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Agujerar el planeta

China perfora un pozo de 11 kilómetros de profundidad, y hay otro más hondo en Rusia

Empezó 30 de mayo y es con fines de exploración científica. Está en el noroeste del país, en la cuenca del Tarim, dentro del desierto más grande del país, el Takla Makan. El del Ártico ruso, hecho por la ex Unión Soviética, fue clausurado en 2008


China empezó 30 de mayo la perforación de su primer pozo superprofundo de exploración científica. Es en el noroeste del país, en la cuenca del Tarim. El foso tendrá una profundidad objetivo de 11.100 metros, en el desierto más grande de China, el Takla Makan.

La perforación se hace con un equipamiento pesado de más de 2.000 toneladas, incluidas las brocas y las tuberías. Se busca atravesar más de 10 capas continentales, alcanzando el sistema del Cretácico en la corteza terrestre, que contiene rocas de unos 145 millones de años de antigüedad.

La cuenca del Tarim es una de las áreas más difíciles de explorar por el hostil entorno terrestre y las complejas condiciones subterráneas. “Las dificultades para implementar este proyecto de perforación pueden compararse con las de conducir un camión grande sobre dos cables de acero delgados”, comparó el académico de la Academia de Ingeniería de China Sun Jinsheng.

El proyecto es parte de un programa de China para mejorar su capacidad de exploración y conocimiento del subsuelo. Se espera que los resultados de esta perforación arrojen valiosa información sobre la geología y los recursos naturales de la región, así como avances científicos en la comprensión de los fenómenos geológicos y la historia de la Tierra.

Ya en 2021, el presidente Xi Jinping pidió un mayor progreso en la exploración profunda de la Tierra durante un discurso dirigido a los principales científicos del país. Pero también indaga en lo alto: el mismo 30 de mayo que se inició la perforación de Tarim, Pekín envió a su primer astronauta civil al espacio desde el desierto de Gobi.

Las dificultades de adentrarse en el interior del planeta son enormes. La corteza terrestre tiene un espesor que varía entre los 5 kilómetros del fondo oceánico y los 70 de las zonas montañosas activas. El manto, la capa que se encuentra entre la corteza y el núcleo, totaliza el 84% del volumen del planeta. Se extiende desde cerca de los 33 kilómetros de profundidad (unos 8 en las zonas oceánicas) hasta los 2.900 kilómetros, donde se estima que es la transición al núcleo.

 

Todavía el mayor es en el Ártico ruso, pero está clausurado

La boca sellada del pozo de más de 12.000 metros abierto por la ex Unión Soviética en Kola en la década del 70.

 

La incursión más osada del hombre al interior terrestre sigue siendo el pozo de Kola, cerca de Murmansk, en el Ártico ruso, que la entonces Unión Soviética inició en 1970 y que alcanzó una profundidad de 12.262 metros. Pero ya no está operativo.

Está situado geográficamente en la península de Kola, cerca de Noruega y Finlandia, en el raión de Pechenga, actual Rusia. A diferencia de otros pozos profundos que se han hecho para buscar petróleo o por exploración, la finalidad fue sólo la investigación de la litosfera en el lugar donde la llamada discontinuidad de Mohorovičić se acerca a la superficie de la Tierra. Este pozo estaba entre la corteza (basalto) y el manto superior o sial (silicato de aluminio).

La perforación comenzó el 24 de mayo de 1970. Se utilizaron primero grandes perforadoras Uralmash-4E, y luego se continuó con las Uralmash-15000. Se abrieron varios pozos partiendo de la rama central, el más profundo de los cuales, denominado SG-3, se completó en 1989.


La perforación de Kola penetra a través de un tercio de la corteza continental báltica, cuyo grosor se calcula en 35 kilómetros. Se llegó a rocas de 2700 millones de años de antigüedad.

Los campos de estudio propuestos fueron sobre la estructura profunda de la placa báltica, las discontinuidades sísmicas y el régimen termal en la corteza de tierra. También se indagó la composición física y química de la corteza profunda y la transición de la superior a una corteza más baja, además de obtener datos para avanzar en geofísica de la litosfera y tecnologías para el estudio geofísico profundo.

El pozo fue controlado por la empresa científica estatal GNPP Nedra, con un laboratorio geológico en su interior. El nivel más profundo activo fue el SG-5, que alcanzó los 8578 metros de profundidad y 214 mm de diámetro. A mediados de 2008, por limitaciones financieras y falta de apoyo, se acordó el cierre definitivo del proyecto.

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