La investigación del crimen de la adolescente argentina Lola Chomnalez, cometido en diciembre último en la playa uruguaya de Balizas, entró en un terreno pantanoso y se quedó sin sospechosos, luego que diera negativo el cotejo de ADN realizado en el hijo de la pareja de la madrina de la víctima.
El adolescente de 14 años, su padre y su madrina regresaron ayer a Buenos Aires luego de someterse a pericias psiquiátricas oportunamente ordenadas por la jueza de la ciudad de Rocha Silvia Urioste, a cargo del intrincado caso.
Para el abogado de la familia de Lola, Gustavo Borda, la línea de investigación se cierra con el cotejo negativo del ADN del chico con los rastros de sangre hallados en el mochila de la menor.
“Definitivamente, con esta prueba de ADN se cierra el capítulo de la investigación sobre la familia”, sostuvo el abogado en declaraciones a diario El País de Montevideo.
“Esperamos que si falla cualquier otra línea, la conclusión no sea nuevamente volver al entorno familiar”, advirtió en el mismo sentido.
Fuentes judiciales revelaron al mismo diario que la pareja ya se había hecho la extracción de sangre para el cotejo de ADN meses atrás y que siempre se mostró dispuesta a colaborar con la Justicia.
En el caso del adolescente, nunca se le habían tomado muestras porque en un primer momento los investigadores uruguayos pensaron que era hijo del hombre y la mujer, y concluyeron que no hacía falta, aunque después comprobaron que era de un solo miembro de la pareja.
Lola, de 16 años, había llegado a la playa de Valizas la tarde del 27 de diciembre de 2014 para pasar unos días de vacaciones junto a su madrina, el esposo y su hijo.
Al día siguiente salió a caminar y se le perdió el rastro, hasta que su cuerpo fue encontrado semienterrado a unos 200 metros de la playa y llegando al balneario vecino de Aguas Dulces, dos días después.
A mediados de enero fue encontrada la mochila de chica con pertenencias, además de manchas de sangre con un tipo genético distinto al suyo.
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