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Caso Kony: ¿internet eligió al nuevo Bin Laden?

Joseph Kony lidera un grupo guerrillero que aterroriza en el norte de Uganda.

Internet une; quiebra barreras; permite retomar caminos del pasado, pero en las últimas horas comenzó a mostrar uno de sus potenciales más fantásticos y preocupante para los gobiernos de todo el planeta: el de editar las agendas del poder y crear enemigos públicos con una velocidad increíble. Bien lo padecieron los líderes de la primavera árabe con el tunecino Ben Alí y el egipcio Hosni Mubarak a la cabeza.

En los últimos días la web ungió a Joseph Kony como el nuevo Osama Bin Laden o Adolf Hitler, un enemigo no sólo de las aldeas ugandeses que lo padecen sino un monstruo de cacería global. Credenciales le sobran, según sabe el ex fiscal del juicio a las juntas militares Luis Moreno Ocampo, quien en su función de Fiscal General de la Corte Internacional de La Haya puso a Kony al tope de la lista de los criminales más buscados de la tierra.

Joseph Kony es el líder del grupo guerrillero paramilitar denominado Ejército de Resistencia del Señor (Lord’s Resistance Army – LRA). Es un fundamentalista cristiano que busca imponer en Uganda un gobierno teocrático cuya carta magna sea la Biblia; mejor dicho, su interpretación de ella. Para esto, desde 1987, cuando comenzó a aterrorizar a Uganda, secuestra a niños con el fin de que sean parte de su tropa. Se calcula que en 25 años el LRA secuestró a más de 30.000 niños, principalmente del norte de Uganda. Sus prácticas abominables arrancan con el ritual de iniciación en el cual los menores se ven obligados a matar a sus padres para no tener hogar donde volver y así unirse definitivamente a su ejército. En el caso de las mujeres son usadas como esclavas sexuales. Algunas tienen su bendición o la de sus colaboradores y se convierten en sus esposas. El resto, son vejadas, mutiladas y muchas veces asesinadas.

Sus tropas actúan por asalto en aldeas de Uganda y de la República Democrática del Congo, preferentemente durante la noche. Se cree que Kony se refugia justamente en la impenetrable selva que divide ambos países. Este accionar obligó, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), al desplazamiento de más de 2 millones de personas.

Los últimos ataques del siniestro Kony ocurrieron los pasados 10 y 24 de febrero en la localidad de Bagulupa, a unos 50 kilómetros al este de Dungu, en el Congo. Según cifras de Naciones Unidas, en los últimos 5 años el LRA realizó 831 ataques contra civiles en los que murieron más de 2.000 personas, mientras que 2.832 fueron secuestradas, entre ellos 1.109 niños.

Otra vez internet

Hasta hace menos de una semana, Kony era conocido en Uganda, Congo, el Tribunal de La Haya y por un puñado de activistas, pero el mundo estaba muy lejos de este terrorista africano. Hoy su imagen recorre Youtube y Facebook. El tema es “trending topic” en Twitter y está desperdigado por miles de blogs. Sólo el video oficial que la ONG Chicos invisibles colgó en Youtube fue visto más de 70 millones de veces. A eso hay que sumarle las cuentas no oficiales que lo subieron y las traducciones a otros idiomas, por lo que el video ya habría pasado las 100 millones de vistas en menos de una semana. Una campaña fenomenal.

¿Pero qué y quiénes están en esta organización? Según cuentan sus líderes en el video, todo surgió cuando uno de los tres cineastas que la crearon viajó a África y tomó contacto con esta dura realidad que se vive al norte de Uganda. Relata que, compadecido por la historia de Jacob, un joven cuyo hermano fue secuestrado por el LRA, decidió tomar la causa como propia y dedicar el resto de su vida a que las atrocidades de Kony pasen a ser conocidas en todo el mundo. Si bien la organización arrancó hace 9 años, recién en 2011 llegó a su mayor logro: que Barak Obama decidiera movilizar a África tropas de apoyo para asesorar al ejército ugandés sobre cómo atrapar al escurridizo Kony.

Pero no fue suficiente. La organización entendió una máxima de la política en Washington: si no hay riesgo para ciudadanos norteamericanos o si el tema no está en sus cabezas, no vale la pena gastar recursos. Es por eso que se pusieron como objetivo hacer famoso a Jospehp Kony en todo el mundo y para eso qué mejor que internet.

La campaña incluye este video de 27 minutos de duración que es una joya de la propaganda moderna y que fue viralizado (desparramado por internet) con una eficacia asombrosa que hace pensar que detrás hay varios cráneos publicitarios. El corto concientiza, usa golpeas bajos para apelar a la sensibilidad y tiene una edición cinematográfica. Cabe destacar que uno de los fundadores de la organización, Jason Russell, es director de cine y colaborador de Steven Spielberg. Pero además, crearon el sitio web www.kony2012.com con una curiosa alternativa que explica la gigantesca difusión que alcanzó esta iniciativa. Cualquiera que ingresa al sitio puede ver una lista de artistas populares influyentes en las redes sociales como Lady Gaga, Bono, Justin Bieber, Angelina Jolie o el creador de Facebook, Mark Zuckeberg, hasta políticos como los ex presidentes George Bush y Hill Clinton o destacados senadores republicanos y demócratas y dejarles mensajes directos en Twitter pidiéndoles que difundan la campaña y lograr que sus múltiples seguidores también se enteren de quién es Kony. Muchas de estas celebridades ya se sumaron activamente a la campaña.

Pero no de todo es color de rosas. La campaña está contrastando con el escepticismo y las críticas de varios expertos en el conflicto, pues algunos consideran que el mensaje de Chicos invisibles está simplificando el problema. Al parecer está manipulando la información sobre los niños soldados, aseguran.

“Lo mejor que podemos hacer para reintegrar a los niños soldados es humanizar a aquellos que lo fueron, no presentarlos como víctimas sin cerebro de un autómata programado para matar”, dijo Mark Drumbl, profesor de derecho de la Universidad de Washington and Lee (Virginia, Estados Unidos) y autor de un libro sobre los niños soldado, según publica la agencia de noticias EFE.

La ONG fue acusada además de usar la campaña como cortina de humo para los informes sobre irregularidades en sus actividades, y como lavado de cara tras la aparición de una fotografía en la que los fundadores de la organización posan con fusiles junto a miembros del Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán, enemigo del LRA, sostiene la agencia española.

Las recaudaciones que hace la ONG también reciben críticas, pese a que Russell ha justificado según declaraciones a la cadena CNN que un tercio de los fondos se utiliza para el video, otro para actividades de la campaña en sí y otro para proyectos en Uganda.

“Somos una organización poco ortodoxa. Trabajamos fuera de los estándares tradicionales de la caridad y las instituciones sin ánimo de lucro”, dijo Russell.

Más allá de las críticas, el objetivo lo están logrando. Gran parte del mundo ya sabe de las atrocidades de Kony y la presión se hace sentir no sólo en Washington sino también en gobiernos europeos. Quien puede festejar también es Moreno Ocampo. Su gestión como jefe de la fiscalía del TPI fue cuestionada por muchos porque consideran que su accionar hizo demasiado foco en África y pasó por alto atrocidades de países del Primer Mundo. Si Kony se convierte en el nuevo Hitler, Saddam Hussein o Bin Laden, sería un trofeo para un hombre que en junio dejará el cargo. En días podremos ver si esto sucede y si la web hace de este fundamentalista el próximo enemigo público número uno.

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