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Una campaña partida en dos

Por Franco Scala.- Durante este campeonato, en su camino a Primera División, el Canalla tuvo dos caras bien marcadas. Una multitud canalla recibió al equipo en el aeropuerto Los canallas colmaron el Monumento a la Bandera La estadía de Central en la segunda categoría Seis entrenadores pasaron en la B Nacional Los refuerzos de Central en la segunda categoría Dos sobrevivientes del descenso Más de mil días para el regreso más esperado


Para graficar la campaña de Central que desembocó en el ascenso a Primera División es casi una obligación dividirla en dos partes. Desde el inicio del campeonato hasta la 13ª fecha, en donde las cosas nunca salieron como habían pensado el cuerpo técnico, los jugadores, los dirigentes y los hinchas.  Tras esa jornada la historia comenzó a mejorar notablemente. El equipo fue otro, logró conseguir 12 triunfos en forma consecutiva y consiguió confiabilidad por  parte de todos.

Central encaró la temporada 2012/13 con la obligación de conseguir el ascenso, tras dos campeonatos regados de fracasos. Para ese objetivo llegó Miguel Ángel Russo, técnico respetado y querido por todo el pueblo canalla.

El peor de los arranques

El debut fue ante Sarmiento y significó el primer porrazo. En un Gigante repleto, el equipo juninense logró llevarse los tres puntos ante la sorpresa de todos.

Llegó el primer encuentro de visitante y de la mano la primera alegría. Central derrotó a Boca Unidos 2-1 y en ese partido debutó Nery Domínguez, con gol incluido, que con el correr del torneo se transformó en pieza fundamental del andamiaje canalla.Luego el conjunto auriazul cayó en una irregularidad no permitida para un equipo que tenía pretensiones de ascenso. De esta manera, Central apenas ganó dos partidos de diez jugados: ante Nueva Chicago (5ª fecha) y Atlético Tucumán (7ª), ambos como local. El resto fueron derrotas y empates.

Pero lo más temible en esos momentos fue que el equipo no entregaba nada dentro del campo de juego. Russo se mostraba desorientado y sin conseguir la fórmula para encontrar el camino correcto. El hincha perdió la paciencia y la derrota ante Douglas (11ª fecha) y la igualdad con Ferro (13ª), ambas en el Gigante, fueron las gotas que rebalsaron el vaso lleno de impotencia y de dolor. No quedaba otra opción que dar una vuelta de timón para encauzar el barco rumbo al ascenso.

Cambió y marcó diferencias

A partir de la 14ª fecha Central dio un giro de 180 grados en su juego, actitud y por consecuencias en resultados. En esa jornada el Canalla le ganaba a Defensa y Justicia 1-0, gol de Fernando Coniglio, abriéndole la puerta a una racha de 12 triunfos en fila.

Victorias que sirvieron para devolverle la ilusión perdida al sufrido hincha auriazul. El equipo lograba confianza en cada partido ganado. Russo y sus dirigidos comenzaban a construir la famosa autopista a la A, frase que patentó el presidente Speciale cuando asumió en 2010.

Los rivales se rendían ante la superioridad canalla. Caranta se hacía imbatible. La defensa se mostraba ordenada y sólida. Domínguez era patrón y soto en el mediocampo.

Así Central marcó grandes diferencias con el resto de los equipos. Así Central logró el anhelado ascenso. Así Central después de más de mil días, justificadamente volvió a ser de Primera.

Con Russo no se equivocaron

Tras la frustración por no ascender, cuando al equipo que dirigía Juan Antonio Pizzi tenía que ganar un partido de tres y los perdió a todos, en la temporada 2011/12 la dirigencia de Central apostó por un técnico respetado por el hincha canalla: Miguel Ángel Russo. Y con el ascenso en el bolsillo no se equivocaron.

De todos modos no fue un camino fácil. El técnico vivió momentos de sosobra en el inicio del torneo y muchos daban por hecho su salida del Canalla cuando las cosas no salían de la mejor manera. Pero Russo nunca se despegó de su discurso inicial. Siempre mostró temple y espalda para bancar las críticas, Y sobretodo, sin dudas, fue el único que confió en sus jugadores para lograr el objetivo que a Central le fue esquivo durante dos temporadas.

El peor momento de Russo fue el 4 de noviembre de 2012. Ese día Central empataba 1-1 con Ferro en el Gigante de Arroyito y las gente despidió al equipo bajo un coro de reproches. Ni el técnico se salvó aquella vez de los silbidos. La paciencia del simpatizante auriazul llegaba a su máximo límite. El equipo no mostraba nada en el campo de juego. Sin ideas, sin carácter, sin alma. Pero el DT, en la conferencia de prensa, repetía que había que seguir trabajando.

Tras la igualdad con Ferro, Russo cambió la mentalidad soberbia de inicio de campeonato y le inyectó a un equipo sin carácter una dosis importante de actitud. El entrenador se dio cuenta que el camino no era el correcto y corrigió a tiempo errores que originaban malos momentos.

La consecuencia fue la mejor de todas. El equipo enhebró 12 victorias al hilo, con apenas dos goles en contra y se recibió de verdadero candidato.

Con la vuelta a Primera División Russo reforzó aún más el cariño de la gente. Sin dudas que fue el gran estratega de esta campaña. Ese que supo cambiar a tiempo y encontrar el equipo ideal. Ese que nunca bajo los brazos. Ese que tuvo la espalda suficiente para capear el temporal y salir airoso. Ese que además de haber ganado el famoso clásico del 97, de haber mantenido a Central en la Promoción ante Belgrano en 2009,  ahora hace regresar al Canalla al lugar en el que nunca debió salir.

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