Ciudad

Crisis de bolsillo

Colectividades: algunas no se presentan por los costos, otras tienen miedo de perder plata

La Asociación Japonesa no se presenta y la Andaluza sólo ofrecerá su tradicional espectáculo, sin oferta gastronómica. Los altos costos de los insumos generaron temor en algunas colectividades, que ponen en duda la posibilidad de recuperar su inversión


El último jueves 3 de noviembre la Asociación Japonesa de Rosario dio a conocer desde sus redes sociales que no participa de la edición de este año de la Fiesta Nacional de Colectividades, ya que no cuenta con fondos para comprar los insumos necesarios. Además, los cambiaron de lugar y no pueden usar su propia carpa, ya que no entra en el espacio que le asignaron, dijeron. El Ciudadano habló con distintas colectividades que participan del encuentro anual y hubo coincidencia: este año fue “especialmente complicado hacer los cálculos que implicaría participar”.

Ser parte de la más que clásica feria siempre es complejo para las asociaciones por los costos que implica tomar parte. Pero este año, con la escalada inflacionaria y el consecuente retroceso en los ingresos de trabajadoras y trabajadores, todo se complicó. Muchas de las organizaciones obtienen sus principales ingresos de esta fiesta anual, que durante dos años estuvo suspendida por la pandemia.

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Cuando celebrar es toda una decisión

“Se llega con ansiedad” a la fiesta de Colectividades. Así lo define Jorge Mackey, el presidente de la Asociación Católica San Patricio, representante de la colectividad irlandesa en Rosario: “Después de dos años sin fiesta, vos lo vivís con mucha alegría. Pero este año, debido a la crisis de inflación, ha sido especialmente complicado hacer los cálculos que implicaría participar de la feria”, advirtió a El Ciudadano.

Las instituciones deben afrontar el costo del alquiler y armado de las carpas donde funcionan sus stands, la mano de obra que implica armar los puestos, pagarle a un sereno que los vigile durante las horas de inactividad en el predio, la elaboración de las decoraciones, además de detalles técnicos para la instalación del rincón cultural.

Una vez resuelta la infraestructura, la logística gastronómica (descartables, materia prima, cupones, las instalaciones de agua y de gas, la mano de obra para la limpieza y puesta a punto de las cocinas) previa a abrir los stands se lleva aproximadamente 7 de cada 10 pesos que las asociaciones destinan al total del festival. Una de las colectividades consultada advirtió que debieron desembolsar “dos millones y medio de pesos sólo para armar el stand y el escenario, y con el riesgo de no saber si lo vamos a recuperar”.

Cada una de las diferentes asociaciones tiene su propia forma de financiarse: algunas tienen el patrocinio de las dependencias encargadas de las relaciones exteriores de los países de origen que representan. Otras son acompañadas en lo financiero por instituciones formales de otra índole, como colegios o iglesias. Y unas más se financian sólo con eventos a lo largo del año.

“Este año, debido a la crisis inflacionaria ha sido especialmente complicado poder hacer los cálculos de cuánto iba a salir participar en Colectividades, porque si hubiésemos empezado calculando el precio, por ejemplo de las carpas, las cuales se alquilan, con la inflación que hay nadie te quería dar el precio de cuánto costaba hasta el mes pasado”, afirmó el representante irlandés.

El combo explosivo se forma cuando algunas Colectividades llegan a noviembre sin eventos o con muy pocos ingresos a lo largo del año, lo cual los coloca en serias dificultades para afrontar los costos de participación de la feria: “Es difícil calcular el costo de un plato típico. La pinta de cerveza nacional estará cerca de los 400 pesos, mientras que la importada podría llegar a costar 700 pesos”.

El costo de los platos tradicionales de Japón y de la región andaluza, sumado a los costos logísticos, hicieron que ambas agrupaciones optaran por no afrontar los gastos y no participar de la Feria de Colectividades. En el caso de la Agrupación Andaluza, sólo participará presentándose en el escenario central con más de 100 personas en escena, con baile y música en vivo.

Según Mackey, la cifra para alquilar una carpa de grandes dimensiones asciende a 500 mil pesos: “Son 10 días y 10 noches, pero también tenés que tenerla antes para empezar a armarla y decorarla. La cuestión preparatoria es igual, pero no el cálculo de a cuánto vas a vender un plato. El efecto inflacionario no ha permitido que vos pudieras saber a cuánto vas a vender el plato típico”.

El trayecto hasta llegar a participar del Encuentro, para algunas colectividades, “ha sido muy doloroso”, definió Néstor Hage, titular de la Asociación Libanesa. “En realidad los costos son muchísimos. Al menos lo que es (la Fiesta de) Colectividades no es un negocio, generalmente nunca nos queda plata y a veces hasta hemos perdido dinero, porque son 10 días en los cuales generalmente llueve y son menos días de ingreso y recuperar toda la inversión es muy difícil”.

“Nuestra premisa es siempre presentarnos y no importa cómo”, sostuvo Hage, recordando las peripecias vividas desde que comenzaron a participar de la feria en 1985: “Lo atravesamos con la ayuda de algunos de nosotros, porque en la institución, después de la pandemia y de tarifazos de otros años y aumentos de sueldos, es muy difícil tener un dinero destinado a la previa”.

Las diferentes asociaciones coinciden en que el monto destinado a los costos, sólo de puesta a punto de los rincones de las Colectividades con decoración, comidas, instalaciones de agua, gas y luz, y la colocación de los carpones, representa el 70% de la inversión total de una colectividad.

“Nosotros particularmente lo estamos haciendo con el bolsillo de los dirigentes, con la esperanza de poder recuperarlo en las Colectividades”. Y sentenció: “Analizado desde lo económico, no nos hubiésemos presentado, porque el desafío es muy grande. Si yo me pongo a pensar como una empresa, con el objetivo de ganar dinero, no me presento a Colectividades”.

“Colectividades, al menos para nosotros, es otra cosa, no un negocio económico. Es mostrar el Líbano y defender la fiesta popular de la ciudad después de 37 años”, argumentó Hage.

Llegar con lo justo: “No tenemos capacidad de perder dinero”

La Agrupación Andaluza de Rosario es otra de las colectividades que ha decidido no participar con un stand, aunque sí lo hará teniendo su propio espacio, como en cada edición del Encuentro de las Colectividades, con una puesta en escena en el escenario principal. El presidente de la colectividad Gustavo De Torre dijo a  El Ciudadano que la decisión tomada por la comisión directivatiene que ver con la cuestión económica y social del momento”.

“Realmente hoy presentarnos cuesta mucho dinero y en particular tenemos todas las dudas de poder recuperarlo”, respondió De Torre. El dirigente indica que los precios finales de las materias primas, sumado a la logística de elaboración y la mano de obra en la cocina, terminan escalando hasta valores que pocos bolsillos podrían enfrentar, más teniendo en cuenta los platos típicos que conllevan materiales importados o de gran alza en su costo, como es el caso de la paella andaluza.

“Hay que cobrar en función de los costos de los insumos que tenemos. Uno ve en su vida diaria que la gente está bastante agobiada en cuanto a sus gastos y demás, y la verdad que hoy los platos llevan insumos muy caros, como saltó en la parte de bichos para la paella, con lo cual el precio que hoy puede costar un plato es 2.500, 3.000 pesos”, advirtió De Torre, y agregó que, desde la colectividad, tienen muchas dudas sobre la posibilidad de poder conformar precios populares para que el consumo llegue a ser masivo.

En cuanto a las condiciones económicas de la agrupación, Gustavo de Torre contó: “Hemos perdido actividades que nos generaban ingresos a lo largo del año, nos han bajado algunos subsidios que recibíamos de Andalucía. Realmente el temor es importante”.

En la edición del 2019, De Torre recordó que el costo en aquel momento de la mano de obra estaba entre los 150 y los 190 mil pesos. “Si se multiplica con todo lo que pasó en el medio, hoy tenés que hablar de una cifra muy importante y tenemos una incertidumbre muy seria: no sabemos si vamos a poder llegar a recuperar lo invertido. No tenemos capacidad de perder dinero”.

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