Policiales

Gran Buenos Aires

Cayó un importante miembro de la banda de la Cuarentena dedicada a secuestros extorsivos

El Gordo Ale fue detenido en la provincia de Corrientes y está sindicado por planificar y ejecutar los golpes que se cometían en el oeste del conurbano bonaerense. A la organización se le adjudicó cinco secuestros extorsivos en los que recaudó 1.603.000 pesos y 43.400 dólares en rescates


Un hombre que estaba prófugo por estar sindicado como uno de los integrantes de la primera líder de la denominada Banda de la Cuarentena fue detenido este sábado en la provincia de Corrientes. Esta persona se sumó a los cuatro detenidos por integrar la organización a la que se le adjudica haber cometido entre marzo y agosto de 2020, en pleno aislamiento social, preventivo y obligatorio, unos cinco secuestros extorsivos en la zona oeste del conurbano, por los que recaudó 1.603.000 pesos y 43.400 dólares en rescates.

Según fuentes de la investigación, el sospechoso fue identificado como Hugo Alejandro Álvarez, de 48 años y conocido como Gordo Ale, y en las próximas horas será indagado en el marco de la causa que tramita en la Unidad Fiscal Especializada en Secuestros Extorsivos (Ufese), a cargo de Santiago Marquevich.

El Gordo Ale fue apresado por personal de la Superintendencia de Investigaciones Federales en avenida Artigas y Brown cuando salió del barrio San Gerónimo de Corrientes a bordo de un Honda City.

Según las fuentes, se lo sindica por liderar la elaboración y ejecución de diversos delitos cometidos en la zona oeste del Gran Buenos Aires como “secuestros extorsivos, asociación ilícita y robo en poblado y en banda”.

El fiscal federal de Hurlingham y además titular de la Ufese había presentado en marzo último el requerimiento de elevación a juicio ante el juez federal 2 de Morón, Jorge Rodríguez, sobre cuatro personas acusadas de integrar la organización criminal.

Según el escrito –al que tuvo acceso Télam– estos cuatro imputados fueron identificados como Alejandro Gabriel Fatu (31), presunto líder de la organización y apodado Mono; Sergio Gabriel Vandamme (42) y su esposa Gloria Isabel Benítez (43) junto a Mario Raúl Pérez (40).

Marquevich solicitó que los cuatro vayan a juicio oral acusados, con distinto grado de participación para cada uno, de los delitos de asociación ilícita, secuestro extorsivo agravado por haber cobrado el rescate y por haber participado más de tres personas, robo agravado, portación ilegal de arma y falsificación de documento.

“La banda criminal se caracterizó por contar con un grado de organización y logística suficiente que les permitió realizar distintos tipos de sucesos delictivos. Logró alzarse con botines de gran valor, entre ellos, dinero en efectivo en moneda nacional y extranjera”, describió el fiscal.

De acuerdo a la investigación, la organización utilizaba para interceptar a sus víctimas un auto Toyota Corolla o camionetas Volkswagen T-Cross u Honda HR, que habían sido robadas previamente y que luego acondicionaban para cometer los hechos con el cambio o adulteración de sus chapas patentes, para interceptar a sus víctimas.

Con los cinco secuestros extorsivos que les imputan, la banda de la Cuarentena llegó a recaudar en siete meses 1.603.000 pesos y 43.400 dólares en rescates o dinero en efectivo que le robaron a sus víctimas, estimaron los pesquisas.

El primer hecho fue cometido el 9 de marzo del año pasado, cuando la banda capturó a las 8.30 a un empleado de una agencia de autos que circulaba en un Mini Cooper de la empresa por la localidad bonaerense de Haedo, partido de Morón. La víctima estuvo una hora y media secuestrada hasta que su socio pagó 6.400 dólares y 3.000 pesos. A las 10 lo liberaron en Ramos Mejía, partido de La Matanza.

El 7 de mayo de 2020 al mediodía la víctima fue un hombre capturado cuando estacionaba su camioneta Volkswagen Tiguan en la puerta de su casa del partido de Ituzaingó. En esta oportunidad, le pidieron a la esposa medio millón de pesos, pero el rescate no llegó a pagarse y la banda lo liberó tras una hora y medio de cautiverio en Morón, aunque le robó una computadora marca Apple MacBook y un maletín en el que llevaba 100.000 pesos para pagar sueldos.

El tercer caso llegó a trascender a la prensa y fue el de un escribano de 64 años que el 19 de mayo del año pasado, a las 13, fue secuestrado cuando llegaba con su camioneta Jeep Compass a su casa de Ituzaingó. Tras haber sido cambiado de vehículo –como hacían siempre– y tenerlo cautivo una hora, el escribano fue liberado en inmediaciones del estadio del Club Deportivo Morón, luego de que su esposa entregara, también cerca de esa cancha, un pago de 7.000 dólares y 40.000 pesos.

El hecho siguiente lo hicieron el 24 de junio, también se publicó en los medios y tuvo como víctima a un joven que fue capturado a las 8.30 en la localidad bonaerense de San Justo, partido de La Matanza, cuando se dirigía a su trabajo en su camioneta Toyota Hilux.

En este caso el secuestro duró tres horas, cuando lo liberaron luego de un sistema de postas que se inició en Ciudadela y terminó en Ramos Mejía, donde el padre dejó el rescate de 1.300.000 pesos oculto entre las ramas de un árbol.

El quinto y último secuestro que le imputan a la banda fue cometido el 11 de agosto pasado a las 8.30 cuando un hombre de Moreno que circulaba en su camioneta Audi Q5 rumbo a su trabajo, bajó del Acceso Oeste a la altura de Parque Leloir, partido de Ituzaingó, y fue capturado por delincuentes armados. Los llamados extorsivos fueron dirigidos a la esposa de la víctima, quien se dirigió al estacionamiento del supermercado del shopping Plaza Oeste de Morón con los 30.000 dólares y 160.000 pesos que pactó de rescate.

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