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Caso Rocío: saquean granja

Por Negui Delbianco. Vecinos de Valle Hermoso al 1200 atacaron el comercio del imputado por la desaparición de la chica de 17 años, cuyo paradero se desconoce desde fines de febrero. El acusado y su hermano siguen prófugos.

Valle Hermoso al 1200, en zona norte. Para algunos barrio Alberdi, para otros La Cerámica. Apocos metros de las vías del ferrocarril Belgrano se levanta una casa de paredes grises y aberturas negras, que hasta ayer tenía dibujado un castillo, pintado con los colores primarios. A simple vista parecía una casa deshabitada y silenciosa, pero en realidad hasta un rato antes había sido un negocio que fue atacado anteanoche por vecinos de la zona que están tras la pista de dos hombres, hermanos de la mujer que atiende el comercio, que son buscados porla Policíapor la desaparición de Rocío Daiana Gómez, de 17 años, ocurrida en febrero pasado. Sobre ambos pesa una denuncia por lesiones graves, amenazas y privación ilegítima de la libertad por parte de la familia de Rocío luego de que se perdiera el rastro de la adolescente junto con su pequeño hijo de 14 meses, quien fue encontrado abandonado el domingo 8 de mayo en un descampado de San Nicolás. El otro hallazgo, con ribetes macabros, tuvo lugar en la mañana del sábado pasado, cuando restos óseos fueron encontrados enterrados en un galpón abandonado de barrioLa Florida, que podrían ser de Rocío. Para intentar corroborar la identidad del cadáver, la mamá de Rocío se sometió a una extracción de sangre, indicaron fuentes del caso. A esta altura de los acontecimientos, no solamentela Policíabusca a los dos hermanos, sino también los vecinos de la zona, algunos con sed de hacer justicia por mano propia.

Botellas de cerveza rotas, vidrios y restos todavía humeantes de cajones de madera yacían ayer delante de una de las cuatro hojas del portón de chapa que supo ser una granja. Es que, cerca de las 20.30 del lunes, una quincena de pibes de entre 15 y 20 años llegó al local que era atendido por una mujer. Tras insultos y cánticos sacaron las heladeras al medio de la calle y saquearon toda la mercadería.

Ayer, poco después de las 14.30, la vivienda quedó vacía de forma casi obligada porque un grupo de personas volvió enardecida, buscando algún dato de Juan José L., de 34 años, locatario del galpón ubicado en Martín Fierro 647 y a su vez dueño del almacén de Valle Hermoso 1270, y su hermano Hernán, ambos con un extenso prontuario delictivo.

Si bien el local fue saqueado y sus vidrios apedreados por vecinos, en su mayoría pibes de la zona, según describieron voceros policiales, se dispuso que un grupo de uniformados se quedara allí para proteger lo poco que queda del inmueble y resguardar a la mujer que vive en el lugar y atendía el comercio.

La desaparición de Rocío

El caso comenzó el 26 de febrero pasado, cuando Rocío Daiana Gómez, de 17 años, se fue de la casa de sus padres, ubicada en la ciudad de San Lorenzo, llevándose a su pequeño hijo, de 14 meses.

Al día siguiente, la chica se comunicó con sus progenitores mediante un mensaje de texto, en el cual les pedía que llevaran la moto que se había comprado hasta la granja de calle Valle Hermoso, donde supo trabajar antes de ser madre, porque el dueño de la misma se la iba a comprar.

Norma, mamá de Rocío, fue con su marido, según dijo en sede judicial. Cuando llegaron los trataron bien, les ofrecieron un refresco, mientras comenzaban a llenar los papeles para la venta del rodado, que estaba a nombre de Norma porque su hija era menor.

En ese marco, la mujer vio a su hija y a su nieto en el fondo de la casa, y cuando les pidió que se acercaran, la amabilidad con la que había sido tratada hasta ese momento cambió en forma rotunda.  Según relató la mujer, Juan José L. sacó un arma de fuego y le empezó a gritar a Norma. Cuando su marido intentó intervenir, le pegó a él un culatazo en la cabeza y tanto a ella como a su hija las sometió sexualmente.

Luego, el dueño de casa, acompañado de su hermano y otras personas, maniató a su marido y le puso una bolsa en la cabeza, mientras que ella fue obligada a firmar varios papeles. Cuando terminó este incidente, su hija y nieto ya no estaban, y nadie les supo decir qué había pasado con ellos. La pareja se fue del lugar, no sin antes recibir amenazas de muerte si contaban lo sucedido.

Tras esto, la familia de Rocío radicó la denuncia en el Juzgado de Instrucción 14ª, a cargo de María Laura Sabatier, y luego se marchó a la provincia de Buenos Aires, donde tienen familiares, para ver si la adolescente se había marchado hacia allá y también porque tenían miedo de que les pasara algo malo.

Al tiempo volvieron a San Lorenzo, pero no tenían noticias de Rocío y su hijo, hasta que el domingo 8 de mayo Kevin fue hallado por un hombre en un descampado de la ciudad de San Nicolás.

Según relató el hombre en sede policial, iba en su moto y, al llegar a 1º de Mayo y Ugarte, vio a un nenito que caminaba solo. Ante la sospecha de que sus padres estuvieran cerca, se acercó, lo alzó, y en ese momento vio cómo un auto con vidrios polarizados salía a toda velocidad.

El niño, ante esta escena, señaló al rodado, y decía “mamá, mamá”, como si ella estuviera en el interior, especuló. El chiquito, tras ser revisado por médicos, fue entregado a su abuela, quien a mediados de mayo se presentó en Tribunales y amplió la declaración dada en su momento.

Un hallazgo macabro

El viernes pasado, luego de más de cinco meses de búsqueda, un llamado telefónico anónimo advirtió ala Policíade San Lorenzo que Rocío había sido asesinada y enterrada en una vivienda precaria, ubicada en Martín Fierro al 600. Ante esto, policías de Unidades Especiales de San Lorenzo solicitaron una orden de allanamiento y excavación para el lugar denunciado, y alrededor de las 7 del sábado irrumpieron en el predio, conformado por una vivienda de madera, un galponcito y otra construcción sin terminar, junto con personal de Bomberos Zapadores de San Lorenzo y Rosario y la sección Perros dela UR II.

“Casi al fondo de un galpón vemos una losa de una coloración diferente al resto del piso, como que había sido colocada en forma reciente. Daba la impresión de que era la tapa de un resumidero o pozo ciego, porque tenía un agujero y un tubo, por lo que decidimos meter una varilla para medir la profundidad del supuesto pozo”, refirió un pesquisa.

Pero la profundidad no superó los15 centímetros, por lo que decidieron levantar la losa. Lo primero que les llamó la atención a los pesquisas es que el bloque no estaba pegado sino apoyado en el piso y debajo había mucha tierra removida recientemente.

“Más o menos a40 centímetrosde profundidad encontramos una capa de cal hidratada, todavía blanda”, relató un vocero.

“Se decidió seguir excavando y al llegar a los2,70 metrosde profundidad encontramos una segunda capa de cal, más gruesa que la anterior. Y debajo restos óseos humanos”, agregó la fuente.

Por la acción de la cal, los restos carecían de prendas de vestir o algún otro elemento que permitiera identificar si se trataba de una persona mayor o joven. El lugar donde fueron hallados estaba alquilado por Juan José L., quien al igual que su hermano se mantenía prófugo.

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