Ciudad

Pipón nipón

La historia de cómo llegó el dulce de leche santafesino a Japón

La firma que nació en Rosario, San Ignacio, confirmó que enviará el producto por segunda vez en dos años. “La clave fue educar al importador”, dijo el director de la empresa, Alejandro Reca


Esta semana desde San Ignacio, la firma que nació en las calles del centro de Rosario, confirmaron el segundo envío de dulce de leche a Japón desde su ingreso al mercado asiático en 2018. Serán tres palets cargados de frascos con el tradicional producto argentino. Desde la empresa dijeron que si bien la cantidad es modesta, significó un logro porque el mercado nipón es muy exigente cuando se trata de dulces. Estará disponible en supermercados de alta gama a lo largo de la isla. Desde la firma también confirmaron que mejoraron las ventas a Israel, entre otros mercados, pero nunca en desmedro de lo que inyectan a las góndolas de Argentina. “La clave fue seguir y educar al importador enviando muestras, la descripción del producto y confiar en lo que hacemos”, explicó a El Ciudadano, el director de San Ignacio, Alejandro Reca.

Misión

A fines de la década del 90 la firma que supo tener su planta en calle 3 de febrero al 500 mudó las operaciones a un campo de Sauce Viejo, a 150 kilómetros al norte de Rosario. Lo hicieron porque entendían que el secreto de una mejor leche era transportarla lo menos posible. Pusieron la planta para estar cerca de los tamberos.

Incluso compraron una nueva planta en la ciudad de Hipatia a 60 kilómetros de la capital provincial. Hace 5 años empresarios de San Ignacio empezaron a viajar a ferias internacionales de la industria alimenticia para ver qué mercados podían conquistar. Desde entonces ofrecen probar productos y dar información a empresarios en ferias europeas y estadounidenses.

En ese tiempo, siempre según cuentan desde la firma santafesina, pasaron de exportar 2% a 15 % de lo que producen anualmente. En 2016 conocieron a un importador japonés y trabaron relaciones que dieron fruto a mitad de 2018. Por primera vez una empresa argentina de dulce de leche entró al mercado nipón. Llevaron 2.400 kilos de dulce de leche envasados en vidrio y con etiqueta en inglés.

“Fue mucho trabajo porque es un mercado muy exigente y tiene normas de importación estrictas. Es un logro”, definió Reca. El envase de vidrio de 450 gramos cuesta unos 100 pesos y en Japón saldrá por el doble, unos 645 yens.

En casa

Según el empresario, los productos de Santa Fe llegan a Chile, Brasil, Perú, Israel, Filipinas y la Unión Europea. De acuerdo con el último informe disponible del Ministerio de Agroindustria de la Nación, en 2016 salieron 3.724 toneladas de dulce de leche, un 3,7 por ciento más que en 2015.

“Nuestros esfuerzos por exportar nunca son en desmedro de lo que damos al mercado interno. Hace tiempo apostamos a abastecer de servicios a las heladerías de Rosario y de Argentina. Queremos avanzar en un dulce de leche que tenga menos calorías y azúcar”, contó Reca y agregó que la intención de la firma es competir en las heladeras de quienes consumen queso crema y queso azul.

Aun así la producción más importante, casi el 80% de lo que hacen en la planta de Sauce Viejo, es el dulce de leche, el clásico argentino creado por error cuando una criada de Juan Manuel de Rosas a fines del siglo XIX se le quemó la lechada, un postre con leche y azúcar, en el fuego.

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