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Cefaratti: “Ninguno es imprescindible, sólo Central”

El vice canalla explicó por qué no estará en la nueva escena política auriazul.


Mediante una extensa carta en su cuenta de facebook, el vicepresidente canalla Luciano Cefaratti explicó las razones por las que se alejará de manera momentánea de la vida política de Central. A continuación, el detalle:

“Hace un tiempo siento la necesidad de poder compartirles un mensaje desde la sinceridad del corazón. Les agradezco los cinco minutos de lectura.

Desde fin del año pasado venía evaluando y charlando con varios compañeros la decisión respecto al futuro político. Por supuesto no fue sencilla ni grata, ya que uno no es ajeno al contexto y muchas veces a las expectativas y la confianza que depositan en uno. Incluso uno mismo.

Me voy a ceñir estrictamente a lo personal que fue lo que en definitiva me llevó a tomar mi decisión.

Son 12 años desde que vengo participando activamente en la política del Club, con esforzado compromiso y dedicación en los distintos procesos, siendo candidato en tres elecciones consecutivas con la agrupación CReCe hasta finalmente ser electo con el Foro Canallas Unidos.

Fueron años muy difíciles para llegar a esta realidad, sobre todo los dos previos a la elección finalmente ganada en octubre de 2014. Junto a mi familia debimos soportar todo tipo de amenazas, difamaciones, agresiones y hasta tres atentados a mi lugar de trabajo con pintadas agraviantes y en la última ocasión con una balacera en el frente de la propiedad.

Se sufrió y mucho, pero seguimos adelante con más fuerzas que nunca.

Hoy todo eso parece que quedó muy lejos en el tiempo transcurriendo esta gestión en el medio, pero sucedió hace poco y como todo dejó su marca.

Por suerte hoy el Club goza de una salud democrática inédita en donde la libertad y el respeto están sostenidos por una fuerte convicción de quienes estamos dentro del Club y de quienes participan desde afuera en las Agrupaciones. Una decisión política de nuestra gestión, pero sin dudas un logro de todos los canallas.

Estos 4 años tampoco fueron nada sencillos, gestionando con máxima responsabilidad, dedicándole la vida al Club en el día a día, y dejando absolutamente todo lo personal en un segundo plano.

Y cuando digo todo, es TODO.

Resignando familia, salud, profesión, trabajo, amigos y todo lo que cualquiera de nosotros pone en valor en su vida. Y cuando uno es un tipo “de a pie” todo es cuesta arriba, el daño padecido es mayor, y hay que buscar un equilibrio que normalmente no se encuentra. Todo el que me conoce sabe cómo lo vivo y a lo que me refiero.

Les comparto un ejemplo muy íntimo, en el medio de la gestión me tocó atravesar dos situaciones de vida de esas que a todos nos marcan para siempre. La más feliz y la más triste. El nacimiento de mi hija Victoria, y la enfermedad, agonía y muerte de mi viejo. Y en ambos casos nunca dejé de ir ni un solo día al Club y de cumplir con mi compromiso asumido como dirigente. Dando el 1000% siempre, no admito otra forma.

Ni la mayor felicidad ni la mayor tristeza pudieron abstraerme o distraerme del rol de dirigente. Imagínense en el resto de las situaciones cotidianas de la vida.

Ni para disfrutar a pleno el nacimiento y verla crecer, ni para aceptar la muerte y hacer el necesario duelo. Por ende tampoco a los que me rodean. Y tanto ellos como yo sabemos que por Central tuvo y tiene sentido, ellos saben mejor que nadie de esta irracionalidad que siento y vivo, y por eso estuvieron conmigo a la par, aún sin estar de acuerdo o sufriéndolo. Así también mis compañeros y amigos.

La vorágine del día a día que tiene Central es muy fuerte, con momentos de presión extrema y tensión, porqué uno lo siente como todos, con la diferencia que al minuto hay que levantarse teniendo el deber de como sea tratar de cambiar la realidad. Y a la vez, en ocasiones aprender a convivir con ingratitudes o calumnias gratuitas de cualquiera.

Siempre digo que el dirigente es tan sólo un socio más que tomó la iniciativa de dar un paso adelante.

Y así transcurrieron estos (casi) cuatro años, y sin olvidar que en todas esas coyunturas uno debe seguir laburando en lo suyo, en mí caso como administrador general y consultor legal de instituciones educativas, y como abogado socio en un estudio jurídico.

Finalizado el torneo anterior, con los compañeros nos propusimos revertir esa magra imagen en lo deportivo para que no opaque injustamente al resto de la gestión. Para ello, haber logrado la contratación del Patón y que nos diera su mirada coincidente con la nuestra respecto al nivel del plantel (hoy lo empezamos a ver) fue algo que nos permitió estar muy tranquilos, y en mi caso poder analizar los pasos a seguir sin condicionamientos.

En este escenario, digamos convencido, pero con profundo pesar hace dos meses le comuniqué a mis compañeros la decisión de no postularme en octubre, y tratar de recomponer lo perdido y postergado y darle a mi familia (al menos por un tiempo) la atención que les quité y hoy se merecen más que nadie. Me necesitan, y bien.

Central va a cumplir 129 años, ninguno de nosotros es imprescindible, sólo Central. En cambio para cada una de nuestras familias e hijos hay momentos en que sí lo somos.

Para tomar la decisión no permití que el “ego” que todos tenemos, la “sana ambición”, o el “sueño personal” intercedan. Habría sentido que le fallaba a lo más sagrado, mi familia y Central.

No venimos al Club a cumplir nuestros sueños o deseos o a satisfacer nuestras ambiciones personales, venimos a darle nuestro mejor aporte y dedicación. Y si por la causa que sea consideramos que momentáneamente no estamos en la mejor situación personal para hacerlo, entonces hay que tener la humildad y grandeza de asumirlo. El amor no sólo se demuestra diciendo sí, y hoy decir que no a ser candidato (por más angustia que me produzca) es mi forma de expresar el amor a mi familia y al Club.

Por supuesto que seguiré comprometido en la vida política del Club como socio, a disposición de la institución y en un futuro nuevamente como dirigente si así lo deciden los socios.

No tengo como agradecer tanto cariño y confianza de parte de todos Uds., uno de los mayores honores y orgullos que seguramente voy a recibir en mi vida. Cuando termine el mandato el 1 de octubre escribiré sobre eso.

Ahora a seguir dejando todo en el último mes de esta gran gestión.

Abrazo GIGANTE amigos canallas”.

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