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Cien años para “Malena”

La cantante Nelly Omar llegó al siglo con una salud todavía envidiable. Su vida es testimonio del auge del género que identifica a los rioplatenses y tuvo el privilegio de pertenecer a la época dorada del tango. Telam / Juan Manuel Valdes.

Nelly Omar admitió haber tenido una relación sentimental con Homero Manzi.

Nelly Omar cumple 100 años. Su vida es testimonio del auge del género que identifica a los rioplatenses en todo el mundo.

Como Libertad Lamarque, Azucena Maizani, Ada Falcón o Tita Merello, pertenece a la generación dorada del tango. También fue testigo privilegiada del peronismo, movimiento al que adhirió aunque luego esto le valiera ser censurada y estigmatizada durante los 18 años de proscripción. “La Gardel con polleras” fue bautizada por un locutor del pueblo de Valentín Alsina. Su voz, pese al paso de los años, sigue conmoviendo. Hace dos años hizo vibrar un Luna Park que se colmó para escucharla.

Nilda Elvira Vattuone nació en Bonifacio, Provincia de Buenos Aires, el 11 de setiembre de 1911. Hija de un carpintero y de una mujer de campo, se mudó junto a sus hermanos a Buenos Aires en 1922. Su hermano la anotó contra su voluntad como cantante en un acto a beneficio del Club Colegiales. Su madre le aconsejó entonces que se dedicara a cantar, frente al otro sueño que tenía, ser aviadora. Su amistad con Carola Lorenzini la llevó a conocer los cielos. A raíz de este pasatiempo conoció durante sus fines de semana en las afueras Quilmes, a una joven y soltera Eva Duarte, quien también era aficionada a los vuelos. Ambas eran artistas en ascenso, de allí nació una gran amistad que se prolongaría durante el gobierno de Perón y la irrupción de Eva como abanderada de los humildes. Nelly grabaría “La descamisada”, tema que convocaba a las mujeres a concurrir a votar por primera vez y cuya estrofa decía: “Yo soy la descamisada, a la que al fin se le escucha, la que trabaja y que lucha para el bien de la Nación”.

Cuando cayó Perón debió dejar su carrera artística al haber sido prohibida por los gobiernos dictatoriales que se sucedieron.

Se exilió en Venezuela y Uruguay hasta 1969, cuando volvió a grabar un disco.

Uno de los secretos mejor guardados del tango era quién había sido la musa inspiradora de Manzi en aquel clásico inmortal de nuestra música. Manzi, uno de los letristas e intelectuales más importantes de su tiempo, ferviente Yrigoyenista y fundador del grupo Forja, dejó esa historia en suspenso. Hasta hoy, existen controversias entre los estudiosos del género sobre quién era la famosa Malena. Sin embargo, una de las historias más difundidas era la que atribuía la letra a Nelly Omar.

La propia Nelly confirmó esta versión recientemente al narrar que mantuvo con Manzi una relación entre los años 1937 y 1951, año en que Homero falleció. Cuando se conocieron, él tenía 30 años y ella 36. Trabajaron juntos en los programas que el poeta guionaba para Radio Belgrano. Manzi cayó rendido frente al talento y la belleza de la cantante y mientras insistía con sus piropos, ella respondía secamente: “Por favor, pare, yo soy una mujer casada. No me moleste”. La relación más tarde, prosperó.

Según ella misma confiesa, el himno tanguero “Sur” dice “mi amor y tu ventana” en referencia a que ella nunca le dio la llave de su casa y golpeaba la ventana para poder entrar. Hoy confiesa “no sé cómo pude haber sido tan mala con él”. De este romance surgiría también el tango “Ninguna” en la que Homero dice “Esta puerta se abrió para tu paso/Este piano tembló con tu canción (…) No habrá ninguna igual, no habrá ninguna, ninguna con tu piel ni con tu voz” o la melancólica “Su carta no llegó”.

En lo que respecta a “Malena”, la historia cuenta que hacia fines de 1941, Manzi viajó a México con su amigo, el actor Francisco Petrone. Según testimonio de este último, conocieron allí a una joven cuyo semblante recordaba al de la bella Nelly y al preguntarle su nombre respondió llamarse “Malena”. Inspirado, Homero escribió durante su estadía la letra del célebre tango y se la envió a su socio Lucio De Mare para que le compusiera la música.

Su estilo tiene mucho de aquel tango originario, de guitarras camperas que también popularizara el gran Edmundo Rivero, tradición que pocos artistas mantienen en la actualidad, pero que despierta asombro y admiración por los aficionados de un género que sigue vigente. Los recitales de “La Gardel con polleras” son una celebración de la identidad nacional, suele llevar ponchos y agitar banderas argentinas entre los aplausos de sus seguidores. Pocos artistas pueden llevar tan cómodamente como Nelly Omar la marca ser lo que es, nacional y popular.

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