Le coparon la parada. Otra vez. Central Córdoba cayó 1-0 en Tablada con Talleres y ahora deberá jugarse la vida el martes a Remedios de Escalada si quiere que el sueño del ascenso se haga realidad.
En un Gabino con un marco espectacular en las tribunas como no se veía desde hacía mucho tiempo, el equipo faltó a la cita y quedó en deuda.
Si ni de penal la pudo embocar el Charrúa, que jugó un flojito partido ante un rival que demostró ser tan inteligente como práctico para manejar los hilos de un encuentro que dominó desde el vamos.
Le faltó enjundia al Matador. Guapeza para llevarse por delante a un Talleres que se dedicó a tocar la pelota con paciencia y esperar su oportunidad. Y la tuvo. Tras un primer tiempo aburrido, en el arranque del complemento Giménez probó de media distancia y la pelota se coló pegadita contra el palo izquierdo de Leguizamón, que nada pudo hacer.
Aturdido por el gol, Córdoba salió con todo en busca del empate. Resler lo tuvo dos veces, incluido el penal, que pateó fuerte al medio y fue bien neutralizado por Granero.
Semejante desilusión caló hondo en el ánimo del equipo, que poco más hizo hasta el pitazo final. Es más, Talleres no metió el segundo de casualidad y porque Vella salvó en la línea.
Cuffaro Russo buscó alternativas en el banco pero nada cambió: Central Córdoba se quedó con las manos vacías en su propia cancha y deberá buscar la heroica de visitante. Y de eso si que sabe el Charrúa, como la semana pasada en Laferrere y tantas otras a lo largo de su historia.