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Cautivante “Mundo alas”

El espectáculo que León Gieco lleva a cabo con jóvenes de capacidades diferentes fue uno de los más aclamados de la quinta noche. Las emotivas interpretaciones colmaron de climas la atmósfera coscoína.

mundo_alasEl espectáculo Mundo Alas de León Gieco emocionó y cautivó al público de la quinta noche de Cosquín, que contó además con las destacadas actuaciones de Néstor Garnica, el acordeonista brasileño Luiz Carlos Borges y el guitarrista Luis Salinas.

En el inicio de la velada festivalera en el cincuentenario de su creación, fue el santiagueño violinista y cantor Néstor Garnica quien colmó de chacareras, zambas y huaynos la noche, con un ritmo que no decayó en ningún momento y volvió a ser consagrado por la gente en composiciones como “Jilguero Flores”, “El remolino”, “Zamba de los yuyos” y una versión muy lograda del “Guantanamera” de José Martí.

Otros santiagueños como el tradicional conjunto Los Carabajal, con más de 40 años de trayectoria, transportaron con sus sonidos característicos, reflejado a través de composiciones clásicas como “Desde el puente carretero”, “Cuando me abandone el alma” y “La estrella azul”.

El armoniquista rosarino Franco Luciani al frente de su grupo, que integran Facundo Peralta en bajo, Martín González en guitarra y Horacio Cacoliris en percusión, le puso el toque diferente a la velada con sus singulares versiones de clásicos como “Padre del carnaval”, “La de los Angelitos” y “El canalla”, que lo llevan a ser uno de los candidatos a la consagración del festival.

Otro ya consagrado por la gente fue el guitarrista Luis Salinas al frente de su banda que le brindó su personalidad y buen gusto a clásicas composiciones del cancionero popular y también se coloca con la firme condición de pugnar por la consagración de la edición cincuentenario de Cosquín.

El trío cordobés MJC (Martínez-Jaunarena-Ciavattini) junto a un Ensamble Sinfónico de la provincia vistió de gala a la música popular de tango y folclore, con sus arreglos de “Pateando sapos”, “Posadeña linda”, “La olvidada”, “Adiós Nonino” y “Libertango”, mostrando música de alto nivel interpretativo.

El acordeonista y compositor brasileño de Río Grande Do Soul Luiz Carlos Borges trajo a Cosquín todo el ritmo del litoral, combinando el chamamé con la canción y el vanderao del sur de Brasil y un sentido tributo a Mercedes Sosa con la “Canción del Jangadero” de Jaime Dávalos.

La Negra Sosa, considerada por muchos como “la cantora universal”, fue recordada en la quinta luna de Cosquín por músicos como Salinas, Luciani y Garnica.

Ya promediando la velada y entrada la madrugada, apareció sobre el escenario Atahualpa Yupanqui la figura del cantautor de Cañada Rosquín León Gieco, con su banda que comanda el tecladista Luis Gurevich, con el espectáculo Mundo Alas, integrado por chicos con capacidades diferentes y que viene recorriendo el país.

Temas del propio León interpretados por los protagonistas como “Cinco siglos igual”, “La colina de la vida”, “Pensar en nada” y “Sólo le pido a Dios” entre otros, se mezclaron con otras piezas que compusieron algunos chicos como Pancho y Alejandro, que cautivaron al público y colmaron de climas la atmósfera del Valle de Punilla, casi al estilo de una obra conceptual.

La provincia de Santiago del Estero también estuvo presente a través de su delegación oficial, artistas que desde la música y el baile llevaron al público a recorrer esa región del país de la mano de sus características chacareras.

El pre Cosquín se hizo presente en la noche del domingo con la interpretación de José Aguirre de Traslasierra cordobesa con el tema “La transerrana”, en el rubro canción inédita; el dos por cuatro se escuchó en la personal voz de Mirta Uget con una variada selección de Mariano Mores, y el recordado Cuchi Leguizamón, tuvo su tributo en las voces y musicalización de su hijo Luis Leguizamón, La Negra Chagra y Sara Mamani.

Completaron la quinta luna coscoína el Ballet de Juan Saavedra, Mariel Trimaglio, Beatriz Pichi Malen en su regreso a Cosquín después de 16 años, Los de Imaguaré, Nuevas Raíces y Siempre Salta.

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