Cavallero: “Hay que ser fuertes en la derrota”

Tal como se preveía, la elección a la Intendencia de Rosario se polarizó ayer entre dos candidatos: Nónica Fein y Héctor Cavallero. Entre ambos postulantes cosecharon más del 80 por ciento de los votos positivos. De todas maneras, la diferencia entre primero y segundo fue de 20 puntos porcentuales. Cavallero, el candidato del Frente Santa Fe para Todos, quedó en segundo lugar detrás de la dirigente socialista y se disiparon, tal vez para siempre, las posibilidades de que el Tigre vuelva a gobernar el Ejecutivo local.

El Tigre, quien reconoció la derrota pasadas las 23, llamó a ser “fuertes en la derrota” y arengó a los presentes con el camino de la militancia: “Desde mañana nos vamos a poner a militar, luchar por la igualdad entre los habitantes que residen en la ciudad de Rosario”.

Desde el búnker del Frente Santa Fe para Todos, que se ubicó en el céntrico Hotel Ariston, hubo una dicotomía entre aquellas voces oficiales del sector político y el fervor militante. Desde bien temprano, los jóvenes militantes no pararon de arengar y cantar, desde el cierre de los comicios hasta bien entrada la noche cuando se supo que la diferencia sacada por Fein era muy amplia. Los cánticos siguieron hasta las 11 de la noche cuando fueron reemplazados por la sobriedad de los mensajes de los candidatos. A esa hora salió a escena Agustín Rossi, y detrás de él el resto de los candidatos de las distintas categorías.

Cavallero escuchó con gesto adusto y manos cruzadas el discurso del Chivo, para luego tomar el micrófono y explicar lo que ya todos, a merced de los cómputos oficiales, sabían: la tendencia se tornaba irreversible y Fein se consagraba como la próxima intendenta de Rosario y la primera mujer socialista en gobernar una ciudad.

“Compañeros y compañeras, quería reconocer el triunfo de la candidata Mónica Fein como futura intendenta de la ciudad”, reconoció Cavallero, al tiempo que la militancia reunida en el auditorio del hotel respondía con abucheos a la mención de la dirigente del PS y cantaba: “Ni socialista, ni popular, es la derecha que gobierna la ciudad”.

“De acuerdo a las proyecciones que hemos hecho, superamos el 30 por ciento de los votos en la ciudad de Rosario. Eso quiere decir que uno de cada tres rosarinos nos eligió para gobernar la ciudad”, continuó el concejal.

De todos modos, y haciendo hincapié en el porcentaje obtenido a favor, Cavallero espetó: “¿Qué significa ese 30 por ciento de los votos que es un número muy importante? Primero que va a producir una modificación sustancial en la composición del Concejo Municipal, les adelanto que se terminó la mayoría automática en el Concejo”. “En segundo lugar, el 30 por ciento quiere decir que no pudimos triunfar”, se lamentó.

“¿Cuál es la lección que nos deja este resultado?”, se preguntó el Tigre. Y se respondió: “Que todavía nos falta militar mucho más, concienciar mucho más en el seno del pueblo de la ciudad de Rosario”. Y a modo de reconocimiento a la militancia del PJ que bancó con cánticos, banderas y alegría la derrota, les propinó una palabra de aliento: “Desde mañana nos vamos a poner a militar, luchar por la igualdad entre los habitantes que residen en la ciudad de Rosario. Yo lo haré como concejal, y todos juntos saldremos a convencer, a concienciar a las rosarinas y rosarinos que es necesaria una ciudad más igualitaria, más libre y más solidaria”.

“Hay que ser humildes y amplios en la victoria y hay que ser fuertes en la derrota con sus convicciones”, pidió Cavallero mientras se bajaba del escenario. Ironía del destino, aquel que pregonaba como uno de sus ejes de campaña por la vuelta de los trenes de cercanía, de los trenes urbanos, se le acaba de ir el último tren para volver a ocupar el sillón de mando del Palacio de los Leones.

El optimismo inicial

A media mañana y cuando emitió su voto en la escuela Fray Luis Beltrán de Ayala Gauna al 7800, en zona noroeste de la ciudad, Cavallero se mostró “optimista” al manifestar que hoy “puede ser un gran día y una gran elección”.

El optimismo que destilaba el candidato a las 10 de la mañana de ayer se fue diluyendo con el correr de las horas. Aquel “gran día”, que el Tigre se atrevía a vislumbrar, no fue tal. Y terminó, tal vez, en su último intento por un cargo ejecutivo.

Los números duros, que suelen ser fríos, crueles e implacables con los derrotados, arrojaron un 30,40 por ciento con casi la totalidad de las mesas escrutadas.