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Charrúa de fiesta: Se cumplen 8 años del épico ascenso de Central Córdoba a la B Metropolitana

El 30 de junio de 2012 el Matador le ganó 2-0 a Italiano en Ciudad Evita para coronar una temporada histórica. Los de barrio Tablada se convirtieron en el primer y único equipo de la C en ganar la promoción frente a un rival de la categoría superior


El sábado 30 de junio de 2012 a las 17 en punto el árbitro José Carreras pitó el final del partido e inmediatamente toda la parcialidad local comenzó a insultar a sus futbolistas y dirigentes, aunque lo más importante sucedió en el sector visitante del Estadio República de Italia, donde un puñado de jugadores, allegados e hinchas se unieron en un festejo que todos llevarán por siempre en las memoria. Central Córdoba le había ganado 2-0 a Sportivo Italiano y había logrado el ansiado ascenso a la B Metropolitana, un hecho histórico porque era la primera vez que un equipo de la C vencía al de la categoría superior y daba el salto de divisional.

A más de 300 kilómetros del estadio bonaerense un barrio de Rosario salía a festejar la gesta de un grupo de muchachos que dejaron todo dentro de la cancha y se impusieron no solamente a los rivales de turno, sino también a las adversidades que constantemente se le generaban desde muy cerca. Hoy se cumplen ocho años de una alegría que todo Tablada recuerda con emoción.

El Charrúa se tomaba revancha de la promoción perdida un año antes con Los Andes. Con casi la misma base y reforzado con jugadores llegados desde Buenos Aires, el plantel se unió, luchó y consiguió lo que se merecía. Todo el sufrimiento de la temporada se veía coronado con la gran victoria en Ciudad Evita gracias a los goles de Marcos Figueroa y Juan Carlos Lescano, pero eran solamente dos nombres de un grupo de más de treinta personas que día a día le ponían el pecho a la situación, la sacaban adelante y por fin les llegaba el momento de festejar: tenían su merecido premio y nadie se los podía sacar.

La gloria fue suya y se metieron en la historia grande del club, esa que como dice la marcha del club “conquistará Gabino” y que también lo hiciera el Trinche Carlovich. Ese junio de 2012 eran ellos los que le daban una alegría al pueblo azul. Atrás había quedado la fase regular, ese sexto puesto en la tabla general, el inicio del reducido con el triunfazo en La Matanza ante Laferrere, los fallos arbitrales en contra que ponían la situación más cuesta arriba, pero a todo eso hacía más importante el logro.

La solidez defensiva, el quite y la gestación de juego en mitad de cancha más la contundencia ofensiva fueron algunas de las claves que tuvo Central Córdoba para subir a la B Metropolitana. Marcelo Vaquero y su cuerpo técnico fueron los que terminaron de ensamblar las piezas para lograr alcanzar el gran objetivo, tras el trabajo que habían realizado antes Marcelo Vivas, Jorge Forgués y Omar Palma en diferentes momentos de la temporada 2011/12.

Hacer nombres propios con los jugadores es complicado porque como muchas veces ellos mismos reconocieron. Decían: “No había un Messi o un Maradona en ese grupo”. Eran uno solo que se potenciaba en los momentos difíciles, dentro y fuera de la cancha, para salir adelante. Así lo hicieron y por eso hoy en día, cada 30 de junio, el pueblo charrúa tiene un motivo para recordar y emocionarse porque no todos los días se logra un ascenso y menos en la forma que lo hicieron aquellos héroes, dejando atrás muchos problemas extrafutbolísticos. Porque el objetivo era una sólo: devolver a Central Córdoba a la Primera B Metropolitana y eso hicieron. Siempre se recordará aquel equipo, que terminó siendo un grupo de amigos que fueron a Ciudad Evita y contra todo, se volvieron a Rosario con el ascenso en el bolso.

Goles, festejos y el plantel

Los once titulares del Charrúa que dispuso Marcelo Vaquero en aquella tarde de Ciudad Evita fueron: Juan Cruz Leguizamón; Lucas Lazo, Paulo Killer, Luciano Castro y Nahuel Rodríguez; Nicolás De Bruno, Facundo Fabello, Pedro Cerutti y Diego Villagra; Marcos Figueroa y Martín Salinas. Luego ingresaron Emiliano Yocco, Nicolás Canessa y Juan Carlos Lescano. Además integraron el plantel Leonel Poropat, Ariel Paniego, Cristian Blanco y Kevin Santos (arqueros); Diego Baldessi, Ezequiel Alonso, Leandro Salina, Damián Cordero y Leandro Carubini (defensores); Guillermo Formica, Rodrigo Gauna, Daniel Maidana, Matías Navarrete, Facundo Toso, Lucas Tulián, Gustavo Bento, Ezequiel Taborda y Rodrigo Araujo (volantes); Ezequiel Amilivia, Diego Bertollo, Alejandro Fiorina, Alejandro García, Maximiliano Kapustensky y Marcos Murúa (delanteros).

La unión que hizo la fuerza

El Hincha charló con algunos protagonistas del certamen 2011/12. Uno de los máximos referentes fue Paulo Killer. El defensor y capitán fue uno de los tantos que se quedó tras perder la promoción la temporada anterior a mano de Los Andes. “Sabíamos no iba a ser fácil hacer una campaña igual, pero se mantuvo una base importante y llegaron algunos jugadores que fueron relevantes durante el torneo”, recordó.

Para Killer, un momento clave fue la victoria sobre Laferrere como visitante por el reducido. “El equipo explotó y llegó a su mejor nivel para a demostrar por qué había estado peleando durante todo el año”, dijo y agregó: “Éramos un plantel muy humilde, con chicos jóvenes y había un lindo grupo que se hizo fuerte en los peores momentos, algo que nos llevó a pelear hasta el final, incluso en el duelo ante Sportivo Italiano donde los arbitrajes eran dudosos y estaban en contra, pero adentro de la cancha siempre superamos todas las situaciones y nos llevaron a conseguir el triunfo”.

Facundo Fabello, una de las piezas claves en el mediocampo de ese equipo confesó que el ascenso significó mucho para él. “La institución no estaba de la mejor manera, había problemas económicos y entrenadores que se iban por situaciones extrafutbolísticas. La definición teniendo en contra a los árbitros hizo que adquiera más valor”, recordó el Narigón. El volante marcó en el cotejo de ida de la promoción ante Italiano, que terminó en empate 1-1. Igual, la confianza del plantel era total. “Estábamos tranquilos que en la revancha en Ciudad Evita lo íbamos a lograr y eso fue una clave: el convencimiento de saber que lo ganaríamos allá y lo demostramos siendo superiores”, destacó Fabello.

Para el arquero Leonel Poropat, nacido y criado en barrio Tablada, el ascenso significó un sueño hecho realidad. “Habiendo sido jugador formado en el club, pasando desde el baby hasta Primera División y coronarlo con un ascenso era algo único. Iba a la cancha de chiquito con mis amigos, teníamos nuestro trapo y conseguir ese logro fue maravilloso: la alegría más grande que me dio el fútbol”, explicó. “A veces hablando de esto se me pone la piel de gallina de solo recordar ese momento que queda grabado de por vida tanto para mí como para mí familia. No alcanzan las palabras para transmitir lo que fue y recordar lo que fue el barrio ese día. Es algo inexplicable”, completó el futbolista.

Poropat recordó que además del ascenso esa temporada tuvo una participación destacada en la Copa Argentina. “Fue algo muy especial. Ese equipo tenía una mística particular. Íbamos ante cualquier rival en cualquier cancha y nos sabíamos ganadores. En ese torneo fuimos un hueso duro de roer”, explicó el arquero.

La campaña

Central Córdoba disputó tres etapas en esta temporada 2011/12 de la Primera C. En primera instancia fue la fase regular donde terminó en la sexta colocación, luego el turno del torneo reducido donde se consagró campeón de manera invicta y por último disputó la promoción ante el Azzurro al que mandó al descenso. En la primera parte jugó 38 partidos, con 14 victorias, 15 empates y 9 derrotas, anotó 51 tantos y recibió 36. Sumó 57 unidades y quedó a 14 del campeón y primer ascendido, que fue Villa Dálmine.

En el octogonal tuvo un andar casi ideal: empate (1-1) y triunfo (3-1) ante Laferrere en cuartos de final, dos éxitos 1-0 ante Berazategui en semifinales y en la definición victoria 2-1 como visitante e igualdad 0-0 en casa ante Midland para acceder a la promoción, donde en el cotejo de ida fue 1-1 y en la revancha venció 2-0 a Italiano para lograr el ascenso a la B Metropolitana.

En total la temporada tuvo 46 partido: 19 triunfos, 18 igualdades, 9 caídas, 62 goles a favor y 40 en contra. El máximo anotador del equipo fue Martín Salinas con 12 tantos, seguido muy de cerca por Juan Carlos Lescano y Marcos Figueroa con 11 y 10, respectivamente. Alejandro García aportó 6; Lucas Lazo 5; Nicolás De Bruno y Alejandro Fiorina 4; Facundo Fabello 3; Nahuel Rodríguez 2; Diego Villagra, Ezequiel Amiliavia, Guillermo Formica, Marcos Murúa y Andrés Aparicio en contra 1.

Bonus track

El ascenso fue el summum de las emociones, pero el equipo se dio otro lujo ese año: ser protagonista de la Copa Argentina. En la primera fase empató con Talleres en Remedios de Escalada 1-1 y lo venció 4-2 por penales con una gran actuación del arquero Leonel Poropat. Luego goleó 3-0 a Libertad en Sunchales y se metió en 32avos de final, donde doblegó al Boca Unidos correntino (jugaba la B Nacional) en Chaco 6-5 por penales tras el 1-1 en los 90 minutos. En 16avos se midió con Boca en el Bicentenario de San Juan y pese a caer 2-0, el equipo estuvo a la altura de las circunstancias.

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