El Hincha

Superliga

Central cayó ante Vélez en el Gigante y quedó en la zona roja de los promedios

No tuvo suerte en el final, donde pudo haber empatado, y el árbitro Ariel Penel le negó un claro penal en el complemento, esto es cierto. Pero los merecimientos y yerros arbitrales no cuentan en la tabla. Mucho menos en la de los promedios, donde el Canalla se empieza a complicar


Franco Trovato Fuoco

Sigue sin poder ganar. Ya son ocho los partidos consecutivos que arrastra Central sin victorias en esta Superliga. Pero, además, esta vez perdió. Se quedó sin invicto. La pesada e histórica cadena de los siete empates consecutivos se interrumpió, pero con una derrota a manos de Vélez en Arroyito. No tuvo suerte en el final, donde pudo haber empatado, y el árbitro Ariel Penel le negó un claro penal en el complemento, esto es cierto. Pero los merecimientos y yerros arbitrales no cuentan en la tabla. Mucho menos en la de los promedios, donde el Canalla se empieza a complicar.

Es imposible analizar el traspié que sufrió Central fuera del marco de la campaña que viene haciendo. En ese contexto, la derrota pesa todavía un poco más porque se enlaza a una serie que ahora cuenta con ocho partidos sin ganar. Y también a la realidad de un equipo que no puede escapar de la zona roja de los promedios. Y, desde lo emocional, esta cuestión afecta.

Central entregó algunas señales positivas. Esto es indiscutible. Especialmente en el segundo tiempo, cuando superó a Vélez en el trámite y le generó situaciones. Pero con eso no le alcanzó. La falta de eficacia, un defecto que el DT canalla viene señalando, y un error de Penel, privaron a los auriazules de ponerse en ventaja.

Pero la tarea también dejó aspectos negativos. En el primer tiempo fue Vélez quien impuso condiciones. Fue dominador. Central no tuvo ideas en ofensiva. Para evitar la molesta presión alta de Vélez, el equipo de Cocca salteó líneas con pelotazos buscando a Riaño y la disputa de la famosa “segunda pelota”. Con esa fórmula, el Canalla sólo consiguió un remate claro contra el arco rival.

Ahora, tras la primera derrota del torneo, la necesidad de ganar se potenció. La paciencia del hincha se redujo. Y con diez fechas disputadas, el equipo sigue sin mostrar una identidad de juego definida. Algo que entregue un guiño cómplice al Mundo Canalla de que la situación puede revertirse en el corto plazo. El discurso de “la evolución y los merecimientos”, parece que ya no alcanza para calmar los ánimos. Y flota la sensación de que se ingresó en la cruel etapa en la que mandan únicamente los resultados.

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