Espectáculos

Catálogo sobre el cine en la dictadura

Memoria Abierta compiló un material con títulos sobre la relación entre cine y realidad durante y después de la dictadura. Son 444 películas entre ficción, documental y experiemental. "El cine no ilustra la realidad, es la realidad" dicen los autores del Catálogo.

Los autores desarrollaron el catálogo junto a un comité de expertos en el tema

Memoria Abierta, acción coordinada de organizaciones argentinas de Derechos Humanos, presentará el próximo jueves La dictadura en el cine: Catálogo de películas sobre la última dictadura, el terrorismo de Estado y la transición democrática en la Argentina, que busca mostrar que “el cine no ilustra la realidad, es la realidad”.

La presentación, con entrada libre y gratuita, será el jueves 2 de junio a las 19 en el auditorio del Malba de la Capital Federal y participarán  Ricardo Piglia, Lita Stantic y Gonzalo Aguilar.

El catálogo, realizado con el apoyo de la Embajada del Reino de los Países Bajos en la Argentina, fue desarrollado por Marcela Visconti, egresada de la Carrera de Artes de la Universidad de Buenos Aires, y Esteban Garelli, guionista cinematográfico, egresado en la Enerc (Incaa), junto a un comité asesor integrado por Gonzalo Aguilar, Ana Amado, David Blaustein, Andrés Di Tella, Claudia Feld y Mariano Mestman.

Al realizar una fundamentación sobre el proyecto, Visconti afirmó: “Es fundamental recuperar la memoria porque hay un punto que partió la historia de la vida de la gente en un antes y un después, y me parece que todo lo que está pasando, tanta movilización y atención a estos temas, tiene que seguir así y más”.

“Todo esto que hacemos tiene una incidencia porque el cine no es que ilustre la realidad, el cine es la realidad. Moviliza maneras de hablar, de pensar, formas de mirar y todo eso está en una constante interacción con lo real”, destacó y agregó que “el cine es parte de este tiempo, y parte de lo real”.

Por su parte, Garelli enfatizó que “el cine es un lenguaje que la sociedad elige para construir memoria”.

Sobre el catálogo, Visconti precisó que cuenta con 444 películas, incluye ficción, documentales y cine experimental, y que en la sede de Memoria Abierta hay 280 copias que se pueden ver, y comentó: “No es que las que faltan se van a poder conseguir. De muchas no hay copias, otras están perdidas y en otros casos hay copias fuera del país y repatriarlas implica mucho dinero”.

En ese marco, Garelli comentó que el catálogo “se va ir actualizando porque, por ejemplo, en 2010 se generaron 32 “películas y en 2011 ya se estrenaron algunas” que incluyen la temática de la dictadura.

Respecto de la organización del catálogo en índices temáticos, Visconti explicó: “Lo fuimos construyendo a partir del contenido de las propias películas. Revisamos cada una y fuimos viendo cuáles eran las reiteraciones que aparecían una y otra vez, y en base a eso organizamos los cortes”.

Puso de ejemplo el ítem “la generación de los hijos” donde hay “muchas películas que empiezan a mediados de la década del 90 donde empiezan a aparecer en escena los hijos (de desaparecidos) y no sólo empiezan a hacerse películas sobre ellos sino que los hijos empiezan a ser directores”. “También encontramos películas donde había niños testigos del secuestro de sus padres e inventamos una categoría que es «la mirada de los niños»”, explicó Visconti a modo de ejemplo.

Al respecto, Garelli señaló: “Hay un tema que es la iglesia y su complicidad y sus miembros desaparecidos donde vimos que había un gran tema”.

Sobre los ítems referidos a los años de la dictadura, Visconti mencionó como “un caso interesante” el de Palito Ortega “porque funda en el 76 la productora Chango Producciones, que funciona hasta el 83, hace una película por año y una dedicada a cada fuerza” armada.

Al respecto, Garelli menciona como algo emblemático que en la película Brigada en acción, Ortega “es policía y maneja un Falcon sin patente, y en otra hace de aviador y está filmada en la Escuela de Aviación Militar (de Córdoba), donde funcionó un centro clandestino de detención”.

“Estas películas se pueden ver sólo cuando las pasa (el canal de cable) Volver y acceder a sus archivos es una misión imposible”, aseveró Garelli.

Después, Visconti mencionó la serie de películas de los Superagentes “que es un caso interesante y excede a la dictadura. Se empieza a filmar antes del 76 (la primera data de 1974) y se sigue filmando después del 83, atraviesa muchas décadas, pero en la época de la dictadura es cuando se hacen más films”.

“Hubo muchas discusiones en el equipo si incluirlas o no, pero se incluyeron porque siempre hay un enfrentamiento entre dos bandos, alguien que llega de afuera a buscar algo y hay una insistencia entre los malos y los buenos”, recuerda.

Garelli, en tanto, mencionó Comandos Azules “donde está muy marcado que la paz está amenazada y que los comandos azules, que son un grupo encubierto de la Policía Federal, tiene que recuperar la paz amenazada en el país”.

Por su parte, Visconti mencionó un film de Alberto Olmedo y Jorge Porcel:  “Porque “si bien ellos pertenecen al género de la picaresca, netamente televisivo y de evasión, decidimos incluirlo. Se trata de Encuentro cercanos con señoras de cualquier tipo, que está filmada durante el mundial del 78”.

Sobre el porqué se incluyó esa película, Garelli explicó que “al principio se dice que la Argentina va a jugar la semifinal pero que ya ganó el mundial porque le demostró al mundo que es un país ordenado. Son dos minutos al principio de la película”.

Otro tema que destacó este equipo de investigadores de Memoria Abierta es el de la censura y al respecto Visconti afirmó que “es un tema muy interesante ya que en algunos casos los directores, especulando con lo que le iban a cortar, ponían escenas de sexo, prefiriendo que le corten eso y no algo conceptual”.

“Alrededor de todo este cine hay una discusión que no está saldada sobre si existió o no un cine de régimen y si todos los que participaron filmando en ese momento contribuyeron”, advirtió Visconti.

Analizó que “la dictadura implementó un sistema de censura a través de la producción, es decir de lo que se podía o no, te financiaban o no”.

En ese marco, Visconti evaluó que en la Argentina “no hubo un cine de régimen si se lo piensa en relación con el nazismo, ese sí lo era: había una puesta estética con un sentido ideológico muy fuerte. Acá eso no hubo porque los militares no vieron en el cine a un aliado sino a un enemigo a combatir”.

En ese sentido, comentó que “uno de los hallazgos del catálogo es una película hecha por los militares, y que se considera perdida: Estoy herido, ataque, es una ficción de 20 minutos de propaganda que se hizo en el 77”.

Sobre el film, Garelli detalló que “está basada en los hechos reales de febrero del 75, el Operativo Independencia, el enfrentamiento entre el Ejército y el ERP, y obviamente es su versión de los hechos”.

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