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Chile: ahora el tema es la convivencia de los mineros

Los 33 trabajadores atrapados bajo el yacimiento San José, en Copiapó, se dividieron en tres grupos para evitar roces. La máquina Strata 950 sumó ayer sus primeros 15 metros de perforación inicial. Operativo rescate en marcha Fortt: "No hay riesgos de derrumbe" en el proceso de rescate

En medio de los trabajos de rescate, los 33 mineros atrapados en el yacimiento San José, en Copiapó, y a 700 metros de profundidad se encuentran divididos en tres grupos para evitar roces en su convivencia. Es que ya pasaron 27 días desde el derrumbe y más allá de la emoción que generó la noticia de haberlos encontrado con vida, los equipos de apoyo siguen trabajando fuerte en nutrición y apoyo psicológico para que puedan soportar los días que restan para el rescate.

En ese sentido, para evitar peleas fueron separados en tres grupos. Una de las primeras situaciones críticas que debieron enfrentar los trabajadores fue decidir a quién obedecerían, ya que pertenecen al menos a tres empresas distintas. Según el jefe del equipo de sicólogos de las faenas, Alberto Iturra, esto se resolvió con el liderazgo del jefe de turno de la mina, Luis Urzúa.

Pero no todos los mineros atrapados tienen una relación cercana ni afinidad, ya que algunos apenas se conocían. Incluso, en las primeras cartas a sus familiares, algunos decían que no “querían hablar con nadie ni que nadie que no conocían les hablara”.

Por iniciativa propia, determinaron separarse en tres grupos, los cuales cumplen turnos de trabajo de ocho horas, conviven y hasta duermen en zonas distintas. Estos últimos fueron bautizados como grupo Refugio, Rampa y 105 (por el nivel donde se encuentran). Sus respectivos líderes son Omar Reygada, Carlos Barrios y Raúl Bustos.

El operario mecánico José Ojeda, quien escribió el primer mensaje cuando los encontraron en la mina San José, es uno de los 11 miembros del equipo Rampa. En una de sus cartas envió un mapa y explicó que “este grupo es pura paz, trabajamos todos a una y nos damos ánimo unos con otros, siempre viendo cómo está el ánimo a cada rato”.

Iturra explicó que “todo grupo tiene etapas de crecimiento y las enfrenta a través de crisis, donde se comparten opiniones y, a veces, hay divergencias”. Añade que ellos están pasando por fenómenos de “acercamiento y rechazo y progresión de estados de ánimo”.

Una de las preocupaciones que han expresado los trabajadores hacia el exterior en eventuales problemas familiares, por lo cual se les ha recomendado a las familias no comentarles sobre los conflictos que existen en la superficie.

Fuente: La tercera de Chile.

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