Agustín Aranda
Semanas atrás, la firma Nisor de Laguna Paiva, a pocos kilómetros de la capital provincial, anunció que había logrado la primera inscripción de una variedad de cannabis cultivada y mejorada en suelo santafesino. Fue registrada como Aromito, tiene alto contenido de CBD y muy bajo de THC, dos de los cannabinoides más conocidos de la planta. Suele crecer con muchas puntas, hojas finas y puede generar un promedio de 350 gramos por metro cuadrado si se cultiva al aire libre y 0,45 gramos por watt si es en cultivo de interior. Quienes la desarrollaron y ahora buscan comercializar, dicen que tiene notas de sabor a mandarina.
El origen de Aromito
El aromo es una especie de la familia de las acacias y quienes viven en Santa Fe conocen bien su fragancia. Según Fabricio Hubeaut, desarrollador de la variedad de cannabis Aromito, eligieron ese nombre porque es un símbolo de esta tierra. “Probamos otros nombres antes como «Irupé», pero nos quedamos con Aromito”, cuenta el ingeniero que desde hace una década es cultivador de cannabis.
Hace 4 años, cuando todavía estaba en discusión la ley de cannabis y cáñamo industrial, Hubeaut y otros profesionales del centro de Santa Fe crearon la firma Nisor con la idea de profesionalizar sus cultivos personales. Uno de ellos venía haciendo una variedad medicinal con alto contenido de CBD para hacer aceite de cannabis y ayudar a su abuela con sus dolores. El perfil de la planta y el escenario de discusión sobre cuánto THC iba a permitir el gobierno les convenció de que esa variedad era la que tenían que mejorar.
En Nisor comenzaron a cultivar, estudiar con cromatografía líquida y, cómo dicen quienes investigan plantas, “cazar el fenotipo”, es decir, cruzar plantas para obtener un perfil genético ideal. “La Universidad Nacional del Litoral (UNL) y el servicio de control de cannabinoides nos permitió hacer esto. Sin ellos, hubiese sido imposible”, apunta Hubeaut.
Una vez que lograron estabilizar la variedad en 16% de CBD y 0,4 de THC, llegó el tiempo de inscribirla en el Instituto Nacional de Semillas (Inase), un camino que incluyó tres cosechas, decenas de fotografías –porque el organismo exige documentar cada momento del crecimiento de las plantas– y muchos informes sobre “Aromito”. Semanas atrás les dieron el visto bueno desde Nación y ahora se preparan para comercializar semillas y plantines.
“Por ahora solo pueden adquirirla quienes están inscriptos en el Reprocann o tienen proyectos de investigación”, explica Hubeaut.
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