Gremiales

EMPRESA Y GREMIO, JUNTAS

Cien despidos y una reunión en busca de una solución

La empresa Astillero Ultrapetrol SA, que la semana pasada echó a una centena de trabajadores de la planta enclavada en la vecina localidad de Alvear, aceptó reunirse el miércoles con el Sindicato Argentino de Obreros Navales y Servicios de la Industria Naval (Saonsinra). ¿Habrá marcha atrás?


Este miércoles la empresa Astillero Ultrapetrol SA y el Sindicato Argentino de Obreros Navales y Servicios de la Industria Naval (Saonsinra) se sentarán en una mesa de negociación para discutir el destino de los cien trabajadores empleados en la planta de la vecina localidad de Alvear.

El jueves de la semana pasada la firma de capitales norteamericanos anunció el despido de todos los empleados del predio dedicado a la fabricación de barcazas y remolcadores, aunque no comunicó los términos de las suspensiones. Desde el gremio atribuyeron el cierre a la caída en las ventas y al descenso del comercio fluvial.  Y agregaron que la crisis responde a “la ausencia de directrices para la construcción naval, la realidad del flete fluvial y la demora en materializar los proyectos de ley de marina mercante e industria naval, ya con media sanción del Senado”.

Ultrapetrol nació en 2009 de la mano de una firma mixta y en 2014 pasó a las manos de capitales de Estados Unidos. Es uno de los astilleros más modernos de Sudamérica. Ocupa a 80 operarios navales y alrededor de 20 administrativos.

La empresa maneja varias unidades de negocios: el transporte fluvial en la hidrovía Paraná-Río de la Plata, los servicios logísticos a empresas petroleras y los fletes interoceánicos de cargas generales. Se expandió a Paraguay –donde traslada de a poco su base de operaciones–, Uruguay y Brasil.

A fines de 2006 cotizó en el mercado bursatil estadounidense. Tres ofertas públicas de acciones le permitieron recaudar unos 330 millones de dólares con los que modernizó flotas y en 2010 abrió el astillero santafesino de Punta Alvear. El objetivo fue construir allí barcazas y otras unidades para la Hidrovía Paraná–Paraguay y “el mercado local y mundial de exportaciones”.

Varias voces del sector mencionan que estos 100 despidos son una expresión más de la destrucción sistemática de la industria naval argentina que arranca en la década del 90 con la privatización de YPF, algunas leyes y la decisión de muchos astilleros de importar naves en desuso en lugar de fabricarlas en el país.

El astillero Punta Alvear llegó a fabricar el 70 por ciento de la producción industrial naviera argentina –que hoy es muy poca– y daba empleo a más de 300 trabajadores en sus mejores épocas. A poco de arrancar, hubo un cambio de timonel: el fondo de inversión Southern Cross (SC) consiguió en 2012 la mayoría accionaria de Ultrapetrol con un desembolso de 220 millones de dólares. SC es una de las principales transportadoras de la Hidrovía y está controlado por Norberto Morita, ex CEO del grupo Bemberg.

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