo Gallegos como recambio, lo que lo ayudó a meterse entre los mejores de la etapa clasificatoria y a protagonizar dos cuadrangulares de postemporada que generaron expectativa. Mientras se pudo tener público, el apoyo fue a tope de lo permitido y cuando no se pudo tener público el seguimiento por streaming fue muy importante. El equipo reunió a jugadores representativos de varios clubes y se ganó la simpatía y buenos deseos de la inmensa mayoría, así como también mostró buen juego y regaló emoción.

Mientras afuera se trabajó a pleno para gestionar una estructura acorde a las necesidades, adentro el plantel y cuerpo técnico devolvieron empatía e identificación. Pertenencia, en este caso no a la camiseta, sino al proyecto y sus intérpretes, algo que no se logra sólo con dinero o buenas intenciones, sino con actitudes que muestren el ejemplo. Ser profesional y serio es una construcción diaria, no un discurso para repetir.

Desde lo deportivo poco habrá también para recriminarse, porque el equipo se fue superando y por momentos dio la impresión de jugar al máximo de sus posibilidades ante rivales importantes, armados para lograr los ascensos. Y a la hora de la derrota en Pergamino, hay que reconocer la superioridad rival, porque la bronca de perder no debe ocultar el panorama completo. Gimnasia estuvo a la altura. Y eso vale.

El último duelo

Sin Gallegos, Borsellino, Fernández ni Yanson, Gimnasia apostó en la despedida a darle minutos a los jóvenes y más allá de tenerla difícil ante Zárate, los chicos respondieron. Más allá de que los ganadores del grupo tomaron rápida ventaja, los pibes de Gimnasia ganaron intensidad en defensa y se soltaron en ofensiva para comenzar a arrimarse en el marcador. Chaya con 15 y Traglia con 14 encabezaron la ofensiva del elenco de Junco, que tuvo sus chances en el cierre pero no pudo bancar en defensa a los bonaerenses, que se lo llevaron por 91 a 89 para ganar invictos la zona.

SÍNTESIS

ZÁRATE 91: Nicolás Barrachina 16, Damián Pineda 6, Agustín Brocal 16, Facundo Pascolatt 12, Juan Ignacio Baquero 23 (fi), Thiago Sartor 7, Federico Mora 6, Juan Peralta 2, Lucas Andujar 3. DT: Juan Manuel Anglese.

GIMNASIA 89: Iñaki Sáenz 7, Gregorio Traglia 14, Gastón Fredes 10, Octavio Parizzia 7, Pablo Mécoli 9 (fi), Juan Pablo Evangelista 0, Augusto Capra 9, Agustín Chiana 10, Juan Chaya 15, Santiago Cabaña 5. DT: Mariano Junco.

ESTADIO: Ricardo Dorado Merlo, del club Juventud

PARCIALES: 31/18, 52/40 y 74/64.