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Cómo evitar el golpe de calor

Las autoridades sanitarias nacionales aconsejaron beber mucha agua durante todo el día, evitar las comidas abundantes y cuidarse del sol Otra jornada para derretirse

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El Ministerio de Salud aconsejó consumir alimentos frescos, como frutas y verduras; evitar las bebidas alcohólicas, muy dulces e infusiones calientes; usar ropa suelta, de materiales delgados y de colores claros, no realizar ejercicios físicos en ambientes calurosos y tomar líquido antes de comenzar cualquier actividad al aire libre.

También sugirieron protegerse del sol poniéndose un sombrero o usando una sombrilla; usar cremas de protección solar de factor 15 o más; evitar ir a actos públicos o juegos en espacios cerrados sin ventilación, según se informó a través de un comunicado.

Asimismo, el Ministerio sostuvo que a los niños pequeños y lactantes hay que darles el pecho con más frecuencia, hacerlos beber agua fresca y segura, trasladarlos a lugares frescos y ventilados y ducharlos o mojarles todo el cuerpo con agua fresca.

Si una persona siente mareos o se desvanece hay que acostarla en un lugar fresco, bajo techo; se le puede ofrecer una bebida rehidratante pero nunca infusiones calientes ni muy dulces y mojarles las muñecas con agua fría que proporciona alivio.

Si la temperatura corporal aumenta hay que sacarle la ropa, pasar una esponja mojada por la cara, y, en lo posible, dar un baño corporal con agua helada. También es útil utilizar paños fríos y bolsas de hielo en la cabeza, precisó la cartera sanitaria.

Los ancianos y quienes trabajan en ambientes calurosos y húmedos tienen mayor riesgo de sufrir un golpe de calor, que debe ser tratado inmediatamente. En estos casos, la temperatura corporal sube por encima de los 40 grados, el pulso se vuelve fuerte y rápido, se producen cambios en el estado de conciencia (somnolencia), la sudoración cesa y la piel se observa seca, caliente y enrojecida.

Otros síntomas de alerta de golpe de calor son dolor de cabeza, sensación de fatiga y sed intensa, náuseas y vómitos, calambres musculares, convulsiones y sudoración importante que cesa repentinamente y somnolencia y respiración alterada. Frente a ellos, es imprescindible concurrir rápidamente a la consulta médica en el centro de salud más cercano.

El golpe de calor puede afectar a cualquier persona, pero los más vulnerables son los bebés y niños, los adultos mayores de 65 años y las personas que padecen enfermedades crónicas respiratorias o cardíacas, hipertensión arterial, obesidad y diabetes.

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