Esta semana la Municipalidad llamará por segunda vez a licitación para la instalación de cinco estaciones meteorológicas en la ciudad, las que tienen como objetivo informar sobre los factores del tiempo para prevenir posibles anegamientos en caso de lluvias prolongadas o desastres ambientales provocados por la caída de árboles, en caso de producirse vientos intensos. Según señalaron desde la Secretaría de Ambiente y espacio Público, se trata de un paso más para materializar el “Sistema de alerta temprana” que contempla, entre otras cosas, el funcionamiento de un radar por cada distrito que se sumará al que desde mediados del año pasado opera desde la planta de compostaje en barrio Bella Vista.
La información que provean entonces las seis estaciones (incluyendo la de Bella Vista) será monitoreada de manera directa por Defensa Civil. Según aclaró el subsecretario del área, Gonzalo Ratner, el sistema no brindará el servicio de pronóstico a la manera tradicional como ocurre con el Servicio Meteorológico sino que proveerá de información para, entre otras cosas, medir la intensidad del viento, cuánta lluvia cayó y en qué lapso, como también la temperatura que hace en cada uno de los seis distritos de la ciudad.
Por su parte, la secretaria de Ambiente y espacio Público, Cecilia Mijch, explicó a El Ciudadano que la instalación de los radares forma parte del plan municipal de “reducción de riesgos”, de modo que desde el Ejecutivo puedan anticiparse y así brindar respuestas precisas ante los fenómenos naturales. En este sentido, señaló que la instalación de las estaciones tiene dos objetivos principales: prevención y planificación.
En cuanto a la reducción de daños, Mijich enfatizó sobre los cambios producidos en los fenómenos meteorológicos de un tiempo a esta parte: “Actualmente las tormentas son distintas, tienen otra magnitud: hay lluvias más prolongadas y los vientos más fuertes”.
Ciudad planificada
Respecto de la “planificación”, otro de los objetivos referidos por la secretaria de Ambiente y Espacio público, se trata de “pensar cuáles son las acciones que debemos tomar para lograr bajar la temperatura en el centro de la ciudad, por ejemplo, que es el lugar en donde hay más cantidad de cemento o mayor circulación de transporte que en otros puntos”. En este aspecto, Mijich recordó que la plaza Sarmiento tendrá árboles en donde antes había dársenas y que en el corredor de Alberdi se colocaron jardines verticales, de modo de ir poniendo pulmones verdes en los lugares más urbanizados de Rosario.
“Hay tres o cuatro grados de diferencia de temperatura entre un distrito y otro. En el centro, por ejemplo, hace más calor en el verano que en el resto de la ciudad, y lo mismo ocurre en invierno pero a la inversa. Por eso, contar con nuestras propias estaciones meteorológicas nos permite analizar en dónde debemos plantar más árboles y por qué hay que tenerlos”, subrayó.
Los datos que provean los radares estarán conectados a un sistema informático para que los rosarinos puedan acceder a ellos a través de una aplicación, ya sea en sus computadoras o dispositivos móviles. Además, las estaciones estarán homologadas por el Servicio Meteorológico Nacional.
Cabe recordar que a mediados del año pasado comenzó a funcionar la estación experimental en el distrito Sudoeste, creada por el Instituto de Física Rosario (Ifir) del Conicet. El equipo fue colocado por la Municipalidad y brinda información oficial sobre el estado del tiempo, lo que según coincidieron Mijich y Ratner “es de gran utilidad para el alerta temprana”.
A fines de 2015, el Ejecutivo local llamó a licitación para la instalación de cinco radares más en los distritos restantes. No obstante, el proceso administrativo se truncó ya que se presentó una sola empresa como oferente que cotizó el doble del presupuesto oficial.
Dato
24
milímetros de agua cayeron durante toda la jornada de ayer, de acuerdo a la medición que registró una estación meteorológica particular que se encuentra ubicada en el barrio Ludueña, en la zona oeste
También se monitorean aguas
Rosario cuenta con dos ordenanzas que regulan el uso del suelo en aquellos sectores propensos a inundación, en especial por las crecidas de los arroyos Saladillo y Ludueña.
Para prevenir los riesgos, según detallaron desde el área de Obras Públicas de la Municipalidad, se instalaron radares de medición y transmisión en tiempo real de lluvias, caudales y humedades del suelo en las cuencas de los arroyos Ludueña y Saladillo, con el objetivo de anticipar y cuantificar sus crecidas, trabajando en la “reducción del impacto producido por el crecimiento de la urbanización”.
Además, está vigente la ordenanza Nº 6492/97 que establece que “los urbanizadores deben construir un dispositivo que limite el caudal que se vuelca a la vía pública y acumule temporalmente el volumen de agua en su predio”.
Cabe recordar que en el temporal ocurrido en febrero pasado, considerado como uno de los más intensos de los últimos años, no hubo desbordes del arroyo Ludueña. En tanto, la crecida del Saladillo provocó la evacuación de dos familias y tuvo en vilo a otras que viven a la vera del curso de agua.
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