Ciudad

Barrio Ludueña

Chico de dos años sufrió feroz ataque de un perro

El niño está internado en el hospital Centenario tras sufrir una herida “importante” en la cara.


Un nene de dos años tuvo que ser internado en el hospital Centenario tras sufrir la mordedura de un perro en la cara en barrio Ludueña. Según informaron desde el centro de salud, el niño se encuentra fuera de peligro pero la herida en la región malar y la parte inferior del ojo izquierdo “es importante” por lo que luego de realizársele las curaciones y suturas necesarias en el quirófano de pediatría tendrá que ser sometido a una cirugía plástica. Desde el Instituto Municipal de Salud Animal (Imusa) dijeron desconocer si el perro agresor es callejero o tiene propietario porque no recibieron ninguna denuncia, lo que les hace presumir que posiblemente los padres del chico conozcan al dueño del animal que puede estar siendo “guardado o protegido” por razones aún no establecidas.

La directora del centro de salud, Isabel Ceola, indicó que el niño “fue suturado por las heridas sufridas y se encuentra internado en la sala de pediatría. No tiene compromiso vital. Se le siguen realizando las curaciones y luego tendrá que hacerse una cirugía plástica. El daño fue en el rostro en la zona del párpado inferior izquierdo y es muy importante”, destacó.

“El chico fue traído por su mamá anoche (por anteanoche) y allí mismo fue derivado a un quirófano para hacerle las prácticas necesarias”, añadió.

Desde el Imusa, su titular, Diana Bonifacio, remarcó que no tuvieron ninguna notificación del caso. “Sospechamos que el perro está guardado o protegido o es conocido del nene porque es muy raro que no hayan hecho la denuncia. Lo que suponemos por el momento es que alguien conocido del chico debe tener algún grado de responsabilidad”, analizó.

“Un perro no muerde porque sí. Habría que ver también si es callejero como algunos dicen. El tema es que la gente tiene que entender que debe ser más responsable con un animal que está en la calle. Muchos los tienen en el barrio, les dan de comer pero no los castran y ésa es una de las primeras medidas que deben tomarse porque un perro castrado muerde diez veces menos que uno que no”, agregó.

Las hipótesis son varias y, según la funcionaria, si el animal es callejero “quizás había en la zona alguna perra en celo”, lo que le alteró el comportamiento.

“Si bien el perro puede ser amistoso y tener un comportamiento normal, en estos casos puede presentarse fastidioso y terminar en un ataque. La verdad es que no conocemos cómo funciona la cabeza de los perros. Los vecinos que se hacen cargo de un perro callejero tienen que llamar al Imusa. Muchas veces llaman para avisarnos de algún animal sin dueño para que lo vayamos a buscar pero nosotros no podemos porque estamos trabajando en otro operativo. La gente también tiene que hacerse cargo de estas cosas y no debe pretender que sea el Estado el que se haga cargo de todo. Tiene que ser un trabajo conjunto”, remarcó la funcionaria.

Sobre si son repetidos los casos de denuncias por mordeduras, Bonifacio subrayó que “no hay lógica”. “A veces pasan seis meses donde no ocurre nada y de repente en pocas semanas tenés varios casos de ataques de perros contra personas. A veces tiene que ver con la época del año. Hay zonas de la ciudad donde los perros se reproducen y después empiezan a vagar por todos lados y no es suficiente con sólo darles de comer”, añadió Bonifacio.

Por último, para evitar mordeduras de perros se aconseja tener en claro que los animales se comunican y se defienden de una manera diferente a los humanos, por lo que no conviene provocarlos.

Tampoco hay que dejar a los niños solos con las mascotas ni se debe molestar al animal cuando esté comiendo o durmiendo. Si la mascota tuvo crías, no hay que tocarlas ni manipularlas para evitar agresiones. Además, hay que mantener al día el plan de vacunas.

“Muerden por sexo, comida o territorio”

Al ser consultado sobre el caso del chico de dos años internado tras ser mordido por un perro en barrio Ludueña, el concejal y veterinario Carlos Cossia recordó que “es importante saber si se trata de un animal que vive puertas adentro o puertas afuera”. “La gente muchas veces minimiza la situación cuando los perros les gruñen y éstos siempre avisan. Esto suele ocurrir puertas adentro. Un perro muerde por tres cosas: por sexo, por comida o por territorio. En los casos de puertas afuera, el perro vagabundo es difícil que muerda. Sólo ocurre en situaciones excepcionales porque carece de la cuestión de territorialidad”, explicó.

“Lamentablemente hay demasiados perros abandonados en las calles, señaló el profesional. “Otra de las cuestiones –comentó– es lo que ocurre principalmente los fines de semana en los espacios verdes, donde la gente concurre, suelta a sus perros y realmente no hay más accidentes gracias a la suerte. Hay personas que tienen perros de guardia, los dejan alejarse cincuenta metros y eso es peligroso”.

Un espacio para ellos

El edil informó que ayer se aprobó en la comisión de Ecología del Concejo Municipal la creación de un espacio de 600 metros cuadrados para que los perros se suelten y anden allí adentro, en un área con protección perimetral. “Éste es un proyecto que tiene un tiempo y que ahora tuvo despacho. Yo, si fuera el Ejecutivo, aprovecharía la zona de los silos Davis, donde va mucha gente a pasear con sus mascotas”, destacó.

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