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Casino: procesan a turista turco e investigan al personal

Por Ana Laura Piccolo.- El juez Caterina lo imputó de tentativa de estafa. Además pidió que se inicien actuaciones por “eventual privación ilegítima de la libertad y extorsión de los extranjeros por empleados” de la empresa de juegos.

El 10 de febrero pasado, dos ciudadanos turcos eran entregados a la Policía por la seguridad del casino City Center Rosario acusados de marcar cartas durante una partida de poker. Pero con el correr de los días, con la declaración de los extranjeros detenidos, surgió una versión diametralmente opuesta a la brindada por la empresa de juegos. Bahri S. y Kus F. dijeron que transcurrieron dos horas antes de ser puestos a disposición de los uniformados, lapso en el que denunciaron haber sido sometidos a maltratos físicos, psicológicos y extorsión. Ambas denuncias fueron resueltas esta semana por el juez de Instrucción Luis María Caterina, quien procesó a Bahri por tentativa de estafa, dictó falta de mérito a favor de Kus y ordenó que se inicien actuaciones respecto a la eventual “comisión de los ilícitos de privación ilegítima de la libertad y extorsión en perjuicio de los imputados por parte del personal de la empresa de juegos”. En el mismo fallo, el magistrado confirmó la libertad condicional de los turcos y ordenó “profundizar la investigación respecto al origen y alternativas en la cadena de custodia del CD”, que contiene imágenes de la partida de poker aportadas por el City Center.

Tras conocer el fallo, el abogado defensor de los extranjeros, Marcos Cella, presentó una nota al procurador general de la Corte Suprema, Agustín Bassó, en la que anoticia la resolución del juez Caterina y le solicita que inicie una instrucción de sumario para investigar las irregularidades con profundidad. Asimismo, Cella adelantó que hoy solicitará el apartamiento del juez Caterina y de la fiscal Lucía Aráoz en virtud de que “ya participaron del proceso”.

El primer capítulo de la investigación judicial surgió con la detención de los dos ciudadanos turcos que fueron entregados por personal del casino a efectivos policiales el 10 de febrero, acusado de hacer trampas en una partida de poker. En la denuncia se los acusó de haber visitado la casa de juegos el día anterior, y ganar dinero en forma fraudulenta con el marcado de naipes.

Los extranjeros permanecieron casi diez días tras las rejas, hasta que el 18 de febrero el juez de Instrucción Juan Carlos Vienna les otorgó arresto domiciliario (que cumplimentaron en la casa del abogado Cella) bajo condición de depositar $ 10 mil de fianza y entregar pasaportes y pasajes aéreos con destino a Estambul. La decisión judicial se basó además en un informe de Turquía donde consta que ninguno de los ciudadanos cuenta con antecedentes penales.

La controversia o el segundo capítulo de la causa surgió a partir de la declaración indagatoria de uno de los imputados, Bahri S., de 40 años, quien denunció graves irregularidades por parte de la casa de juegos en los momentos previos a ser entregado junto a su amigo a la Policía.

Según relató en la causa judicial, en un inglés básico traducido por el abogado Marcos Cella y más tarde a través de un funcionario de la embajada de Turquía, la noche del 10 de febrero se encontraba “perdiendo” en una partida de poker cuando fue separado de la mesa por dos hombres de traje, que lo llevaron a una habitación donde estaba su amigo. Allí le sacaron los celulares y la documentación que ambos tenían en las billeteras y les tiraron “un mazo de poker” sobre una mesa preguntándoles de qué se trataba. Luego, ambos dijieron haber sido amenazados: “Si no nos pagás esta plata vamos a dañarlos y no van a ver otra vez a sus familiares porque los vamos a desaparecer”, les habrían dicho en el casino.

En su relato, Bahri dijo que mientras dejaron a su amigo de rehén en la habitación del casino, lo obligaron a ir en auto junto a dos hombres de traje, que lo llevaron a su hotel y se apropiaron de unos $ 15.000 que tenía en su habitación. Agregó que durante el viaje en auto recibió varios golpes por parte del chofer y de otro “gordo” que estaba sentado en los asientos traseros y que obedeció porque tenía miedo. Luego, de regreso al casino, los entregaron a la Policía.

El casino también brindó como pruebas un mazo de cartas marcado con orificios no perceptibles a la vista pero sí al tacto, y videos en los que se observa la partida que los turcos aducen fraudulenta.

Con ese material, el juez Caterina dictó el procesamiento de Bahri S. por tentativa de estafa, mientras que le dio falta de mérito a su compañero. Entre sus argumentos, el magistrado indica que “según surge de manera fundamental de la filmación aportada por la empresa damnificada, que muestra claramente la reiteración de muescas que realiza el imputado –con una rapidez y disimulo realmente notables— y que quedan registradas en las cartas que se hallan secuestradas, todas ellas de alto valor para el juego, siguiendo un esquema preestablecido, todo lo cual implicaba la posibilidad de reconocer los naipes y jugar en consecuencia, con lo cual dejaba de ser un juego de azar, para transformarse en una actividad segura por parte del apostador”.

En relación con el material fílmico aportado por el casino, el juez ordenó “profundizar la investigación respecto al origen y alternativas en la cadena de custodia del CD, en el interior de la empresa denunciante, hasta el momento de su presentación ante los estrados”. Además, Caterina dispuso que se “inicien actuaciones respecto a la eventual comisión de los ilícitos de privación ilegítima de la libertad y extorsión en perjuicio de los imputados en la presente causa por parte de personal de la empresa de juego”.

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