Ciudad

Plurinacional y disidente

¿Cómo fueron y qué pasó en los Encuentros de Mujeres que se hicieron en Rosario?

Este fin de semana se hará la 34° edición en La Plata, que promete ser masiva; se esperan 200 mil participantes. El evento es un semillero de estrategias y organización feminista. La ciudad fue sede tres veces y generó debates vigentes hasta hoy


La edición 34° Encuentro Nacional de Mujeres llega este octubre a la ciudad de La Plata y promete ser el más masivo de la historia, con más de 200 mil participantes. Este año se dará un debate fundamental: el cambio de nombre a Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales y No Binaries. El evento se hace desde 1986 de manera ininterrumpida en distintas ciudades del país en una experiencia inédita de federalismo que lo convirtió en uno de los más importantes de la agenda feminista argentina. Año a año creció en convocatoria y desde el primer Ni Una Menos de junio de 2015 se volvió masivo.

El paso de los encuentros marca un antes y un después para cada una de las ciudades que fueron sede.

También traza las estrategias y genera vínculos de cara a las demandas a nivel nacional y regional. Rosario recibió al encuentro en tres ocasiones, en 1989, 2003 y 2016. Las tres ediciones llegaron en momentos políticos distintos y fueron el semillero de debates que después se tradujeron en conquistas.

La primavera democrática

El encuentro de 1989 fue la cuarta edición. Más de 3 mil participantes se reunieron en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) durante un fin de semana lluvioso de agosto y debatieron en 33 talleres. El evento llegó meses antes del indulto del ex presidente Carlos Menem a los genocidas.

Del taller de Derechos Humanos participaron las Madres de Plaza de Mayo de todo el país. Estuvo Nora Cortiñas y entre todas las participantes redactaron una carta al presidente en la que pidieron que no dicte el indulto.

En plena primavera democrática la discusión por la participación de las mujeres en la política fue clave. Habían pasado casi 40 años de la implementación del voto femenino en 1952 pero la representación de diputadas en el Congreso Nacional había caído paulatinamente de 26 a 3 por ciento. Durante el encuentro se hizo el Foro de Mujeres Políticas con representantes de distintos partidos. Fue el origen del proyecto de cupo femenino y sentó las bases del lobby parlamentario que terminó dos años después con la aprobación de la ley en 1991.

El de 1989 fue el primero en el que se hizo el taller de sexualidad, al que fueron más de 300 personas. Hoy es uno de los más convocantes. Y también fue la primera vez que hicieron una guardería para los hijos y las hijas de las asistentes. Ese año la comisión organizadora consiguió un subsidio de 5 mil dólares del Consejo Mundial de Iglesias que fue destinado a alojamiento de las participantes de otras provincias, que se hospedaron en el Hotel Riviera.

El nacimiento de la marea

El ENM de 2003 quedará en la historia del movimiento feminista argentino como el primero en el que se usó el pañuelo verde para marchar. Los triángulos de tela habían llegado en cajas en manos de las cordobesas de Católicas por el Derecho a Decidir, quienes propusieron usarlo para la movilización de cierre que atravesó avenida Pellegrini y terminó en el Monumento.

Los pañuelos verdes no eran todavía un símbolo de pelea por el aborto legal pero el germen de esa lucha también estaría en Rosario. El ENM de 2003 fue el paso previo a la creación de la Campaña Nacional  por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, formada dos años después en 2005. Lo que generó un cambio radical en la discusión fue que por primera vez se hizo el taller de estrategias por el aborto legal.

El año anterior el encuentro había sido en Salta y tuvo un movimiento de mujeres católicas que iban a los talleres de aborto y anticoncepción a boicotear las discusiones. Para el de Rosario la Comisión Organizadora planteó que era necesario un taller para que se encontraran quienes estaban de acuerdo con la legalización para armar estrategias hacia una ley. “Eso no lo podíamos hacer a los gritos. Para pelear había otros talleres. Al principio quisieron invadirlo y llevaron una escribana pero finalmente logramos hacerlo”, contó Mabel Gabarra, referente feminista de Rosario.

En esa edición también hicieron una asamblea por el derecho al aborto con más de 300 personas y se trazó un plan de lucha nacional que terminó con la entrega en el Congreso del primer proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y una caja con 50 mil firmas de apoyo de todo el país.

El encuentro de 2003 fue también la entrada al movimiento feminista de las mujeres piqueteras, que llegaron después de la crisis de 2001 y las asambleas populares en los barrios que las tuvieron como protagonistas.

También fue la primera vez que se hizo el taller de trabajo sexual. Una de las encargadas de proponer el espacio como integrante de la comisión organizadora fue Sandra Cabrera, la secretaria general de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (Ammar) Rosario asesinada meses después.

“Siempre como organizadoras buscamos que las compañeras se puedan encontrar sin que fuera una batalla campal. Hasta el momento había talleres no oficiales de trabajo sexual y oficiales de prostitución, y participaban las abolicionistas y regulacionistas en los dos. Las compañeras de Ammar pidieron un taller propio en la grilla oficial para charlar con tranquilidad sobre lo que les pasaba porque llegaban trabajadoras de todo el país y para ellas era fundamental tener ese espacio”, agregó Gabarra.

La revolución de las pibas

El encuentro de 2016 fue la explosión de la masividad, con entre 70 mil y 90 mil personas en la marcha de cierre y 50 mil inscriptas. Para las organizadoras fue la irrupción de las pibas, hijas del Ni Una Menos de 2015. Muchas de quienes integraron la organización hoy son referentes de distintos espacios de militancia feminista en la universidad, los partidos políticos, las escuelas, los sindicatos y agrupaciones de todo tipo.

En ese encuentro aparecieron talleres que reflejaban nuevos debates. Se hizo por primera vez el de mujeres y cannabis medicinal, mujeres afrodescendientes y el de activismo gordx. También hubo una fuerte presencia de las mujeres de pueblos originarios, que hicieron una asamblea en una escuela frente al Monumento con más de 500 personas. Además, volvió a hacerse después de 13 años el taller de trabajo sexual, que sólo había sido posible en 2003.

La marcha de cierre fue hasta ahora la más convocante de la historia de los encuentros. Terminó con represión por parte de las fuerzas de seguridad del gobierno provincial. Las pintadas en las paredes generaron distintos debates en la semana siguiente. Enseguida pasaron a un segundo plano cuando llegó la noticia del femicidio de Lucía Pérez en Mar del Plata.

Ese asesinato generó una nueva movilización que, a pocos días de finalizado el encuentro, se concretó en el primer paro de mujeres y disidencias del mundo. La iniciativa surgió bajo la consigna “si nuestras vidas no valen produzcan sin nosotras”, y fue uno de los antecedentes del Primer Paro Internacional de Mujeres, del 8 de marzo de 2017.

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