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Encuentro internacional

Con fuerte gesto político en favor de Ucrania arrancó el Festival Internacional de Cine de Cannes

Una sorpresa para los presentes fue el inesperado discurso en vivo desde su país por parte del presidente ucraniano Volodimir Zelenski que se transmitió en la pantalla del Gran Teatro Lumiere para repudiar la invasión rusa que comenzó el pasado 24 de febrero


Con un fuerte gesto político hacia Ucrania, con un discurso en vivo desde su país por parte del presidente Volodimir Zelenski que se transmitió en la pantalla del Gran Teatro Lumiere para repudiar la invasión rusa comenzada el pasado 24 de febrero, el Festival de Cannes abrió este martes su 75ª
edición.

Zelenski habló de la libertad del cine pero también de la invasión liderada por el presidente ruso Vladimir Putin, de las muertes, los civiles desahuciados, las torturas, los desplazados de las ciudades sitiadas y la soberanía avasallada de su pueblo.

“Como en aquella época, hoy se libra una batalla por la libertad”, dijo Zelenski en alusión al primer Festival de Cannes, que se llevó a cabo en esa ciudad del sureste de Francia en 1946, apenas un año después de finalizada la Segunda Guerra Mundial.

En una alocución con varias referencias cinematográficas, el presidente ucraniano mencionó a Charles Chaplin y su film El gran dictador, una sátira contra el nazismo y Adolf Hitler.

“Necesitamos a un nuevo Chaplin que demuestre que el cine no está mudo”, dijo. Y enseguida se preguntó: ¿Permanecerá callado o alzará la voz? ¿Puede el cine quedarse al margen de esto?”, al tiempo que concluyó afirmando que “el odio acabará desapareciendo, los dictadores morirán”.

Antes de esa intervención sorpresiva que dejó helada a la platea del máximo auditorio de Cannes y marcó la posición del festival respecto del conflicto bélico que sacude a Europa, la alfombra roja del encuentro que de este modo volvió a la presencialidad plena había recuperado sus brillos habituales después de dos años de pandemia, con flashes a repetición, sedas, transparencias, vestidos con miriñaques, sacos, moños, corbatas, joyas, volados y grandes personalidades del cine francés y mundial.

Con el mar Mediterráneo de fondo, música pop y electrónica y DJ, las figuras del cine volvieron a Cannes este año para recuperar la ceremonia del séptimo arte, el glamour y los negocios del entretenimiento cinematográfico, una de las ruedas que hacen girar al mundo.

La actriz norteamericana Julianne Moore, que fue la encargada de dejar oficialmente inaugurada esta edición de Cannes, fue una de las más requeridas en la pasarela por la que desfiló con un escotado vestido negro de encaje y amplia caída y gargantilla de plata coronada por una esmeralda en el medio como accesorio.

La franco argentina Berenice Bejó, protagonista del film de apertura, The Final Cut, y esposa de su director, Michel Hazanavicius, fue otra de las atracciones de la Croisette con un vestido fucsia con brillos, ceñido arriba, con los hombros al aire y que remató en un par de pantalones, luciendo el pelo recogido con rodete y dos aros plateados que simulaban dos plumas.

Tampoco pasó desapercibida la muy bella Eva Longoria, vestida con transparencias negras y tules bordados, gargantilla negra con una piedra brillante, vestido con cola y la espalda al aire.

La francesa Lea Seydoux, que protagoniza la última película de David Cronenberg Crimes of the Future, en competencia por la Palma de Oro y donde encabeza elenco con Viggo Mortenesen, y una Rossy de Palma toda de negro, con pollera muy corta, saco, y grandes anteojos, que es la presidenta del jurado de la Cámara de Oro que premia la mejor ópera prima de todo el certamen, también tuvieron sus flashes, aplausos y sonrisas en las escalinatas de la gran sala Lumiere, donde se realizan los principales eventos de la muestra y se desarrolló la gala de apertura.

Por el lado de los hombres, un canoso Toni Servillo, el gran actor napolitano conocido por La grande belleza, con saco y moño que viene a acompañar la premiere mundial del film Esterno Notte, de Marco Bellocchio sobre el secuestro y asesinato del ex premier italiano Aldo Moro, y donde interpreta al Papa Paulo VI, y el inmenso Forrest Whitaker, que recibió la primera ovación de la gala con todo el teatro Lumiere de pie al recibir la Palma de Oro Honorífica, estuvieron entre los más destacados.

También se vio en la Croissette al actor francés Vincent Lyndon, presidente del Jurado de la Competencia Oficial, al realizador franco argelino Tony Gatlif, figura popular en Francia, a Marco Bellocchio, de jóvenes 82 años, al realizador iraní Asghar Farhadi y al director artístico del certamen, una figura más en el universo de figuras, Thierry Fremaux.

Dentro del teatro Lumiere se asistió primero al premio a Whitaker, de quien se proyectaron imágenes de sus innumerables y, en algunos casos, notables películas, que volvió a Cannes 34 años después de haber recibido el premio al mejor actor por su gran interpretación del saxofonista Charly Parker en el film Bird, de Clint Eastwood.

Whitaker, que recibió el galardón del presidente del Festival, Pierre Lescure, que con esta edición deja su cargo, puso de pie a todo el auditorio del teatro Lumiere y agradeció la distinción.

En esta edición, Cannes presenta una interesante y diversa competencia por la Palma de Oro, con varios viejos conocidos y realizadores en la cúspide de su creatividad como el nórdico Ruben Ostlund, pero trae también, como una de sus marcas, figuras de renombre ligadas a Hollywood.

El más notorio es Tom Cruise que llega por estas horas para la premiere mundial de Top Gun: Maverick, 36 años después de la precuela que lo lanzara al estrellato mundial, en una jugada pensada también como una estupenda plataforma de lanzamiento del film que la semana próxima llegará a las salas de todo el mundo.

También Tom Hanks, que protagoniza al polémico Coronel Tom Parker en la biopic Elvis sobre el cantante que murió en Memphis y revolucionó la cultura global con un pop “escandaloso” y sensual que dio origen al rock, estará en Cannes.

Julianne Moore dijo las mágicas palabras “Cannes is open”, para que formalmente quedara abierta esta esperada edición y a continuación se proyectó la referida The Final Cut (o Cupez, por su nombre en francés), una comedia negra sobre el rodaje de un film de bajo presupuesto y la aparición de inesperados zombies, en una remake de la película japonesa, que desarrolló Michel Hazanavicius, realizador de El Artista, con el que ganó el Oscar a la mejor película en 2012 y que tuvo su premiere mundial en mayo de 2011 precisamente en Cannes.

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