Ciudad

Los desubicados de siempre

Cascotazos camino a la marcha contra el Presupuesto y el FMI

Dos sectores enfrentados de Barrios de Pie intercambiaron piedrazos frente a la sede de la Municipalidad. Arrastran encono por el uso del nombre. Luego pidieron disculpas el cruce violento.


Lo que siempre se teme en las movilizaciones populares ocurrió, aunque sin mayores consecuencias, en Rosario este miércoles: dos sectores de la organización social Barrios de Pie se trenzaron a cascotazos en la zona de Laprida y Santa Fe, frente al edificio de la Municipalidad.

Los dos grupos que intercambiaron lanzamiento de piedras y palos participan de la marcha y concentración prevista como correlato local de la que se convocó en Buenos Aires en rechazo del proyecto de Presupuesto 2019 con el que Cambiemos busca sellar recortes de partidas en todas las áreas en sintonía con las exigencias del Fondo Monetario Internacional.

Parte de los proyectiles que se cruzaron las dos facciones eran pedazos de baldosas de las veredas. El encono entre las partes deriva de una escisión de Barrios de Pie que se acusan mutuamente, tras la separación, de utilizar el nombre sin legitimidad. Apagada la secuencia violenta, algunos de los protagonistas reconocieron que se dejaron llevar a una confrontación extrema e incluso, ante las cámaras de canales rosarinos, pidieron disculpas públicas por empañar la marcha con su actitud.

Carmen, integrante de uno de los sectores de Barrios de Pie y vecina de barrio Tablada, acusó a los adversarios –algunos de la localidad de Cañada de Gómez– de provocarlos, primero verbalmente y después a piedrazos y palazos. Admitió una interna en el movimiento social que se gestó en Buenos Aires y se replicó, este miércoles y de la peor forma, en Rosario.

La marcha, tras las escaramuzas, se desarrolla con normalidad por el centro de la ciudad.

 

En Buenos Aires, provocación

El periodista Alejandro Bercovich fue el primero en alertar en la noche del martes sobre una posible provocación, en la ciudad de Buenos Aires, con la presencia de contenedores y montículos de piedras y escombros en las cercanías del Congreso de la Nación. Al rato, las fotos aportadas por ciudadanos fueron replicadas en el blog El cohete a la luna, que dirige el periodista Horacio Verbitsky.

La rara presencia de materiales para arrojar quedó registrada antes de la vigilia que organizaron algunas de las organizaciones sociales y sindicales que llamaron a movilizarse en rechazo al Presupuesto 2019 que el gobierno nacional pretende tener con media sanción este miércoles en la Cámara de Diputados. El proyecto de Cambiemos sintoniza con las exigencias del Fondo Monetario Internacional en cuanto a fuertes recortes de las inversiones públicas en la búsqueda del llamado “déficit cero”.

Los escombros dispersos en las plazas y calles aledañas al Congreso llamaron la atención ante el supuesto de que las fuerzas de seguridad deberían haber controlado que eso no suceda. La sospecha generalizada, entonces, es de que se trata de una “invitación” a desmanes para desvirtuar el sentido de la protesta. Hay antecedentes. Ante la disponibilidad de material contundente, aprovechan infiltrados o manifestantes desmadrados que terminan por garantizar el traslado de los titulares informativos desde el fondo de los reclamos hacia la violencia desatada.

Como antecedentes obran la quema de la sastrería Modart en 1988 luego de un acto de Saúl Ubaldini en la Plaza de Mayo en el que la CGT cuestionó la política económica del primer gobierno postdictatorial. Lo mismo, varias veces, sucedió durante la etapa menemista, donde el eje del repudio social fueron las políticas del entonces ministro de Economía Domingo Cavallo. El macrismo dejó también esa sospecha en la primera etapa de su gestión nacional.

Este martes, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, volvió a desparramar teorías conspirativas y habló de un grupo anarquista al que nombró como “Lxs Solidarixs”. La funcionaria los acusó de promover por redes sociales una “quema” del Congreso. Lo extraño, tras ese aviso, es que las calles próximas al edificio parlamentario aparecieron con containers llenos de cascotes, bolsas con piedras, ladrillos y otro tipo de escombros.

 

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