Espectáculos

“Cocino con los sabores del norte”

La ganadora de “MasterChef” habla de “Las recetas de Elba Rodríguez”, editado por Planeta, donde utiliza la tradición de su familia boliviana y los sabores andinos, entre maíz, morrones y quínoa, junto a los condimentos de todos los días. Lo presenta este miércoles, a las 19, en el Centro Cultural Ross.


“Improvisar y cocinar con lo que hay en casa”. Se trata de la más clara premisa que quiere transmitir Elba Rodríguez, la primera ganadora del reality de cocina MasteChef edición  argentina para todos los que apostaron por ella y votaron por su simpleza y las tradiciones de la comida andina. La joven, hija de inmigrantes bolivianos, llega por primera vez a Rosario para presentar el libro que editó Planeta, Las recetas de Elba Rodríguez, hoy a las 19, en el Centro Cultural Ross (Córdoba 1347), con entrada libre y gratuita, acompañada por la periodista Carolina Coscarelli.
A los 24 años, Elba se convirtió en la ganadora de MasterChef, cocinando las recetas que les transmitieron en su familia de procedencia boliviana, de una mamá que llegó a cocinar en latas de galletitas en desuso, hasta preparar ante cámaras un menú compuesto por entrada de manzana verde, cherry, lechuga capuchina y aderezo de mayonesa, lasaña a la boloñesa y una ganache de chocolate con frutos rojos y licor de huevo. Ahora, esas mismas recetas con las que Elba logró ganar, sin sofisticación pero con gran simplicidad, paladar y con mucho sabor, el concurso organizado por Telefé al que intentaron ingresar 5.500 participantes, están agrupadas en un libro.
Con el  plato de lasaña,  Elba logró sumarse a la lista de ganadores de los 38 países donde se realiza el concurso. Como vencedora, obtuvo tres premios: el MasterChef de 250 mil pesos, una beca para estudiar en la escuela de Mausi Sebess y la publicación del referido libro con sus recetas. Estudiante de enfermería, y los fines de semana recepcionista en un centro de salud barrial, Elba dialogó con El Ciudadano, mientras daba forma a sus clases de cocina, siempre simples y con ingredientes conocidos.
“Estoy arrancando el día dando clases de cocina, armando la preproducción; siempre investigo porque quiero trabajar con productos naturales y autóctonos. Estoy con una receta de arepas de pollo, que son unas tortas fritas que se hacen con harina de maíz blanco, se cocinan a la plancha y se rellenan. Son óptimas para picar entre comidas, como hacen en Venezuela, Ecuador y Colombia”, adelantó.
—Los alumnos deben pedirte las recetas del libro y las del programa…
—Sí, en el libro está el capítulo “La TV al Plato”, donde están las recetas de MasterChef, como el plato en el que Narda Lepes no confiaba, que eran los niños envueltos de repollo, los langostinos, o las famosas empanadas con carozo de aceitunas, el conejito al horno con ensalada, o el pollo a la suiza con arroz primavera, que fue la primera prueba. Hay muchos platos a los que se suman los de mi infancia, que son los que tienen que ver con mis raíces, como por ejemplo la sopa de maní. Yo uso esos sabores intensos del norte, son muy míos para cocinar en familia. Además, cada receta tiene su historia, como la de la rosca de Pascuas. En Semana Santa, nosotros acostumbrábamos a comprar rosca en las panaderías y nos encontrábamos con que no eran frescas y tenían poca crema pastelera. Cansados de que nos cobren caro por algo que no nos pone felices, decidimos hacer nuestras propias roscas, aprendimos y rinden un montón.
—¿Son difíciles de hacer?
—No, para nada. Mi mamá, que es fanática de las cosas dulces, nos ayuda siempre a hacer roscas y panes dulces, son recetas que si uno les pone ganas son súper rendidoras, livianas, que no llevan nada de químicos, todas naturales y eso se nota en el sabor.
—¿Hay una torta dedicada a tu mamá?
—La torta para mi mamá Margarita, que tiene vainillas, durazno al natural y mucha crema, pero es muy fácil de hacer, práctica y con cosas accesibles, como todas las recetas. Siempre tratamos de cocinar con cosas que tenemos en casa, por eso hay comidas con zapallo, maíz, morrón, y usamos condimentos que uno siempre tiene en bolsitas guardados en la alacena, también todo es súper reemplazable. Por ejemplo: si no tenés un pedazo de paleta podés poner un puchero para la sopa de quínoa, un plato nutritivo, económico y muy rico.
—¿La quínoa es un ingrediente que utilizaste siempre o ahora porque está de moda?
—Siempre, en casa, mi mamá nos hacía sopa de quínoa, liviana y con proteínas. Ahora, como está de moda, por un lado se difunde su potencial nutritivo, pero antes pagabas 15 pesos y ahora te piden 40. Yo, para darle un giro, me preparo ensaladas y risottos con quínoa. En mis clases enseño a dejarlas en remojo un rato, se precocinan y se mezclan con pasas de uva, habas hervidas y tomates secos, y lo condimento con vinagres, oliva y pimienta. Es fresco y nutritivo.
—¿Qué significa “MasterChef” en tu presente?
—Me transformó la vida, porque en este momento estoy trabajando, viviendo y cocinando, algo que antes yo hacía para complacer a mi familia y ahora se abrió más el abanico y puedo pensar en trabajar de esto. Además, recibo mucho afecto y cariño en la calle y en todo lugar donde voy, y para mí eso es muy importante.
¿Vas a seguir estudiando la Licenciatura en Enfermería?
—Voy a rendir los finales, se me pasó la fecha para anotarme, pero igual voy a rendir.
—Hay tres opciones después del premio: una es cocinar, tener un restaurante o la enfermería ¿Vas a decidir en lo inmediato?
—Hoy estoy trabajando como recepcionista en la Unidad de Pronta Atención de Avellaneda los fines de semana y feriados, y ahora me llamaron para decirme que ven en mí un potencial social, y quieren que brinde talleres y capacitación a la comunidad. Como además soy auxiliar de clases en enfermería, siento que puedo hacer lo que me gusta  en ambas partes, porque lo relaciono con la cocina y doy manipulación de alimentos. Y sigo con las clases de cocina en Capital, y me llaman de diferentes lugares y también es un momento muy especial con la salida del libro.
—¿Estás contenta con el libro?
—Es el que yo quería: estoy enamorada de mi libro, de sus fotos, de todo. En la tapa tengo un poncho boliviano que es de mi papá, por eso me va re grande, pero quedó muy bien. Todas son recetas tentadoras desde los primeros pasos, son comidas que en algún momento de tu vida tenés que cocinar, del guiso de lentejas al pan dulce, me gusta todo, yo quiero que el público pruebe mis platos preferidos.
—En el libro hablás de la receta de pan dulce de Sergio, el flan casero de Noemí, la torta de tu mamá, es un libro que tiene muy presente a tu familia…
—Es un libro familiar, porque la comida es un motivo para juntarnos, reunirnos, conversar, estar en familia. Yo cocino no solamente para llenar el estómago sino que lo hago para agasajar a las personas, yo me siento realizada cuando veo que mi comida hace feliz a alguien.
—¿Tu mamá hizo de la cocina un sustento familiar?
—Ella fue ayudante de cocina y también vendía comida en ferias. Cuando yo era chiquita, iba con ella a vender empanadas salteñas que eran riquísimas. De alguna manera, la cocina siempre estuvo.
—Durante el programa hubo un momento en el que pensaste que te quedabas afuera, cuando te calificaron mal por el carozo de aceituna en la empanada ¿Te molestó esa situación?
—Y sí, porque nosotros estamos acostumbrados a utilizar las aceitunas enteras, y no compramos empanadas sino que las hacemos. A veces, cuando comprábamos en la guardia del trabajo, nos vendían con las aceitunas cortadas y me parecía re invasivo, porque si no te gusta la aceituna no tenés la alternativa de sacarla. Y bueno, será la mejor opción ponerla sin carozo, al menos para el jurado fue eso, pero es una manera de comerlas, y uno debe amoldarse.

“Chicas, Evo está soltero”

Elba Rodríguez cocina respetando las tradiciones de su familia, pero ella nunca había podido viajar a Bolivia. La producción de MasterChef le preparó un viaje a ese país, con una gran sorpresa. “Fui un día La Paz, pude probar las comidas típicas de Bolivia y advertir las variantes que hace mi mamá. Y recibí una invitación para ir al Palacio de Gobierno a conocer al presidente. Evo Morales me recibió, charlamos durante 40 minutos. Estaba tan sorprendida, nunca me lo hubiese imaginado, nunca pensé que era tan humilde y simpático, la gente lo quiere muchísimo porque se siente identificada con él. Le gusta mucho la comida y tiene platos preferidos depende a qué lugar va, es muy humilde y la gente lo percibe, por eso salió reelecto, porque la gente lo banca. Él se ocupa todo el día de políticas para la gente. Y está soltero, chicas (risas)”.
Respecto de si el presidente boliviano Evo Morales, en el marco de la charla, le dio algún consejo, Elba recordó: “Me dijo que nunca me olvide de mis raíces. Y yo creo que ahí está la clave de todo, en no olvidarnos de donde venimos”.

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