Según datos de la Concejalía Popular, ONG que desde hace tiempo pugna por los derechos de los inquilinos, en Rosario ya se suman más de 1.500 locales con las persianas bajas en el centro, macrocentro, y avenidas y corredores comerciales. La situación se da sobre todo –de acuerdo a lo que explican en la entidad– por la “inflexibilidad” de las inmobiliarias, quienes siguen incidiendo en “fuertes subas” de los alquileres, las cuales rondan en algunos casos el 40 por ciento. A ello, claro está, se suma la caída en la actividad comercial y los altos costos que también trajo, entre otros, el incremento en las tarifas, sobre todo de electricidad.
El trabajo de la Concejalía se agrega así a un relevamiento realizado en mayo por la propia Cámara de Empresas Inmobiliarias de Rosario (Cadeiros), el cual fuera publicado por este medio. Desde esa entidad admitieron que los inmuebles para negocios ociosos crecieron un 25 por ciento en relación con el mismo período de 2015.
El nuevo relevamiento que realizó la asociación civil Concejalía Popular mostró que en el centro de Rosario existen 604 locales cerrados; en el macrocentro, 447; en los centros comerciales (como, entre otros, Ayacucho y Echesortu), unos 270; y en los corredores y avenidas importantes (como bulevar Oroño y avenida Pellegrini), 221.
Así, en total son 1.546 los inmuebles que hoy mantienen las persianas cerradas, casi todos con el clásico cartel: “Se alquila”.
El trabajo, que la ONG realiza desde hace dos años, se llevó a cabo esta vez durante 20 días, entre fines de mayo y principios de este mes, con pasantes universitarios. Todo en el marco de un proyecto de investigación que encaró la Concejalía para mantener un testeo de la actividad económica local.
Nire Roldan, presidente de la organización, contó que el informe marca un incremento importante en relación a los dos años anteriores.
En 2014 se habían relevado en el mismo período unos 1.200 locales comerciales vacíos. Mientras que el año pasado se detectaron 918. Es decir, en los últimos 12 meses el crecimiento supera ya el 50 por ciento.
La tendencia marca cierta preocupación y, según Roldán, el fenómeno está vinculado en primer término con el “inflexible” aumento del valor de los alquileres. Eso ocurre, en muchos, casos por la “ilegal” indexación en los contratos.
“Antes se hacía anualmente, luego pasó a ser semestral y hoy ya tenemos un montón de denuncias de comerciantes que hablan de que se les aumenta automáticamente cada tres o cuatro meses la renta”, denunció el ex concejal rosarino.
El titular de la ONG mencionó que esa imposición genera una situación “absurda”, en razón de que “viola el concepto de origen de la ley nacional de Alquileres, que plantea que los contratos deben ser por tres años en los locales comerciales”.
“Según las inmobiliarias y los desarrolladores, la indexación se da por una cuestión de costumbre. Pero eso es ridículo. Hay que tratar de frenar esta cuestión, que es hoy el principal problema que tienen los comerciantes y que, sumado al valor de las tarifas y la caída de las ventas, hace que muchos cierren sus negocios o estén por cerrarlos”, expuso.
En tanto, otro dato que marcó Roldán es que para los inquilinos hoy es más fácil establecer acuerdos en la renta cuando se negocia directamente con el propietario del local, sin intermediarios que, claro está, defienden su participación en el negocio.
“Hay dueños que entienden la situación y hasta tenemos algún caso de alquileres que se han acordado a la baja porque saben que hay una caída económica. Pero son los menos. Distinto es con los intermediarios, que quieren cobrar una mayor renta y su comisión de nuevo. No importa que el comerciante se vaya y que venga otro, porque es un negocio más a corto plazo. Estos actores son los que se mantienen más inflexibles. No acompañan la situación. Plantean aumentos que no tienen nada que ver con la rentabilidad comercial”, sostuvo Roldán.
A la par, otro integrante de Concejalía Popular, Ariel D’Orazio, hizo eje en las condiciones abusivas que suelen imponerse a los comerciantes.
Entre otras cuestiones, afirmó que aún hay contratos donde se exige la cláusula de preaviso para rescindir el contrato, algo que quedó sin efecto con el nuevo Código Civil y Comercial de agosto de 2015.
Esto encarece para el inquilino la rescisión contractual, y le genera un endeudamiento a futuro.
Huecos en un escenario que ya es “de alarma”
El dato en torno al crecimiento del 25 por ciento en la cantidad de locales comerciales en alquiler en lo que va del año en relación con el mismo período de 2015 fue entregado el mes pasado a este medio por José Ellena, el titular de Cadeiros
El dirigente aclaró entonces que aún no se podía hablar de un escenario de crisis, “pero sí de alarma”.
“Además de los cierres, lo que se está observando es una tendencia de mudar el negocio a locales más chicos a la hora de renovar el alquiler. Por ejemplo, en zona sur comercios que estaban en avenida Arijón o Ayacucho se achican y se van a San Martín, que ahora tiene disponibilidad. Se posicionan mejor pero sacrifican metros cuadrados. Esto es un emergente de la situación. Por eso hay que ser muy cautos al momento de negociar un contrato”, recomendó el referente inmobiliario.
Tras eso, Ellena mencionó que a la delicada realidad económica de algunos locales del centro de la ciudad se le suman otras complicaciones. Y es que el “reordenamiento urbano” que encaró la ciudad y se fue consolidando por su propia dinámica en el tiempo dejó ganadores y perdedores.
“Por ejemplo, si Rioja, San Juan y Santa Fe tienen una cantidad importante de locales vacíos es porque esas calles también fueron de las más castigadas. San Juan quedó ediliciamente muy fea. Y en Santa Fe influyó la instauración del carril exclusivo y que varios bancos se fueran, algo que antes era impensado”, explicó.
En cambio, Ellena sostuvo que las calles Sarmiento, Entre Ríos, Corrientes, y Paraguay permanecen con buenos registros de ocupación. Al menos hasta ahora.
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