Gustavo Cerati permanece en “estado crítico pero estable”. El ex Soda Stereo continúa internado en el Centro Médico Docente La Trinidad, del sudeste de Caracas, Venezuela, donde fue intervenido quirúrgicamente por una isquemia cerebral tipo ACV (accdiente cerebro vascular).
El músico esta siendo monitoreado permanentemente por un equipo de médicos venezolanos, encabezado por el neurocirujano Vladimir Fuenmayor. Hoy se suma otro grupo de médicos argentinos, liderado por Ramón Leiguarda, director de la Clínica Fleni de Buenos Aires, quien ha estado trabajando en coordinación con Caracas.
En el ingreso del acceso principal del Centro de Salud hay numerosas cámaras apostadas y grupos de fanáticos que aguardan las novedades sobre el estado de Cerati, que está en cuidados intensivos de la torre González Rincones del complejo hospitalario. En el piso donde está internado hay medidas extremas de seguridad. Pero el grupo mayor de fans realiza vigilias en una plaza céntrica de la ciudad, donde van llegando periodistas de distintos lugares de Latinoamérica y de Argentina, a la espera de noticias sobre la evolución del músico.
De acuerdo a los partes médicos, la recuperación del músico será a largo plazo, ya que según los últimos estudios, las imágenes muestran que el daño es relativamente extenso. Según el doctor Ramón Leiguarda, del Fleni, primero hay que superar esta etapa crítica y una vez que se lo pueda evaluar neurológicamente se podrá predecir el grado de daño y el pronóstico.
Mientras desde Caracas, el equipo médico pide paciencia, y espera que Gustavo Cerati despierte para evaluar las posibles consecuencias de la intervención a la que debió ser sometido. Familiares, amigos y músicos forman una pequeña comitiva que acompaña al músico en este mal momento;su hermana Laura; su manager, Fernando Travi; su asistente, Nicolás Bernaudo; Anita Alvarez de Toledo, corista de la banda; y el kinesiólogo Carlos Michel, que participó de la gira porque Cerati se estaba recuperando de la dislocación de un hombro. Todos esperan las 72 horas que se cumplen el viernes, cuando poco a poco los especialistas saquen a Cerati del coma inducido, y hasta ese momento hay que controlar la ansiedad, con una buena dosis de esperanza.
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