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Casas vacías: inmobiliarias piden “incentivar” a los propietarios

Empresarios del sector salieron a fijar posición cuando en la campaña se debate suba impuestos a propiedades deshabitadas.


Empresarios del sector inmobiliario se sumaron a la discusión en torno del precio de los alquileres, eje de campaña de algunos candidatos para las próximas elecciones primarias.

La principal propuesta del empresariado consiste en “estimular” el mercado de inmuebles deshabitados, que de acuerdo con relevamientos privados es superior a la cantidad de familias sin vivienda. Y la fórmula que proponen es una desgravación impositiva para aquellos que se comprometan a “liberar” sus propiedades al alquiler durante un periodo considerable de tiempo. Es que, para los empresarios del sector, el precio de las rentas en Rosario no es superior al de otras grandes urbes del país y, “como todo comercio”, está regulado por la oferta y la demanda. Por ello proponen una intervención del Estado, pero para “incentivar” en lugar de “castigar”.

Los empresarios inmobiliarios salieron a marcar posición ante distintos proyectos que si bien por ahora están en carpeta tanto en el Concejo Municipal como en la Legislatura provincial aparecen en primer plano entre las plataformas, los discursos e incluso los debates de campaña entre distintos candidatos.

Con diferentes matices, las iniciativas pasan, por lo común, por aplicar aumentos –en algunos casos progresivos– de tasas a los inmuebles que permanezcan vacíos por largo tiempo. En ese marco, el mayor punto de conflicto pasa por la situación de sus propietarios, apuntados como especuladores, cuando existe un gran número de familias rosarinas con problemas para conseguir un techo. De acuerdo con el censo del año 2010, de las 434.977 moradas que tienen la ciudad y su área metropolitana, hay 79.978 que se encuentran “vacías”. Tanto Marcelo Gustafsson, presidente de la Corporación Empresas Inmobiliarias de Rosario, como Carlos Rovitti, ex titular de la Cámara de Empresas Inmobiliarias de Rosario (Cadeiros) y hoy al frente del Centro de Estudios Educación para Crecer, sostuvieron que la situación no resulta tan seria como parece.

“Habría que hacer una desagregación, porque muchas viviendas son una segunda propiedad para familias de localidades más pequeñas. Rosario es un centro cultural que capitalizó ese excedente del sector agropecuario, que invirtió para tener inmuebles en la ciudad para utilizarlos como una casa de fin de semana.

En el censo, esas propiedades figuran como vacías”, reveló Gustafsson, al tiempo que citó el caso de personas que regularmente visitan la ciudad para realizar trámites, compras o distintos tratamientos de salud, y que poseen departamentos propios para no incurrir en gastos de hotel.

Rovitti, por su parte, aseguró que el dato arrojado por el censo no es real. Y consideró “muy complejo” poder regular esta cuestión “desde el lado de la punición”, como describió la idea de elevar gravámenes a las propiedades deshabitadas, “porque cada inversor puede hacer lo que quiera” con su inmueble, interpretó. “Aumentar los impuestos para estos casos está plasmado en la ley nacional. El municipio puede adherir, si así lo desea. Pero hay que tratar de que las condiciones sean favorables para que el propietario deposite su confianza en el sistema y lo ponga en alquiler”, analizó.

Ante este panorama, una de las ideas pasa por reglamentar la ley 23.091 que, en uno de sus artículos, propone reducir los impuestos de Ganancias, Sellos, Valor Agregado y/o sobre los Capitales y Patrimonio Neto que pagan aquellos propietarios que realicen inversiones en inmuebles con características de vivienda común o económica, que se destinen a locación de vivienda familiar permanente o incorporen viviendas de estas características al régimen de promoción. “El objetivo es que se movilicen las unidades vacías para que se les saque provecho, paliando, simultáneamente, la problemática de familias sin techo. Pero la solución debería pasar por incentivar más que por castigar. No creo que aquellos que especulan inmobilariamente dejen de hacerlo por el hecho de pagar una tasa más elevada”, amplió Gustafsson.

De acuerdo con su visión, ese aumento en la oferta ayudaría también a controlar los valores del mercado porque “los inquilinos van a tener mayores posibilidades para elegir”. Además, el empresario estimó, sin embargo, que los alquileres fueron aumentando en igual o menor medida que los sueldos, y siempre de acuerdo al régimen de oferta y demanda. “Hay que hacer una diferencia entre los inmuebles administrados por corredores inmobiliarios y aquellos que se ofrecen directamente a través abogados o escribanías, que no tienen el ritmo del mercado y terminan distorsionándolo”, marcó a modo de explicación.

Rovitrti compartió este punto de vista. “Los precios tienen que ir subiendo en relación con las paritarias, entre el 25 y 30 por ciento. Hoy, los alquileres se pueden escalonar anualmente siempre y cuando el inquilino sepa cuánto comienza y cuánto termina pagando. Pero eso siempre está regulado en función de la oferta y demanda. La inexistencia de créditos hipotecarios para la clase media tiene mucha influencia en esta cuestión.

Pero esto no sólo sucede en Rosario, sino también Mendoza y Capital Federal, que tienen montos muy elevados, o en Córdoba y Entre Ríos que manejan valores muy similares a los nuestros”, concluyó

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