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Con el miedo como motor

La talentosa y popular actriz Valeria Bertucelli dio detalles de “La reina del miedo”, película que escribió, dirigió y protagonizó y que fue estrenada y premiada en la última edición del Festival de Cine Independiente de Sundance, en Estados Unidos.


Tras haber obtenido un galardón especial en el marco de la última edición del Festival Internacional de Cine Independiente de Sundance, en Estados Unidos, el film La reina del miedo, guionado, protagonizado y dirigido por la actriz Valeria Bertucelli, llegará mañana a las salas de los complejos de cine locales.

Codirigida junto a Fabiana Tiscornia, la primera película de Bertucelli tuvo como punto de partida el miedo, un sentimiento angustiante que así como puede aterrar y paralizar a una persona, también la puede movilizar y generar en ella una transformación, haciéndole conocer una fuerza interna que no sabía que tenía o podía desplegar. “Cuando era muy chica, era bastante miedosa, y mi viejo siempre me decía que el valiente no es aquel que no tiene miedo sino el que lo tiene y lo supera. Esa frase fue bastante inspiradora para mí a la hora de hacer esta película”, recordó la actriz y realizadora en una entrevista con la agencia de noticias Télam.

En La reina del miedo, Bertucelli encarna a una famosa actriz atravesada por una profunda crisis existencial, que parece tenerle miedo a todo, pero más especialmente a tomar una decisión trascendental en su vida: abandonarlo todo para emprender un nuevo camino o recorrido.

Con un elenco que completan Diego Velázquez, Sary López, Mercedes Scápola, Gabriel Goity y Darío Grandinetti, el film, que tiene como coproductor nada menos que a Marcelo Tinelli, describe el difícil momento personal de Robertina, famosa actriz que a pocos días del esperado estreno de su unipersonal, no logra concentrarse y vive en un estado de distracción y ansiedad constantes.

“Me gustaba la idea del miedo como motor, porque así como puede paralizarte también puede sacar de vos una fuerza que no sabías que tenías. Y entonces, por consiguiente, puede ser también transformador. Me gustó que Robertina sea un personaje que se transforma a partir del miedo, que tenga que sacar algo de ella que ni ella misma sabe que tiene”, explicó Bertucelli.

“Ella está sufriendo una crisis existencial –agregó–, una angustia que la hace sentir que en su vida hay algo que no está pasando con profundidad, como si estuviera desconectada de su entorno y no pudiera poner un orden de prioridades ni ver qué es más o menos importante. Es la sensación de no saber porque dejamos lo importante para más adelante y eso nunca llega, porque lo más inmediato es lo que está siempre primero. La película registra su proceso interior para tratar de detener esa bola de nieve”.

Cambio de rumbo

En la trama, Robertina siente el peso de la típica frase que dice que “el show debe continuar”, aunque sabe que para ella no hay ningún show que valga la pena sostener. “Ella entiende al final que todo lo que creemos que es importante y va a ser tremendo dejarlo, finalmente no es tan tremendo. Lo que le cuesta es no poder decir que de verdad no puede ni quiere estar más en ese lugar incómodo del cual se quiere apartar”, ahondó la realizadora.

En la trama, un amigo muy enfermo le abre los ojos, la posible muerte de un ser querido la hace pensar que “realmente nada es tan importante”.

“Cada vez que te pasa algo así en la vida, recordás que las cosas no son tan graves y sin embargo te lo olvidás a los dos minutos y otra vez empezás a darle importancia a cosas que no la tienen”, se sinceró la autora.

“Creo que siempre nos cuesta recordar o tener en claro qué es lo importante o por lo que realmente vale la pena vivir”, agregó.

Acerca del guión

La reina del miedo comenzó con un proceso de autoexploración en el que Bertucelli se observó a sí misma en situaciones que le daban miedo. “Y eso me dio risa”, confesó. Se dijo entonces: “«Qué ridículo lo que hago cuando tengo miedo». En algunos momentos, cuando escribía, se me iba todo para el lado de la comedia. Y decidí parar de actuar un tiempo y ponerme a escribir. Agarré esas ideas y me junté con mi amigo Pablo Solarz (también director y guionista), que tuvo un gesto muy generoso: me pidió que le contará la película de punta a punta, me escuchó y me dijo que lo único que tenía que hacer era bajarla al papel. Era tanto lo que tenía en la cabeza que en ese momento empecé a escribir sin parar”.

Acerca de la dirección

Desde el primer momento, Bertucelli sabía que iba a ser la directora del film. “La imaginaba como una película muy chica, aunque después creció un poco. No me daba miedo porque la pensé desde el lugar de la autogestión, algo que yo hago hace mil años, cuando escribía y realizaba mis propias cosas. Y entonces apelé a aquella valentía, sin pensar demasiado si podía o no hacerla”, contó la actriz. Y rememorando la experiencia confesó: “El rodaje me enseñó muchísimas cosas desde muchos lugares diferentes. Fue muy raro porque con Fabiana estábamos muy nerviosas las dos, pero al mismo tiempo no parábamos de reírnos. Siento sobre todo que tuve un gesto amoroso conmigo misma al darme un voto de confianza y elegir lo mío antes que otras ofertas, a pesar de que eran muy buenas”.

“Me hizo muy bien, porque me ayudó a confiar más en mí. Disfruté mucho del proceso. Me ayudó mucho ser la protagonista para poder dirigir a los actores mientras actuaba. Entendimos que esa debía ser nuestra dinámica de trabajo”, agregó.

Entre comedia y drama

El film es producido por Rei Cine y Patagonik, en coproducción con Marcelo Tinelli, y cuenta con música original de Vicentico, marido de Bertucelli. “¿Comedia?, ¿terror?, es muy bueno que se vea como una comedia, eso me alegra. Nunca me tentó la idea del terror. El miedo debía ser mucho más absurdo y siniestro, en el sentido de que algo cotidiano, en dos minutos puede transformarse en algo desconocido y aterrador. La película tenía más que ver con algo real observado por alguien que está muy sugestionado”, concluyó.