El Hincha

Copa de la Superliga

Central mostró su peor versión y cayó ante Colón en el Gigante

Tácticamente desastroso. Así fue el partido que hizo Central en el arranque de la Copa. Un encuentro que se terminó en la primera media hora. Colón aprovechó las que tuvo para desnudar dos de los problemas crónicos que tiene el equipo de Diego Cocca: la pelota detenida y el mal retroceso


Foto Rosario Central

Tácticamente desastroso. Así fue el partido que hizo Central en el arranque de la Copa. Un encuentro que se terminó en la primera media hora. Colón aprovechó las que tuvo para desnudar dos de los problemas crónicos que tiene el equipo de Diego Cocca: la pelota detenida y el mal retroceso.

Un duro golpe fue el que recibió el Canalla en la primera fecha de la Zona B ante un rival que con su victoria cortó una racha de 25 juegos sin triunfos fuera de su casa e hizo que el Canalla cayera en el Gigante luego de 6 alegrías en fila.

Central dejó pasar una gran oportunidad de alejarse definitivamente de la parte de abajo y pensar con seriedad en ser protagonista e ir por los grandes premios que otorga este certamen. Varios jugadores tuvieron un desempeño para el olvido, lo que lógicamente, hizo que colectivamente Central fuera una sombra.

Muchos de los yerros que se vieron en la noche del lunes se evidenciaron en la Superliga y por ende se hicieron crónicos desde hace ya un tiempo. Un entrenador que no corrige la manera de marcar en los envíos de pelota detenida, que no tiene juego y que retrocede de una pésima manera.

De arranque se vio cuál era la estrategia de ambos equipos. Central se hizo rápidamente de la pelota y tuvo el exclusivo patrimonio de la posesión. En tanto que el conjunto de Eduardo Domínguez se paró en campo propio cediéndole la pelota a los de Cocca.

Más allá de que el Canalla tuvo la pelota le costó penetrar las dos líneas de cuatro del rival y evidenció la carencia de juego que tiene este equipo desde hace rato; aunque esta vez con algo de atenuante por la ausencia de Federico Martínez, quien con pocos minutos en cancha es la única herramienta que parece tener este equipo para llevar peligro al arco de enfrente. En los primeros minutos Rinaudo habilitó por arriba a Ruben, pero ese fue el único intento que llegó a destino. Y fue el prólogo del derrumbe futbolístico que tuvo Central.

Es que en la primera llegada que tuvo Colón, tras un córner, desnudó una de las mayores falencias que tiene el conjunto de Cocca: la pelota detenida. Y fue un ex canalla quien aprovechó la segunda jugada y marcó el primero. El gol fue un mazazo para Central, que tras una mala entrega de Pereyra en la mitad del campo de juego, sufrió la segunda caída en su arco. Un premio exagerado para los de la capital de provincia por cómo era el desarrollo del partido, pero a la misma vez un castigo al Canalla por la pasividad que tuvo en esas dos jugadas.

Las dos estocadas no fueron suficientes y llegó el tercero. Otra vez el Sabalero reveló otros de los problemas crónicos que tienen los de Cocca: el mal retroceso. El final de la primera parte encontró a un Central empujando hacia el arco de Burián pero con una carencia llamativa de ideas, así el pitazo del medio fue la mejor noticia para los auriazules.

Tras el descanso algo que llamó la atención es la falta de reacción del banco: es que Cocca no introdujo cambios tras haber perdido por goleada la primera parte. Claro que el complemento lo empezó de la mejor manera por el descuento convertido por Ruben, pero rápidamente el partido volvió a lo que fue en el primer tiempo: Central con la posesión pero sin ideas. Recién Cocca movió el banco a los veinte minutos de la etapa final, tarde, muy tarde.

La última parte fue más de lo mismo. Los de Cocca siguieron con la posesión y el rival agazapado esperando una contra. Uno no supo, Central; el otro no pudo, Colón.

Un cachetazo que duele por ser el primero en el inicio de un nuevo torneo; pero que además muestra que los errores del pasado no se han podido corregir. Un resultado que no es para preocuparse por el promedio; pero que sin dudas golpea y mucho a las ilusiones que se generan siempre en un inicio de certamen.

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