Espectáculos

Cecilia Todd: de encanto y talento

La artista venezolana se presenta esta noche a las 21,30 en Sala Lavardén, con homenaje al compositor Otilio Galíndez y al cancionero tradicional y popular de su país.

Por Javier Hernández / El Ciudadano

  Desde un refinado trabajo vocal que se percibe pulcro y flexible, pero no por eso menos elegante y potente, esta noche, a partir de las 21.30, en la sala Lavardén (Sarmiento y Mendoza), la artista venezolana Cecilia Todd presentará un repertorio en homenaje al compositor Otilio Galíndez. Todd estará acompañada por Leo Vargas en la percusión, Leonel Ruiz en piano, Jesús  Rengel en la mandolina y la bandola, y Mark Brown en el contrabajo.

Sobre un amplio espectro musical que se evidencia en la multiplicidad de ritmos que propone desde hace cuatro décadas, Todd se propone un objetivo: dar a conocer la música tradicional y popular de Venezuela dentro y fuera de su país.

Comprometida con la realidad cultural latinoamericana desde la canción, dijo: “La música es una de las áreas más importantes, porque es la forma más directa de llegarle a la gente, de hacer conocer una cultura, un país, una tradición”. En diálogo con El Ciudadano, la artista se refirió al momento que vive Latinoamérica en relación con sus cambios político-culturales, analizó la realidad de su país a partir de la transformación iniciada por Hugo Chávez, y dijo que “la cultura ha tomado las calles”. También habló sobre su presente musical, recordó a Mercedes Sosa y pasó revista por sus comienzos en la interpretación del cuatro.

—¿Latinoamérica está más unida?

—Sí, definitivamente, y en este momento particular creo que mucho más unida, como debería estar siempre, pero ahora creo que es especial.

—¿A partir de qué hechos se consolida este presente?

—En efecto, es un hecho político, porque en diferentes países se está viviendo una época de cambio y transición importante; procesos políticos necesarios, y que creo, tienen un denominador común, lo que hace que estemos más cerca. 

—¿Cuál es el rol que debe jugar la cultura como amalgama de experiencias comunes?

—En cualquier proyecto, la cultura juega un papel importantísimo, y dentro de la cultura, creo que la música es una de las áreas más importantes porque es la forma más directa de llegarle a la gente, de hacer conocer una cultura, un país, una tradición.

—Viene a Rosario para hacer un repertorio en homenaje a Otilio Galíndez ¿Qué la motivó a indagar la obra de este artista?

—Siempre canté canciones de Otilio pero nunca hice un repertorio dedicado tan enteramente a su obra como ahora, era un homenaje que le debíamos. El año pasado, Otilio partió (murió en 2009), y fue entonces que decidimos cantar sus canciones. Eso es lo que estamos haciendo en la Argentina. De todas maneras (el concierto), no será todo Otilio: la primera parte va a estar dedicada a él y la segunda a otras canciones conocidas y algunas nuevas.

—¿Hay un disco en producción?

—Siempre hay un disco en producción (risas).

—¿Es secreto?

—No se puede adelantar porque todavía no estoy segura, tengo ganas de hacer varias cosas diferentes y aún no me decidí. De todas formas, como oyente, me gustan las sorpresas (risas).

—Hace cuatro décadas que muestra y difunde el folclore venezolano, ¿cuáles son  las raíces de la música de su país?

—Como toda Latinoamérica, nosotros tenemos una mezcla muy enriquecedora de culturas. Esa mixtura genera un fruto maravilloso, una variedad de géneros y ritmos que hace de cada país una cosa especial y diferente. Por supuesto tenemos una raíz común, a la que nosotros llamamos hispana, pero que realmente viene de los árabes. 

—¿Cuándo empezó a tocar el cuatro?

—Todos los instrumentos de cuerdas que tocamos y tenemos en Latinoamérica derivan de los árabes. Yo empecé a tocar el cuatro siendo muy pequeñita, porque soy la menor de una familia de seis hermanos y todos en mi casa tocaban el cuatro. En realidad, en todas las casas de Venezuela se toca.

—¿Es más popular que la guitarra?

—Sí, mucho más. Se toca guitarra, pero realmente, el cuatro es el instrumento que acompaña a toda la música venezolana y de la región.

—¿Qué cambio ve en estos  40 años con la música?

—Estoy tocando mejor que cuando empecé (risas). A lo largo de mi carrera, hice música bien tradicional y otra de autores contemporáneos pero que basan su creación en los ritmos tradicionales. Hemos incorporado algunos instrumentos como el piano, que nunca estuvo en nuestra formación musical, y algunos arreglos diferentes. Antes eran más tradicionales, conservadores.

—¿Cuáles son los temas que más le gusta abordar en sus canciones?

—Creo que el tema principal siempre es el amor hacia algo: la pareja, el país, el paisaje, el entorno; pero el amor en sus diferentes expresiones es lo que mueve todo.

—Nombra el país entre uno de esos amores y no puedo dejar de preguntarle qué piensa sobre el proceso de transformación iniciado por Hugo Chávez

—Bueno, yo creo y quiero pensar que es así, aunque creo que realmente es así, que es un proceso, y por ello llevará muchos años, porque los procesos y los cambios no se hacen de un día para otro. Pero también creo que se están sentando muy bien las bases y poco a poco estamos mejorando. Hay cambios sociales importantes, cambios en la educación, en la salud; han sido muchos años con una misma forma de funcionar, en realidad toda la vida.

—Es lo que se dice de muchos otros países, de Bolivia por ejemplo…

—Exactamente, y Ecuador también; creo que por eso estamos cada vez más unidos, porque se ve que sí existe y sí es posible una vida más digna. Hacer presente y visible a la gente que siempre estuvo al margen de todos los acontecimientos, es algo importantísimo para mí. Esa es la base del éxito.

—¿Hay correspondencia entre lo político y el mundo de la cultura?

—La cultura ha tomado las calles, se han abierto los teatros a muchísima gente que nunca en su vida había entrado a uno, porque era imposible desde los costos o porque ni siquiera sabía que podía y tenía el derecho de hacerlo. Hay gente que está descubriendo la música, el teatro, el ballet y se hacen colas de tres o cuatro horas para ver un concierto, algo realmente inédito.

—Durante algunos años vivió en Argentina donde conoció a la Negra Sosa. A un año de su muerte, ¿cómo la recuerda?

—Lo primero que oí de Mercedes fue Mujeres argentinas. Ella también viajó a Venezuela, nos conocimos y se estableció una relación muy cercana. Después yo vine a vivir a Buenos Aires y estuvimos muy cerca siempre, sobre todo al principio que yo no conocía mucho. Mercedes y su marido siempre estuvieron dándome una mano, prestándome el hombro, fue muy importante y una relación muy bonita. Canté con ella en el diciembre anterior, hace dos años, que fue la última vez que la vi, en San Salvador de Bahía.

—Uno de los últimos conciertos…

—Imagino que sí, porque yo la vi muy cansada. Creo que después de eso grabó aquellos discos a dúo (Cantora 1 y 2). Estaba en ese proceso y me comentó que eso la tenía un poco mal porque se estaba esforzando mucho; realmente se le veía muy cansada, pero fue muy bonito el encuentro y cantamos juntas y solas, muy emotivo.

—¿Cómo espera el concierto en Rosario?

—Emocionadísima, porque la verdad, cuando se presenta una invitación de Argentina, entro en la fiesta. Tengo un nexo muy estrecho, muchos amigos queridos. Para este concierto invité a Jorge Fandermole con el que tenía muchas ganas de cantar, y con él haremos alguna canción.

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