Rebeldes respaldados por fuerzas aéreas occidentales recapturaron el control de la ciudad estratégica de Adyabiya en el este de Libia y obligaron a las fuerzas del régimen de Muamar Gadafi a replegarse. El triunfo despertó la euforia de los insurgentes y algunos civiles de la zona que se lanzaron a festejaron sobre los tanques.
Combatientes rebeldes bailaron sobre tanques, ondearon banderas y dispararon al aire desde edificios llenos de marcas de balas, luego de una batalla que sugirió que el viento está jugando en contra para las fuerzas de Gadafi en el este.
Capturar Adyabiya es una importante victoria para los rebeldes, después de dos semanas resistiendo en batalla.
También había señales de intensos enfrentamientos en la entrada occidental, la última parte de la ciudad que estaba bajo el control de las tropas del Gobierno. Antes, las fuerzas de Gadafi, mejor armadas, detuvieron un avance rebelde cerca del mayor terminal exportador de crudo, Ras Lanuf, y los replegó a su bastión de Bengasi hasta que las potencias de Occidente atacaron las posiciones del Gobierno por aire y mar. Los ataques aéreos sobre Adyabiya parecieron ser decisivos.
Por otra parte, la Unión Africana dijo que estaba planeando facilitar conversaciones para ayudar a terminar con la guerra, pero la OTAN sostuvo que su operación podría durar tres meses y Francia indicó que el conflicto no acabaría pronto.
En tanto, en EE.UU, una portavoz militar señaló que la coalición disparó 16 misiles cruceros Tomahawk y voló 153 misiones en las últimas 24 horas contra la artillería, las fuerzas mecanizadas y la infraestructura de comando y control de Gaddafi.
Los gobiernos occidentales esperan que las incursiones, iniciadas hace una semana con el objetivo de proteger a los civiles cambien el equilibrio de poder a favor de las manifestaciones más violentas del mundo árabe.
Mientras, en la ciudad occidental de Misrata, las fuerzas oficiales renovaron la embestida contra insurgentes y civiles. Un residente dijo la ofensiva de las tropas de Gadafi dejó una cifra de muertos que llega a 115 personas.
El ejército del régimen bombardeó una zona de las afueras de la ciudad, causando la muerte de seis personas, incluyendo tres niños. Misrata fue escenario de la lucha más encarnizada entre rebeldes y las tropas del Gobierno desde que se inició la revuelta el 16 de febrero.
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