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La historia de tu club

Club Atlético Fisherton: motor de la zona oeste

Con más de 100 años de vida, el CAF es uno de los clubes de barrio más importantes de la región.


Enclavado en el corazón del principal barrio de zona Oeste se encuentra el centenario Club Atlético Fisherton, con su sede en calle Chassing 1650. Popularmente conocido como CAF, posee un anexo en Fisherton R. de una dimensión de ocho hectáreas. El Hincha dialogó con Héctor Gallo y Esteban Dorigo, presidente y vice, respectivamente. Dos dirigentes de distintas generaciones pero con un mismo objetivo: llevar el celeste y bordó a cumplir otros cien años de vida.

“A pesar de algunos contratiempos, en todos los frentes siempre tenemos alguna que otra obra que hacer porque esa es la esencia de cada comisión directiva. La competencia formal está encaminada, algunos deportes están consolidados y otros están buscando crecer nuevamente. Estamos en un momento muy bueno”, expresó Gallo.

Al recorrer el CAF es imposible no advertir la presencia de familias haciendo uso de las instalaciones. “La actividad social la genera el deporte, en su mayoría los socios que se quedan a cenar en los parrilleros son tenistas, por dar un ejemplo. Al tener un hijo en cada deporte, los padres terminan realizando alguna actividad dentro del club y ahí se realiza la inserción total de la familia en el club”, dijo Dorigo.

A ambos dirigentes se les ilumina el rostro cuando hablan del club, más allá de la gestión que están llevando a cabo, tanto Gallo de 62 años como Dorigo de 30, cuando hablan de club es como si hablaran de su propia casa.

“El CAF no tuvo una intensa vida social, sino que la vida social acompañó al deporte. En mi época no había deporte competitivo, era recreativo, y ahora la situación del deporte es más encuadrable. El deporte genera la vida social, por ejemplo en el básquet o el hockey en el anexo, a través del deporte se acerca la familia”, analizó Gallo.

El CAF supera los 4 mil socios. “Los proyectos que tenemos hoy están vinculados al anexo que tiene el CAF en Fisherton R.: consolidar el lugar, teniendo una pileta de natación, necesitamos hacer un club house para el hockey. En paralelo de las obras en el anexo está el mejoramiento del gimnasio, del estadio Ángel Fenner, que requiere algunas obras de mantenimiento que no son poca cosa, y en pocos días iniciamos la construcción de la cancha siete de tenis, que como decía producto del ranking interno es necesario tener”.

La realidad económica de los clubes de barrios no es de superávit constante y para encarar nuevas obras necesitan apoyó estatal. “El club ha recibido ayuda, pero las obras surgen de recursos propios, de los ingresos de la cuota societaria, algún bono especial y por el torneo interno de fútbol de los sábados que es una fuente de ingresos muy importante que nos permite tener una equilibrada tesorería. Hemos recibido del Estado ayuda pero mínima porque no alcanza nunca para las obras que hemos encarado. Por ejemplo el sintético de hockey lo bancamos todo nosotros, el piso flotante de la cancha de básquet también, quizás cuando en la construcción del gimnasio ahí sí pero estamos hablando 20 años atrás. Los aportes estatales no suman grandes números, salvo un Plan Abre, cuando sí recibimos una ayuda fuerte fue el año pasado para el centenario, pero se aplicó para esos eventos y el resto las tuvimos que hacer nosotros”, expresó Gallo.

El CAF tiene varias disciplinas. “Un objetivo que se cumplió sobre el fin del 2015 fue unificar los deportes, que es algo difícil. Acá costaba mucho vincular las disciplinas, sobre fin de año pasado cuando el básquet jugó las finales, los partidos tuvieron una concurrencia importante, se acercaron de todos los otros deportes, se logró eso y fue muy bueno, y todo por el club. Fue espontáneo, vamos a tratar de mantenerlo, porque lo importante es club y todos llevan los mismos colores”, sentenció Dorigo.

En el final de la entrevista, el presidente del CAF expresó: “Hay obras, hay actividad plena del deporte, no hay política en el club, hay una actividad social que antes no se daba, estamos en un muy buen momento, con todos los proyectos estamos en desarrollo. Lejos de estar aletargados estamos creciendo”. El Club Atlético Fisherton goza de buena salud, porque sus miembros hacen de esta entidad una institución que socialmente es un refugio para todo un barrio que late en celeste y bordó.

Modelo de desarrollo

El Club Atlético Fisherton se fundó el 23 de octubre de 1915, en una pequeña porción de terreno donde actualmente está emplazada la institución. Fue idea de un grupo de jóvenes entusiastas que pretendían jugar al ‘football’, encabezados por José Luis Pratolongo, primer presidente de la entidad.

Apenas con una canchita de fútbol y un pequeño vestuario y baño arrancó una historia centenaria. En 1923 el CAF se afilió a la Rosarina y en 1928 los denominados “Los Benjamines” lograron el ascenso a Primera al derrotar a Intercambio Ludueña.

Con el empuje de las familias pioneras comienza un crecimiento que toma forma a partir de 1939, cuando se decide abandonar el profesionalismo de fútbol y se construyen dos canchas de tenis y se le suma la pileta de natación, vital para acercar a más asociados.

En 1941 comienza la construcción del primer salón social. Con el tenis, la natación y el waterpolo como pilares, en 1954 comienza a practicarse básquet en el club a partir del impulso de Ángel Fenner, quien hoy refleja su nombre en el gimnasio cubierto. La mítica cancha de polvo de ladrillo fue testigo del ascenso a segunda división en 1960, año donde el club inicia otra actividad que hoy lo destaca: el vóley.

En 1967 se decide ampliar la pileta de 20 metros a la medida olímpica de 25 y a partir de ahí el club cobró un gran desarrollo en la actividad, con la presencia destacada de los hermanos Claudio y Ariel Plit, quienes se destacaron en aguas abiertas y llevaron al primero a ser uno de los mejores deportistas del mundo en la especialidad, con cuatro títulos mundiales (ver aparte).

Allá por 1978 se instaló con fuerza el fútbol infantil, varios equipos de niños del CAF participan de la Liga Rosarina y de Afigro. Sin dudas la década del 80 significó la expansión. En 1983 se remodeló el salón social, se comprar el predio de Fisherton R de once hectáreas y a partir de allí comenzó el desarrollo del hockey, del rugby y el fútbol infantil.

En 1986 se cumplió con el proyecto de techar la pileta de natación. Y el broche de oro fue la construcción del gimnasio de básquet cubierto, en 1989, que lleva el nombre del histórico Ángel Fenner.

A partir de la década del 90 comienza un mayor desarrollo deportivo y el club se destaca en las actividades federadas como el básquet, con el ansiado ascenso a Primera en 2004 y el título mayor de la Rosarina en 2008; el vóley femenino con un record de imbatibilidad de 81 partidos sin derrotas en la División de Honor, y el fútbol infantil y amateur, con torneos internos que aumentaron el caudal societario y permitieron la compra de 8 hectáreas más en Fisherton R.

Así, aquel sueño de hace más de un siglo, que comenzó con Los Benjamines y una canchita de football, hoy es un club en pleno desarrollo, con una gran actividad social y deportiva.

Plit y Aymar, destacados

A la hora de mencionar a deportistas destacados que nacieron en el Club Atlético Fisherton hay dos nombres que sobresalen sobre el resto a partir de su trascendencia a nivel mundial: Claudio Plit y Luciana Aymar.

Claudio Plit, múltiple campeón de natación en aguas abiertas, tiene para el CAF mayor trascendencia que Lucha, por una simple razón, su formación fue en las piletas del club donde se inició junto a su hermano Ariel, y muchos de sus trofeos internacionales ocupan un lugar en las vitrinas de la sede de calle Chassaing.

Para muchos Claudio Plit podría ser un deportista poco conocido, pero para el mundo de la natación no. El nadador surgido en el CAF fue cuatro veces campeón del mundo en aguas abiertas, participó de las mejores competencias de la especialidad, como la Santa Fe-Rosario, Santa Fe-Coronda (la ganó cuatro años consecutivos), el cruce del Canal de la Mancha, donde en 1981 estableció el récord latinoamericano de la competencia. También ganó el cruce del Nilo, cuatro veces la Capri-Nápoles y otras competencias de trascendencia en Estados Unidos, Brasil y Canadá, donde ganó cinco veces el cruce del Lago San Juan, la competencia más ardua de la especialidad. Fue campeón argentino del 71 al 73, y campeón mundial en 79, 80, 81 y 86.

Su trascendencia es tan importante que para muchos especialistas es el mejor nadador de aguas abiertas de todos los tiempos y por eso su nombre está en el Hall of Fame de la natación en Fort Lauderdale, Estados Unidos.

En cambio Luciana Aymar, la mejor jugadora de todos los tiempos del hockey a nivel mundial, se inició en el club, pero sus logros más importantes llegaron con la camiseta del Jockey Club, lo que le dio el espaldarazo para llegar a Las Leonas y ser ocho veces la mejor jugadora del mundo, además de conseguir cuatro medallas olímpicas, ser dos veces campeona del mundo y ganar seis veces la Champions Trophy. Lucha se inició en el hockey en el club, a partir del desarrollo que se le dio a la actividad en el club en la década del 90. Y si bien a los 15 años pasó al Jockey, donde pudo proyectarse a nivel nacional e internacional, siempre será recordada por sus comienzos con la casaca del CAF.

Otros atletas de renombre nacidos en el club

Además de Claudio Plit y Lucha Aymar, el Club Atlético Fisherton se destacó por su desarrollo deportivo a nivel local. En fútbol una figura destacada es Hernán Castellano, que se inició en el baby y de ahí pasó a Central. En rugby surgieron Carlos Promanzio y Raúl Aspirina Pérez, ambos jugadores de Los Pumas y en el caso de Pérez, actual entrenador de Los Jaguares.

Sin dudas no se puede dejar de destacar al vóley femenino, ya que desde hace dos décadas aparece en los primeros planos a nivel local, con 14 campeonatos rosarinos consecutivos, tres provinciales y el récord de 81 partidos consecutivos si perder. En 2005 formó parte del plantel la santafesina Georgina Klug, campeona panamericana de beach voley y clasificada a los Juegos Olímpicos de Río.

Y la reseña no puede dejar de lado al básquet, que más allá de la mística cancha de polvo de ladrillo, a partir de 1989 con la cancha cubierta se refundó la actividad y en 2004 se logró el ascenso a primera con el equipo dirigido por Gustavo Lafranchi y en 2008 el tan ansiado título en la máxima categoría del básquet rosarino de la mano de Gustavo Móndolo.

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