Unas seis mil almas gritaron junto a su equipo. Rosario Central disputaba el partido más importante desde que descendió de categoría frente a River en el Monumental de Núñez. La cita era observada con otros ojos por los aficionados auriazules desde que fue anunciado el calendario de esta temporada en la B Nacional.
Anunciado como un duelo de Primera, los ‘canallas’ explotaron las boleterías en la semana e iniciaron una caravana muy colorida que se inició en Rosario y culminó en las afueras del estadio que albergó el trascendental duelo.
Del otro lado, y cuando aún no había comenzado la acción dentro del terreno de juego, River había copado el resto de la capacidad del estadio en los límites definidos por la seguridad y la cita parecía que, además de un partido dentro de la cancha se daría en las afueras con las hinchadas y sus cánticos.
Y así fue, pues ambas parcialidades se encargaron de poner la música al duelo. Con idas y vueltas, el partido se vivió con mucho calor en las tribunas y el silenció se apoderó de la zona local cuando Gonzalo Castillejos convirtió e hizo estallar a la visitante.
Minutos después, a la inversa, el delantero Fernando Cavenaghi otorgó el empate a River y las banderas rojiblancas comenzaron a flamear de nuevo en Núñez. El final del partido llegó y fue una fiesta, pese a que se registraron algunos disturbios entre las aficiones una vez culminado el fútbol.
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