País

34 obreros en la calle

Cerró la tradicional fábrica de dulce de leche La Salamandra

La empresa, propiedad de Cristóbal López, estaba atravesando una profunda crisis económica y financiera y además debía enfrentar un mercado interno donde estaba vendiendo sin márgenes y exportaciones difíciles de sostener.


La fábrica de dulce de leche La Salamandra bajó sus persianas definitivamente y dejó a 34 obreros en la calle, tras atravesar una profunda crisis financiera, en la localidad bonaerense de Torres, en Luján.

La compañía, propiedad del empresario Cristóbal López, pidió un procedimiento preventivo de crisis y argumentó que su crisis se desató debido a la permanente suba de costos de producción en paralelo con la imposibilidad de subir los precios de sus productos.

La planta ubicada en el kilómetro 12,5 de la ruta 192, en la localidad de Torres, en el partido bonaerense de Luján (a 90 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires) había quedado en 2001 en manos de la cofundadora Cristina Miguens, quien la vendió por unos 7,5 millones de dólares a López en 2012.

En la fábrica señalan que la decisión se tomó en un contexto de adversidad, dado que los precios al público son menores a sus costos, un espejo en el que se ven otras firmas lácteas, grandes y pequeñas.

En ese sector mencionan el corset de los precios cuidados que los obliga muchas veces a vender sin márgenes en el mercado interno y exportaciones difíciles de sostener en un mundo que compra menos y más barato.

López había adquirido la firma hace dos años y desde entonces le inyectó 60 millones de pesos con el objetivo de convertirla en uno de los emblemas en el rubro alimentos de su conglomerado Indalo.

La Salamandra fue fundada por el economista Javier González Fraga en 1991 y se convirtió en una pyme exitosa, que logró imponer la marca como sinónimo del dulce de leche premium de exportación.

Desde sus inicios, se posicionó en el segmento del dulce de leche gourmet y rápidamente ganó un lugar entre los consumidores locales y en el exterior, con exportaciones a 25 países.

Trascendió que pese al cierre de la producción, el empresario no venderá la tradicional marca ni tampoco la planta, dado que la apuesta es que en algún momento vuelva a operar con alguna otra actividad.

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