Cataluña, la región más potente de España, acude hoy a las urnas convocada por el presidente y candidato a la reelección, Artur Mas, quien busca una mayoría absoluta para iniciar el camino hacia la independencia en medio de una severa crisis.
Las elecciones en Cataluña suponen un gran desafío para el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, ya que pueden abrir un escenario inédito de inestabilidad política en España en momentos en que el país busca una salida a la peor crisis económica de su historia reciente aplicando duras recetas fondomonetaristas.
Más de cinco millones de catalanes están llamados a votar un nuevo parlamento regional, pero los comicios se presentan como un referendo a la apuesta soberanista de Mas, cuyo partido nacionalista de centro derecha Convergencia i Unió (CiU) volvería a ganar, aunque sin la deseada mayoría absoluta, según las encuestas.
Sin embargo, también avanzarían las opciones independentistas minoritarias, lo que permitiría la conformación de un parlamento con mayoría soberanista, algo que ya existía.
Tras las elecciones, Mas pretende convocar un referendo secesionista aunque sea rechazado por Madrid por “inconstitucional”.
Si bien el dirigente regional defiende una Cataluña con Estado propio en la Unión Europea (UE), también dice que está dispuesto a seguir adelante si los catalanes se lo piden, aunque queden fuera del bloque europeo.
Este punto es clave, ya que los sondeos reflejan que el porcentaje de catalanes que apoyan la independencia –en algunos casos más del 50 por ciento– cae de forma considerable ante la hipótesis de una Cataluña independiente fuera de la UE.
Debido a la polarización del electorado en torno a la cuestión de la secesión, el derechista Partido Popular (PP) de Rajoy, que lleva a Alicia Sánchez Camacho como candidata y defiende la continuidad de Cataluña “en España y Europa”, amenaza con desbancar a los socialistas como segunda fuerza política.
Por su parte, el Partido Socialista de Catalunya (PSC), de Pere Navarro, alcalde de un municipio industrial y un desconocido para muchos catalanes, se encamina hacia su peor derrota.
El giro de Mas
Mas anticipó los comicios tras la multitudinaria manifestación separatista que tuvo lugar el 11 de septiembre en Barcelona y el posterior rechazo de Rajoy a su proyecto de “pacto fiscal”, con el que pretendía darle a Cataluña un mayor control sobre sus tributos.
A pesar de que Mas se mostró partidario de la independencia en el pasado, esta opción no había sido nunca el proyecto de la fuerza política que él lidera.
El giro de Mas tuvo lugar en medio del avance del independentismo derivado del aumento del descontento social por la crisis y las políticas de ajuste del gobierno nacional.
Con 7,5 millones de habitantes, la norteña Cataluña es la región más rica de España, pero también una de las más endeudadas, con 40.000 millones de euros.
El presidente catalán tuvo que solicitar recientemente un rescate al Ejecutivo central para evitar un default, situación que Mas atribuyó al “expolio fiscal” que sufre Cataluña por parte de Madrid.
Cataluña es una de las “nacionalidades históricas” de España, cuenta con una cultura y lengua propia –que fue prohibida durante el franquismo-, y entre los catalanes existe un fuerte sentimiento de identidad común.