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Caso Pimpi: llegan los alegatos

Con testimonios que corroboraron la coartada de los imputados finalizó la ronda de testigos. El Tribunal pasó a un cuarto intermedio hasta el martes, cuando fiscalía, querella y defensa brindarán sus argumentos.

La séptima jornada del juicio oral y público que se sigue contra el trío acusado de asesinar a Roberto Pimpi Caminos estuvo marcada por testimonios ofrecidos por la defensa tendientes a corroborar la coartada de los detenidos. Luego, el Tribunal ordenó un cuarto intermedio hasta el martes próximo, cuando comenzará la ronda de alegatos, mientras que, de no mediar suspensiones, la sentencia se dictará el próximo jueves.

Los dos primeros testimonios escuchados ayer en el primer piso de los Tribunales provinciales fueron ofrecidos por la defensa de Emanuel Suárez, uno de los tres coimputados –junto con René Ungaro y Carlos Betito Godoy– de premeditar y llevar a cabo el homicidio del ex barrabrava rojinegro en la madrugada del 19 de marzo de 2010.

Ambos testigos se presentaron como amigos íntimos del imputado y afirmaron sin titubear que la noche que asesinaron a Pimpi Emanuel estuvo todo el tiempo con ellos. Según coincidieron en sus relatos, Suárez visitaba casi a diario en el Fonavi que se levanta en Rouillón y Cerrito, y era habitual terminar el día con cenas grupales en la casa de alguno de sus amigos afincados en esa zona.

Según el relato de Joana G., una joven con un avanzado embarazo, la noche del 18 de marzo de 2010 no fue una excepción ya que varios de sus amigos se reunieron en su casa a comer pizzas y jugar ala Play Stationen un encuentro que comenzó cerca de las 22.30 y finalizó alrededor de las 6.30 del día siguiente.

Durante su testimonio, plagado de preguntas minuciosas por parte de la querella y la fiscalía, la joven enumeró las personas que esa noche visitaron su departamento en el que también se encontraba su hijo, su madre, su hermana y sus sobrinos. Entre ellos mencionó a Emanuel Suárez, quien llegó en remís alrededor de las 22.30 y se fue cerca de las 6.30 junto a su amigo Emanuel M., quien ayer brindó un relato similar.

El imputado, según la testigo, sólo salió del departamento dos veces a comprar cerveza y en ambas oportunidades lo hizo acompañado –una vez por ella y otra con su amigo Emanuel M.– y antes de las tres.

“¿Con cubiertos o con la mano?”

Un relato similar fue brindado por su amigo Emanuel M., quien también fue sometido a una serie de preguntas minuciosas por parte de la fiscalía y la querella sobre lo acontecido en esa reunión. El interrogatorio incluyó la cantidad de cervezas que ingirió, si la pizza tenía queso o era sólo la masa y si la comieron con la mano o con cubiertos.

Los testigos en ningún momento negaron que durante la velada, en la que se realizó un torneo de fútbol enla Play Station, Emanuel hablara mucho por teléfono.

De esa manera respondieron a las insistentes preguntas de la fiscal Nora Marull, quien remarcó que desde el teléfono handy del imputado se realizaron alrededor de 300 comunicaciones durante esa jornada. “Esa noche lo tenía de hijo”, dijo el testigo, en relación con el torneo que jugó contra Suárez enla Play Station, y remarcó que a raíz de los llamados debieron pausar el juego a cada rato.

En tanto, la hermana de Joana –que estaba citada a declarar– no se presentó por lo que fue buscada en su domicilio por la fuerza pública, sin éxito ya que en el lugar informaron que la mujer había salido a la mañana al centro para presentarse en el Tribunal a las 15.

Todas las partes desistieron entonces de la testigo, incluida la querella, que pidió dejar asentado que ala Policía“se le escapó la tortuga” en relación con la “falta de voluntad” por parte de los agentes que fracasaron en la diligencia.

Tampoco se presentó a declarar una testigo ofrecida por la defensa de Betito Godoy, que al momento del hecho tenía 15 años, aunque su testimonio brindado durante la etapa de instrucción fue incorporado por lectura. Así se escuchó que Karen B. acudió al boliche Bonita entre las dos y las tres del 19 de marzo de 2010 donde se encontró con amigas y su novio, quien fue agredido y asaltado por un “chico rubio”. La joven dijo que después de realizar la respectiva denuncia acudió a declarar a la seccional 6ª, donde habían apresado a dos sospechosos del violento episodio.

Luego fue el turno de Nicolás R., un joven que se presentó como amigo de Betito y con quien dijo haber mantenido una comunicación telefónica en la mañana del 19 de marzo, porque había escuchado por la radio sobre el homicidio del Pimpi.

El muchacho dijo que en esa comunicación su amigo le manifestó que se le “había roto” el auto Fiat Uno blanco que le había prestado y que lo había dejado en bulevar 27 de Febrero y avenida Francia. Al respecto, Nicolás manifestó que envió una grúa a buscar su vehículo previo a encontrarse con Betito, quien le entregó las llaves del rodado.

Terminados los testimonios, el Tribunal pidió la lectura de los antecedentes condenatorios de los imputados. Emanuel Suárez y Carlos Godoy no contaban con condenas mientras que sobre René Ungaro pesaba una condena de 15 días de prisión condicional por una tentativa de hurto en marzo de 2005.

El juicio continuará el próximo martes a las 15 con los alegatos de las partes, en una jornada importante ya que serán expuestas las estrategias defensivas de los acusados y las acusatorias de la fiscalía y la querella.

En ese sentido, la fiscalía adelantó que será su oportunidad para “armar el rompecabezas” de todas las piezas que fueron moviendo hasta el momento. Entre ellas intentará desmoronar la coartada de los imputados con pruebas “incontrastables”, como la captación de antenas celulares que ponen a los acusados en la zona del crimen.

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