Cultura

Triste despedida

Colombia de luto: a los 91 años murió Fernando Botero, su artista más reconocido 

La alcaldía de Medellín anunció siete días del luto en la capital de Antioquia para honrar la memoria del artista colombiano más grande de todos los tiempos, y grandes figuras de la política y la cultura lo despiden a través de las redes sociales


El célebre artista colombiano Fernando Botero, conocido por sus esculturas de voluminosas figuras humanas, murió este viernes a los 91 años.

“Ha muerto Fernando Botero, el pintor de nuestras tradiciones y defectos, el pintor de nuestras virtudes. El pintor de nuestra violencia y de la paz. De la paloma mil veces desechada y mil veces puesta en su trono”, escribió en su cuenta en la red social X (antes Twitter) el presidente de la república de Colombia, Gustavo Petro.

La alcaldía de Medellín anunció siete días del luto en la capital de Antioquia para honrar la memoria del artista colombiano más grande de todos los tiempos, tal como confirmó el alcalde, Daniel Quintero.

La primera institución en hacerse eco de la noticia fue la Cancillería colombiana que, desde su cuenta en X, anunció la noticia y resaltó el legado que deja el artista para la nación. “La Cancillería lamenta el fallecimiento del maestro Fernando Botero, uno de los más grandes exponentes del arte colombiano en el mundo y cuyo legado pervivirá en nuestro país. Nuestra solidaridad y condolencias a su familia”, decía el mensaje

Del mismo modo, los expresidentes Juan Manuel Santos e Iván Duque también se pronunciaron en X reconociendo el legado del maestro Fernando Botero: “Lamentamos profundamente la partida de Fernando Botero, uno de los más grandes artistas de Colombia y del mundo. Siempre generoso con su país, un gran amigo, y apasionado constructor de paz. Nuestras más sinceras condolencias a toda su familia”, dijo Santos.

Por su parte, Duque resaltó el legado del artista: “Con profunda tristeza recibimos la noticia de la muerte del maestro Fernando Botero. La importancia de su obra y su legado artístico permanecerán en la historia de la nación y en los corazones de los colombiano. Fernando Botero era, sin duda, uno de los artistas más importantes del mundo en la actualidad, y el artista más grande de la historia en nuestro país. Solidaridad con sus familiares y amigos”.

La cuenta oficial del Museo de Antioquia, donde se exhiben muchas de las obras de Botero, envió un mensaje que da cuenta de la impronta artística que dejó el notable creador: “Hoy despedimos al maestro Fernando Botero, nuestro gran mecenas, un artista extraordinario que aportó una mirada propia al arte contemporáneo. Su nombre se ganó un lugar en la historia del arte nacional e internacional gracias a esa manera única de ver el mundo”.

El Centro Gabo, dependiente de Fundación García Márquez, consideró que Botero será siempre “pilar en el mundo del arte colombiano y latinoamericano”. “En su partida, se reúne con Gabriel García Márquez en el panteón de genios que han dado forma a nuestra cultura y narrativa. Descansa en paz, genio”, se publicó desde la cuenta del Centro Galo en la red social.

Nacido el 19 de abril de 1932 en la ciudad de Medellín, Botero fue el creador de la corriente artística conocido precisamente como “Boterismo”, caracterizada por personajes voluminosos que lo hicieron reconocido en todo el mundo, en donde buscaba resaltar “la sensualidad de las formas”, rompiendo con ciertas normas de cuerpos hegemónicos.

De hecho, sus figuras corpulentas lo llevaron a lo largo de su vasta carrera a abordar una gran variedad de temas, como reinterpretaciones de cuadros de los antiguos maestros, escenas callejeras latinoamericanas, de la vida doméstica y retratos satíricos de personajes políticos muy reconocidos. El volumen de sus personajes permitió al artista enfatizar y resaltar ciertos rasgos, aumentando su impacto.

La formación artística de Botero fue autodidacta, pese a que asistió a la Academia de San Fernando en Madrid y a la de San Marcos en Florencia. Sus primeras obras conocidas son las ilustraciones que publicó en el suplemento literario del diario El Colombiano, de su ciudad natal, aunque a partir de allí su carrera, siempre ascendente, no se detuvo.

A los 19 años, Botero viajó a Bogotá, donde presentó su primera exposición individual de acuarelas, gouaches, tintas y óleos en la Galería Leo Matiz, y con lo recaudado vivió algún tiempo en Tolú. De su estancia allí saldría el óleo titulado Frente al mar, con el que obtuvo el segundo premio de pintura en el IX Salón Anual de Artistas Colombianos.

Su momento “eureka” llegó en 1956, cuando vivía en Ciudad de México: el artista pintó una mandolina con un agujero de sonido inusualmente pequeño, lo que hizo que el instrumento adquiriera proporciones exageradas. Botero se sintió entusiasmado por estas posibilidades aparentemente nuevas, y esto encendió su exploración del volumen a lo largo de toda su vida.

En 1977 expuso sus bronces por primera vez en el Grand Palais de París y en 1978, Fernando Botero pintó su propio pastiche del cuadro, titulado Monalisa y pintada en su estilo característico de “Boterismo”, en homenaje a una de las más famosas de todas las pinturas al óleo occidentales, creada por Leonardo da Vinci.

El artista fue además un escultor consumado que creó formas sorprendentes que parecen una extensión de sus obras bidimensionales: sus piezas escultóricas se pueden encontrar en las calles de Medellín, Nueva York, París, Barcelona, Madrid y Jerusalén, entre muchos otros lugares del mundo.

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