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Ciclotimia: actividad artística que se convirtió en canal solidario

Pablo Castro Leguizamón y Érica Arístides empezaron en 2010 con el ciclo que se realiza todos los martes en el bar de Mitre y pasaje Simeoni. Sin perder su espíritu inicial, cada vez reciben más demandas de organizaciones de ayuda social.


Sorprendidos y también apenados, aunque sin renegar de esa suerte de fuego cruzado en la que quedaron expuestos, la actriz Érica Arístides y el escritor Pablo Castro Leguizamón, quienes fundaron Ciclotimia hace seis años –una actividad netamente artística que se realiza desde 2010 religiosamente todos los martes en el bar de Mitre y Pasaje Poeta Simeoni–, aseguraron a El Ciudadano que en los últimos cuatro meses se convirtieron en un “canal de movidas solidarias” debido a las constantes demandas de diversas organizaciones sociales.

Ciclotimia surgió con el espíritu que mantiene actualmente: la fusión y el intercambio de diferentes ramas del arte como la música, la producción audiovisual local y la lectura de poesía. Por el improvisado escenario del pub de la esquina céntrica desfilaron en todos estos años más de 2.000 escritores, cineastas, compositores y cantantes, tanto del ámbito local como nacional. En 2012 se les sumó a la organización, que bautizaron también como “una idea de Tres cabezas producciones”, el desaparecido y apreciado poeta Fabricio “El Rengo” Simeoni, quien formó parte de la actividad hasta que murió en octubre de 2013.

Así, Ciclotimia se convirtió, casi desde sus inicios, en una marca registrada en el ámbito cultural de la ciudad que aunaba referentes locales y artistas desconocidos, sin distinción al momento de elegir quién mostraría sus realizaciones.

“En principio, el ciclo surgió como otra cosa: que puedan integrarse y convivir personas relacionadas con la literatura y actores, que a su vez se conozcan con los músicos y así puedan generar otras actividades paralelas. De hecho, se lograron un montón de cosas en ese sentido: hubo casos en que un actor formó parte de algún cortometraje o un compositor le puso música a un poema de un escritor y todos ellos se conocieron en Ciclotimia”, contó Arístides, orgullosa de los logros obtenidos en más de un lustro.

Una cuestión social

La actriz también recordó que “las movidas solidarias se hacían eventualmente, en fechas puntuales como el Día del niño o en invierno, con colectas de frazadas para gente en situación de calle”. Pero según aseguró, “este año fue como una bomba, empezamos con el ciclo a principios de abril y ya llevamos hechas seis movidas para recolectar distintas cosas para diferentes instituciones”.

Para Castro Leguzamón, lo que está ocurriendo con el ciclo artístico “es producto de una situación social que parece desbordarse por todos los flancos”. Es más, el escritor destacó que las convocatorias solidarias solían hacerse cuando Ciclotimia se hacía una vez al año en Plataforma Lavardén. “Ahí sabíamos que iba a haber una concurrencia importante de gente, la que habitualmente va a los ciclos que hacemos en el bar, y entonces aprovechábamos para la «Tomatinia», que consistía en que cada asistente llevara una conserva de tomate para salsa que después se utilizaba en la comida que se reparte entre la gente en situación de calle. De hecho, cuando hacíamos la puesta de Ciclotimia en Mendoza y Sarmiento podíamos cobrar entrada pero no lo hacíamos sino que cambiábamos ese dinero por libros, alimentos no perecederos o frazadas”, agregó Pablo.

“¡Exacto! –dijo Érica–, en esos casos nosotros nos comunicábamos con Richard Camarasa, del Movimiento Solidario, y le preguntábamos qué les hacía falta, para así aprovechar la asistencia del público a la sala”.

La primera actividad solidaria que llevaron adelante en el bar fue hace aproximadamente tres años cuando Camarasa les comentó que estaba realizando una colecta de pañales para un hogar de tránsito para bebés. “Fue un caso muy particular porque cuando los necesitados son bebés o niños las personas se solidarizan inmediatamente”, recordó el escritor.

Sin embargo, también explicó que este año las movidas fueron y son para otro rango de personas de gran vulnerabilidad social como es la gente en situación de calle o quienes están privados de su libertad, que quizás no generan la sensibilidad y la empatía que les puede provocar un bebé o un niño. “De hecho, hasta hay a quienes les molestan que estén, en especial en el centro porque en los barrios los sin techo ya son parte de la comunidad, los conocemos por su nombre y apellido y los vecinos los ayudamos y los asistimos de otra manera”, consideró Pablo.

No nos molesta que se desvirtúe lo que hacemos, convirtiéndonos sin quererlo en un ciclo solidario, además de artístico, pero esta situación me hace acordar a un chiste de un nene que le dice a su madre “Mamá, quiero vivir en Argentina”, a lo que le responde “Pero hijo, si estamos en Argentina”. Y el nene le contesta: “Pero en la Argentina de antes”.

Érica no disiente en absoluto de su compañero y agregó: “Particularmente, a mí me gustaría volver dos o tres años atrás y que me digan, como ocurrió en algunas oportunidades hacia fin de año, que se necesita recolectar pan dulces para un geriátrico. En realidad hoy nos sentimos abrumados: tenemos ya el pedido de leche y galletitas para un comedor de Casiano Casas que le da la merienda los sábados a más de 200 chicos, juguetes para el hospital Vilela, frazadas para gente en situación de calle y alimentos para otro merendero de la zona norte. Esta situación nos abruma porque lo que hacemos lo hacemos por el arte. Insisto con que no renegamos de estas actividades pero nos abruma porque creemos que no va a terminar y es un poco el reflejo de la realidad social que estamos atravesando. Me da mucha tristeza”.

Pero hay más, este año Jekyll & Hyde, el bar donde se lleva a cabo Ciclotimia, decidió trabajar solamente a la noche cuando antes abría de 8 a 24 y funcionaba con dos turnos de empleados. “Hoy abren solamente de martes a domingos a la noche y siento que somos un montón de partecitas que ponemos nuestro aporte para que un negocio siga funcionando, porque capaz, por una cuestión de costos, sería un lugar que abriría solamente de jueves a domingo”, se lamentó Castro.

Colecta de zapatillas

Hoy a las 21 se realizará en el bar de Mitre y pasaje Simeoni una nueva edición de Ciclotimia en la que piden a los asistentes que colaboren con zapatillas o calzado cerrado en buen estado para contribuir con las actividades del Movimiento Solidario.

Cabe destacar que, como cada martes, distintos artistas mostrarán sus producciones. En esta ocasión, lo harán Fernando Belottini, Jorge Montesano y Ezequiel Cavallero en literatura; Florencia y Gonzalo Gaetán en poesía y música y se proyectará un cortometraje de Francisco Matiozzi Molinas.

También estará el compositor Ignacio Arigos, de Buenos Aires, y el grupo The Monkeys Crazy, de la ciudad de San Justo. La entrada es libre y gratuita aunque desde Tres cabezas producciones apelan a la solidaridad de quienes cada martes asisten al ciclo, para así colaborar con la cruzada nocturna con la gente en situación de calle que lleva adelante el Movimiento Solidario.

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