Policiales

El femicidio de Paula

Causa Perassi: el amigo virtual al que Paula le contó cada paso de su relación

La jornada de este miércoles giró en torno de los contenidos de las computadoras de la víctima y los imputados. De ellos surgió información que confirma la relación entre Paula y uno de los acusados, el embarazo y la negativa del hombre a tener ese hijo, según los dichos clave de un testigo


Se llama José Luis, tiene 56 años y vive en Buenos Aires. Es amigo de Gabriel Strumia y entabló un vínculo virtual con Paula Perassi, a quien había visto en dos oportunidades: una fue el 20 de agosto de 2011 en la fiesta de cumpleaños de Gabi, como lo llamaban al empresario Strumia. Desde entonces se hicieron amigos a través de la red social Facebook. Paula le confió la relación con Strumia, su embarazo, el pedido de interrumpirlo, el miedo a realizarse una práctica abortiva y el sueño de tener una vida en común con quien hoy está en el banquillo de los acusados en la tercera jornada de juicio oral y público que se lleva adelante por la desaparición y el aborto no consentido seguido de muerte de la mujer.

El hombre contó que Strumia era su mejor amigo pero añadió que perdió el vínculo por esta causa. En cuanto a Paula, dijo que se habían visto “en una carrera en Buenos Aires”, pero él no tuvo mucho registro de ella; luego le llegó una invitación de Facebook. Le preguntó a su amigo quién era y le dijo que la aceptara, que era “la hija de Alberto”.

Desde julio de 2011, empezaron a hablar. A veces tenían conversaciones superfluas y otras no tanto. Le parecía que Paula tenía la necesidad de que alguien la escuchara, dijo y contó que vivía solo y llegaba tarde a su casa. Se conectaba y chateaba con quien estaba conectado: una de esas personas solía ser Paula.

Ella le contó de la mala relación que tenía con su marido, con el que ya no tenía vínculo sexual desde hacía unos dos meses, y de “un amor prohibido”. Ella no terminaba de decirle quién era, pero José Luis, que sólo la conocía a ella y a su amigo Strumia, lo sospechaba. Ella le contaba que “tenían piel, una relación fogosa” en la que se veían a diario, se mostraba como una adolescente enamorada, decía que no le importaba nada. Un tiempo después Paula le reconoció que la relación prohibida era con Gabriel Strumia.

José Luis intentaba bajarla a la tierra, aconsejarla, le pedía que pensaran lo que hacían. Paula comenzó a contarle de las sospechas que empezaron a surgir en la casa de Strumia sobre una relación clandestina. Primero de su hijo mayor porque su padre se iba todos los días a San Lorenzo y después de Roxana Michl –también sentada en el banquillo de los acusados y es la esposa de Strumia–, a quien llamaban por teléfono para decirle que su marido tenía una amante.

El embarazo

Paula le contó que estaba embarazada, la notó contenta, despreocupada. Paula le relataba las promesas de Strumia. El hombre le decía que se iban a ir juntos, pero que no era el momento de tener hijos. Ella tenía miedo de hacerse un aborto y así se lo hacía saber a José Luis. El hombre le decía que pensara bien lo que hacía, que pensara en sus hijos.

En un diálogo que tuvieron el 25 de agosto de 2011, ella le dijo: “Falta que esté embarazada y cantamos bingo”. Él le contestó que no quería estar en la piel de ellos. “Me dijo que quiere tener una nena, hasta nombre le puso, se va a llamar Agustina”, le contó Paula.

Cinco días más tarde, Strumia le dijo a Paula que no quería tener el bebé. En ese momento, se había hecho un test de embarazo que le dio positivo; tenía 6 días de atraso. El 2 de septiembre, Paula le contó que se hizo una ecografía: estaba embarazada de 20 días. Y se mostraba indecisa. Le dijo que iba a hablar con su ginecóloga y vería qué hacer. Dos días después le dijo que no creía que se fuera a practicar un aborto: “Decidimos tenerlo y que se venga el huracán”, le dijo a José Luis. A esa altura la mujer de Strumia ya sospechaba.

Después, Paula le reconoció que tenía miedo de hacerse un aborto, le contó que sólo confiaba en su ginecóloga y si ella le decía que sí, lo hacía y le aclaró que no se iba a poner en riesgo para hacer felices a otros.

El 5 de septiembre le contó que Strumia le pidió tiempo, que se iba a separar pero necesitaba unos meses y le dijo: “Mi amor, sabés las cosas que tenemos para disfrutar antes de tener un hijo”, y le agregó que “le iba a hacer un hijo cuando le pudiera acariciar la panza”; fue lo que contó Paula en uno de los chats.

El ultimo contacto que tuvo José Luis con Paula fue el fin de semana de su desaparición. Hablaron el sábado, él intentó convencerla de que lo mejor era un aborto. Ella se enojó y lo eliminó como contacto, pero se arrepintió y lo volvió a agregar. Le pidió su número telefónico, lo llamó y se disculpó. Al día siguiente, el día de su desaparición, lo llamó en tres oportunidades preguntando por Strumia: quería ubicarlo.

El perito

Otro de los testigos del día fue un perito que se ocupó de recolectar la información de las computadoras de la casa de Paula, del taller de Strumia y del testigo José Luis, entre otras. El profesional contó que en la computadora de la casa de Paula se constató que hubo un último contacto entre Paula y Gabriel Strumia el domingo 18 de septiembre a las 19.39. Si bien el historial estaba borrado, se pudo determinar que era frecuente la comunicación entre los usuarios Gabriel y Nicolás Strumia y Paula Perassi.

Ese domingo también se buscó en esa computadora dirección de hoteles y rutas de acceso, horarios y costos de pasajes con destino probable a la localidad de Barrancas y la dirección de una persona en la ciudad de Villa Gobernador Gálvez.

El informe habla además de que dos días antes hubo búsquedas sobre aborto. Dónde abortar, clínicas en Rosario para abortar, preguntas frecuentes sobre aborto y en el “yahoo respuestas” habían hecho una pregunta que decía: “Necesito abortar, tengo 6 semanas. ¿Alguien conoce qué riesgo tengo?”. También había búsquedas sobre cartas de un bebé en el vientre de la madre o del bebé antes de nacer a su papá y títulos similares.

Ruñisky negó ser abortera

En la jornada de este martes, Alberto Perassi, padre de la víctima, terminó de declarar. Contó que un día se acercó un hombre que resultó ser el yerno de Mirta Rusñisky, la mujer acusada de realizar la fatal y no consentida práctica abortiva a Paula. Este hombre le dijo que vivía en Buenos Aires y que allí escuchó a su pareja –hija de Rusñisky– decir que su madre otra vez había hecho un aborto y que la chica había muerto.

En ese momento, según relató Perassi, el hombre no le dio importancia, pero luego de que se instalara con su pareja en la localidad de Timbúes se enteró de todo lo que pasaba con Paula Perassi y así se lo hizo saber a Alberto. Luego este testigo declaró ante la Policía. La fecha en que conoció el dato coincide con el día de la desaparición de Paula, describió Alberto.

Tras la declaración de Perassi, la acusada pidió hablar: “Nunca fui abortera, jamás me dediqué a eso. Tengo cinco hijos, dos con discapacidad. Jamás me dediqué al aborto. Mi ex yerno hace esto porque mi hija lo echó y se quedó a vivir conmigo. Y me mete en este caso”, aseguró Rusñisky.

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