Policiales

testimonios sobre caso de gatillo fácil

Caso Ema y David: más pruebas de una ejecución a manos de policías

Tras cambiar de defensor, tres de los policías acusados de encubrimiento ampliaron sus dichos. Uno de ellos complicó aún más la situación de los dos uniformados que están imputados como autores materiales de un doble crimen.


Tres de los uniformados implicados en el encubrimiento de los homicidios de David Campos y Emanuel Medina –asesinados en junio pasado al final de una persecución policial– declararon en una audiencia oral que tuvo lugar ayer en Tribunales. Uno de ellos relató la intervención que tuvo en el hecho: cuando la chata se acopló a la carrera iba con otros dos compañeros y dio algunos detalles de lo que vio en el lugar. Escuchó un estruendo – supone, el impacto del vehículo de las víctimas contra el árbol– y dos secuencias de disparos. A los gritos lo sacaron del lugar. Vio al primer imputado por el crimen muy exaltado, con un arma en la mano, gritando: “El procedimiento es mío”. Y una vez en la sede de la División Judiciales, cuando estaban terminando el acta de procedimiento, le dijeron que el otro imputado –quien fue acusado recién a fines del mes pasado– por homicidio “había hecho una detonación”, aseguró.

Junto con su nuevo defensor Marcelo Piercecchi, los uniformados Alejandro B., Sebastián C. y Alexis T. pidieron declarar. Para ello se realizó una audiencia oral en el primer piso de Tribunales presidida por el juez Héctor Núñez Cartelle. También estuvo el fiscal Adrián Spelta y los abogados de la querella Marcia López Martín, Juan Ignacio Murray y Luciana Torres.

La audiencia se desdobló: en primer momento declaró uno de los uniformados dos horas (después hicieron lo propio los otros dos), un jefe de tercio de la Policía de Acción Táctica que escuchó por radio la persecución y se unió a ella. En la camioneta donde estaba este declarante iban otras dos personas, una de ellas el chofer. Dijo que la frecuencia radial no se escuchaba correctamente.

Este uniformado relató el recorrido que realizó “buscando la persecución” hasta que ubicó el Volkswagen Up de las víctimas. Dijo que antes de verlo escuchó por radio que alguien dijo que podían tener armas por la velocidad que llevaban. El móvil iba por colectora de Circunvalación y a la altura de calle Venecia vio el auto sin paragolpes ni luneta, con móviles detrás. Subió a Circunvalación, a la altura de San Martín chocó algunos pinos que reducían la calzada y amagó con tomar cada bajada. Finalmente bajó en Ovidio Lagos y los dos móviles que iban cerca se pasaron de largo. Ellos venían a unos 100 metros y lo siguieron. El VW Up entró por Cazadores y dio una vuelta manzana. Mientras ellos comunicaban por la radio el recorrido, explicó que la idea era que otros móviles les cerraran el paso.

El Up dobló por Callao y se escuchó un estruendo –supone que es el choque del auto de las víctimas contra el árbol y detonaciones– y al doblar escuchó otros cuatro disparos. Llegó al lugar, estacionó, todos bajaron de la Chevrolet S10 hacia atrás, porque no sabían lo que pasaba. Luego se acercó: “Veo a dos efectivos con armas en la mano”, dijo y añadió haber escuchado un grito: “No se acerquen, el procedimiento es de Comando”. A este móvil lo mandaron a cortar calles y los otros móviles que llegaban también les ordenaban retirararse.

Aseguró que Alejandro B., el primer acusado por homicidio, lo vio frente a la ventanilla del conductor del auto de las víctimas gritando: “El procedimiento es mío no se acerquen”. Relató: “Estaba exaltado y con la pistola en la mano”. En cuanto al otro imputado por homicidio, si bien al llegar lo vio retirado del auto, dijo que todos fueron trasladados a Jefatura, donde Hugo “Palomo” B., jefe de tercio del Comando Radioeléctrico, realizó el acta del procedimiento y le dijeron cuando ya estaban terminando que Leonel Emiliano M. “había hecho una detonación” y luego declararon ante Judiciales. Aseguró que no declaró antes por consejo de su abogada anterior y no vio a las víctimas armadas.

Alejandro Emanuel Medina, de 32 años, y David Ezequiel Campos, de 28, fueron asesinados la mañana del 23 de junio tras una persecución policial que no tiene claros los motivos. Cerca de las 11 un móvil policial comenzó a seguirlos y se fueron acoplando otras patrullas; la persecución que duró media hora. El auto donde iban los muchachos terminó incrustado en un árbol en Callao al 5700. Los cuerpos de las víctimas, tras ser acribilladas, quedaron sentados en el coche, ambos recostados hacia la derecha. Medina tenía nueve orificios de bala y Campos cuatro. El caso tiene a 17 policías acusados, dos de ellos como autores materiales del doble homicidio.