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bandas del sur

Cayó el Tuerto, un ladero del Pollo Bassi que estaba prófugo

La PDI lo detuvo anteanoche, cuando llegaba al puerto de Alvear desde las islas, donde se había mantenido refugiado.


Por Juana Rams

El Tuerto iba a llegar anteanoche a la costa que está a la altura del camino a Cargill. Estaba camuflado en la zona de islas entrerrianas porque desde diciembre de 2013 la Justicia federal y provincial lo buscaban. Al personal de contrainteligencia de la Policía de Investigaciones (PDI) les había llegado el dato y lo aguantaron. El Tuerto desembarcó y corrió en dirección a una moto que lo esperaba en el camino cerca del puerto Punta Alvear. Su chofer no llegó a arrancar porque un grupo de policías los rodeó y antes de las 22 lo detuvo. Sus idas y vueltas no sólo fueron del fueron federal al provincial, sino también con bandas que en su momento marcaron su territorio a sangre y plomo. Para los investigadores más experimentados, el Tuerto supo simpatizar con los integrantes de la banda Los Monos pero siempre respondió a los contrarios: la organización de Luis “Pollo” Bassi. Estuvo involucrado en varias investigaciones, pero 2013 marcó para él un tropezón tras otro.

En un crimen

En marzo de ese año, lo detuvieron junto a los sindicados homicidas de Diego David Ramírez, un soldado en ascenso de 35 años que regenteaba un búnker de Río Negro al 2300 de Villa Gobernador Gálvez. En ese momento se hizo cargo de las armas que le encontraron. Pasaron varios días antes de que pudieran identificar a Ramírez. El hombre tenía domicilio en Las Flores Este de Rosario y fue hallado por un empleado del club Renato Cesarini el 2 de marzo en el llamado camino a Cargill, cerca del cementerio villagalvense y de la autopista Aramburu. El cuerpo tenía un tiro en la espalda, otro en el cuello y un tercero en la ingle. Por ese tiempo, los policías determinaron que lo habían asesinado en otro lugar y lo tiraron entre los yuyos. La primera hipótesis fue que a Ramírez lo habían ejecutado por la disputa de las dos bandas que buscaban la exclusividad del negocio del narcotráfico al sur del arroyo Saladillo. Pero había otros datos: a Ramírez lo habían detenido un mes antes en un búnker de Río Negro al 2300 en la zona de la seccional 26ª villagalvense. Lo acusaron de ser vendedor en el turno que arranca al mediodía y termina a la medianoche. Para los pesquisas, a Ramírez lo iban a ascender y esto implicaba que otro perdería ese lugar. “Se pudo determinar que lo mataron dentro del búnker de calle Río Negro. Ahí había manchas de sangre y trozos de proyectiles deformados, se presume que 9 milímetros. Evidentemente dejó entrar a alguien de confianza y después que lo mataron, lo sacaron y lo tiraron afuera”, dijo una fuente judicial.

Según esta versión, se presume que al búnker entraron dos personas: el autor material y el destronado. Así las cosas, el 23 de marzo el juez Gustavo Pérez de Urrechu ordenó allanamientos para dar con los acusados.

Uno fue en otro búnker villagalvense, Guido Spano al 2200. La Policía demoró a tres hombres y dijo haberse incautado de una escopeta calibre 16, 200 bochas de cocaína y 40 de marihuana, por lo cual se le dio intervención a la Justicia federal. En la puerta de la boca de expendio fue secuestrado un Peugeot 307 donde había una pistola calibre 9 milímetros con numeración visible. Uno de los tres arrestados fue Diego Sebastián “Tuerto” Alomar, de entonces 33 años, con antecedentes por tráfico de drogas y oriundo de Villa Gobernador Gálvez pero con domicilio en barrio Municipal rosarino. Quedó imputado por la tenencia de las armas y los estupefacientes. De esa pesquisa le quedaron los pedidos de captura por los que lo detuvieron anteanoche.

Otros dos allanamientos fueron en Rosario, en el llamado barrio Griego ubicado al sudeste de Circunvalación y avenida San Martín: en Termópolis al 1100 fue apresado Mario F., apodado Colo o Mario La Piedad, de 34 años. En tanto, en Platón al 1400, fue apresado Cristian M., de 32 años, alias Correntino, quien vivía a tres casillas de la víctima. Estos dos hombres fueron indagados por el homicidio de Ramírez y la presunción es que uno fue quien lo ultimó y el otro quien iba a ser desplazado en la estructura.

Zona en disputa

La zona de calle Río Negro siempre tuvo el liderazgo del Pollo pero en ese momento los investigadores relacionaron que esos dos búnkers pertenecían a otra organización desbaratada cuando se allanó el 4 de abril de 2013 una chacra en Alvear y se halló 19 kilos de droga. Este procedimiento derivó en la detención del lugarteniente de la banda Los Monos, Diego Cuello, y el luego asesinado en la Alcaidía local Miguel Saboldi, alias Japo, conocido por haber sido ladero de Pimpi Caminos.  Para ese tiempo, los pesquisas dudaban de la propiedad del territorio porque toda esa zona estaba en pugna con la banda del Pollo.

El pase al federal

El crimen de Ramírez marcó un antecedente cuando el procurador de la Corte provincial Jorge Barraguirre acordó con su par nacional Félix Crous, jefe de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) en ese momento, un protocolo para coordinar la pesquisa de los delitos complejos que tienen jurisdicción dividida, lo que significa que las causas por los hechos ligados al tráfico de estupefacientes –como tentativas de homicidios y otros ataques contra la vida y la integridad de las personas– iban a ser unificadas en el fuero federal. Este acuerdo se desdibujó el 26 de mayo de ese año cuando ejecutaron al líder de los Monos, Claudio “Pájaro” Cantero y la docena de crímenes que traería la venganza. Uno de los ataques era dirigido a Milton César.

Asesinato de su hermano

Tras la ejecución del Pájaro en el frente del boliche Infinity, el primer nombre que surgió fue el de Milton. Por ese tiempo, había dos Milton al que podían haber encargado el crimen. Milton César era uno y salió a aclarar por todos los medios que no había sido el autor del homicidio del Pájaro. El clan lo vio como un manotazo de ahogado para evitar la venganza y dos días más tarde, el 26, arremetió contra su familia. Ese día Marcelo Alomar, hermano del Tuerto, fue en su camioneta Nissan 4×4 hasta la casa de Norma, la mamá de Milton César.

Por ser mecánico tenía una estrecha relación con el Pollo y por tener caballos de carreras conocía al Pájaro, pero de Milton era amigo y fue a darle una mano para esconder a la familia. Eran las 17 cuando la camioneta de Marcelo, de 31 años, paró en el semáforo de Acevedo y avenida Francia. En ese momento, dos en moto se le pusieron a la par y gatillaron más de 30 veces. Marcelo y Nahuel murieron en el lugar mientras que Norma, madre de Milton, quedó gravemente herida hasta noviembre, cuando falleció. Más tarde, detuvieron a otro Milton. Esta vez era Damario sospechado como autor del crimen del Pájaro. Este año le dictaron la falta de mérito al igual que al Pollo Bassi por el crimen del Pájaro.  El año del Tuerto terminó con la fuga de la comisaría 26ª de Villa Gobernador Gálvez. La mañana del 6 de diciembre Marcelo Rodríguez, de 21 y detenido por un crimen, y el Tuerto, por tenencia de armas, forzaron la puerta de la celda de un penal transitorio. Salieron a un pasillo, y de allí escaparon por un ventiluz.