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CANDIDATAS Y CANDIDATOS

Caruana sobre los voucher de Milei: “No es estar contra una ley, sino contra el proceso participativo que tiene que ver con la democracia”

En diálogo con El Ciudadano, el primer candidato a concejal por el Frente por la Soberanía Popular señaló como ejes de sus proyectos el trabajo, la salud y el ambiente


Créditos: Franco Trovato Fuoco

El secretario de Salud municipal -quien se tomó licencia para presentarse a comicios- y actual candidato a concejal por el Frente por la Soberanía Popular destacó la necesidad de defender las políticas públicas para garantizar derechos y cuidar a la población.

En diálogo con El Ciudadano, Leonardo Caruana señaló como ejes de sus proyectos el trabajo, la salud y el ambiente, al tiempo que resaltó la importancia del diálogo con las organizaciones y vecinales de cada barrio para generar procesos más democráticos.

—¿Cómo analizás el resultado de las Paso provinciales y qué expectativas tenés para el 10 de septiembre?

—A partir de la presencia histórica de los centros de salud tenemos un vínculo con las organizaciones sociales e intensificamos nuestra campaña a partir del diálogo y las conversaciones con cada uno de los lugares de la ciudad donde hay condiciones complejas desde el punto de vista social y económico que se han intensificado estos últimos tiempos. 

En este momento, donde quizás grandes bloques hegemónicos monopolizan la visibilidad pública política en la calle, nosotros con recursos económicos más limitados podemos también ser una fuerza disruptiva. No sólo los disruptivos tienen posiciones neoliberales. Lo disruptivo puede ser también trabajar con coherencia, con el sentido y los valores que tenemos desde hace mucho tiempo y que vamos a sostener.

—¿Cómo evalúas el armado del frente opositor con el que se presentaron y la propuesta de una alternativa a las dos grandes alianzas? 

—Hacemos una evaluación buena de las primarias porque había 54 listas y somos una fuerza que recién se constituye, si bien hay referencias con mayor conocimiento como Carlos Del Frade, Claudia Balagué o Palo Oliver. Estábamos construyendo con otros sectores, pero pusimos un límite a las alianzas con el PRO o Juntos por el Cambio y por eso se decidió mantener la posición histórica de la cual venimos. Con todo eso y con recursos económicos más limitados pudimos ser la cuarta fuerza y entrar en las generales con una valoración positiva, porque hubo un reconocimiento al trabajo histórico y una sensación de que somos distintos. Trabajamos mucho con Sofía Botto porque nos interesa ser una fuerza que tenga posibilidades de dar discusiones políticas dentro del Concejo. 

—¿Cómo se puede trasladar tu experiencia en gestión estatal a un cargo legislativo? 

—Vengo de una experiencia en gestión en Salud Pública con instituciones que trabajan 24 horas 7 días, que han atravesado muchas crisis de la ciudad y nos da un capital que es el conocimiento del Estado. Pienso a la práctica médica y a la gestión como una práctica política porque asumo que las prácticas en el Estado son para transformar las condiciones de vida de la población, no sólo para hacer intervenciones de medicamentos y tratamientos. Entiendo que éste es otro espacio con otra dinámica a la que uno le puede poner su perspectiva. Nos interesa que las oficinas no se cristalicen. Trabajar con otras y otros, y también por fuera de las instituciones. Creo en la construcción colectiva porque la otra nos distancia y no permite abordar problemas estructurales, desencadena enojos que terminan siendo capitalizados con propuestas que vienen a reducir derechos, a hacer recetas que ya se editaron en la década de los 90 y que generaron profundas marcas y cicatrices que hoy todavía estamos viviendo. Esa repetición hace una autocrítica a la construcción política y a todos los espacios ejecutivos y legislativos. Hay que revisarlos y mirar críticamente cómo y por qué llegamos hasta acá.

En diálogo con El Ciudadano, el candidato a concejal por el Frente por la Soberanía Popular señaló como ejes de sus proyectos el trabajo, la salud y el ambiente, al tiempo que resaltó la importancia del diálogo con las organizaciones y vecinales de cada barrio para generar procesos más democráticos.

Foto: Franco Trovato Fuoco.

 

—¿Cómo analizás el resultado de las Paso nacionales? Te pronunciaste en contra de cualquier medida que atente contra la salud pública.

Mi posición hacia la propuesta de salud de Milei la hice como trabajador de la salud y como gestor desde hace 30 años. Este proceso busca reducir lo público en salud y en derechos. Nos enojan los privilegios de la política y nos enoja cuando hay un área que no resuelve problemas, pero la solución no es el recorte o dejar que las leyes de la oferta y la demanda regulen las políticas públicas. Es una matriz que no es sólo salud y educación, sino también ley de cardiopatías congénitas, derechos sexuales y reproductivos, ley de Salud Mental. Estos ejemplos que el referente de la supuesta libertad plantea tienen en común que son leyes hechas por movimientos colectivos. Se sancionaron en la Cámara de Diputados y en Senadores pero los orígenes tienen que ver con los movimientos de organizaciones sociales y colectivos. No es estar contra una ley, sino contra el proceso participativo que tiene que ver con la democracia. Eso es lo grave. Es una ficción creer que un voucher o un carnet garantiza derechos y acceso. Tenemos que revisar críticamente al Estado pero nunca arrasándolo, sino discutiendo en profundidad.

—Desde tu experiencia y después de una gestión en pandemia, ¿se puede garantizar el cuidado de la salud de una población desde el ámbito privado? 

—Una pandemia y los problemas complejos que hoy atraviesa la ciudad, como consumos problemáticos y violencias, necesitan una participación clave de lo estatal. Trabajar con 50% de desigualdad estructural, 50% de pobreza y 20% de indigencia requiere de esa matriz estatal que cuide. El ejemplo concreto es la vacunación. Los medios de comunicación difundían la utilidad de la vacuna, había una aplicación para el celular, estaban los vacunatorios. Sin embargo, si los centros de salud no salían a buscar a sus pacientes con factores de riesgo, más de 25.000 personas se quedaban sin la vacuna porque no habían podido acceder pese a toda esa oferta. Hay una población que tiene más condiciones para demandar que otra. El acceso a la salud no puede quedar sólo librado a la necesidad y a la demanda individual. Además es necesario tener información para tomar decisiones y la producción pública de medicamentos para que en momentos inflacionarios puedas tener derecho al acceso. 

—También para un abordaje integral de la salud…

—Plantean que la salud es la atención de un grupo de enfermedades y el acceso a un determinado número de prestaciones, prácticas o medicamentos. La salud es mucho más. No es sólo ausencia de enfermedad biológica sino luchar contra las condiciones que limitan la vida: el acceso a la cultura, al agua, a la vivienda digna, la prevención y promoción de la salud, trabajar contra las epidemias, en los consumos, en el hábito de dejar de fumar, de hacer ejercicio, de una alimentación saludable. Eso no se trabaja por un carnet cuando estoy enfermo. Es un posicionamiento sobre la salud a partir de la construcción del sistema público, de trabajadores y trabajadoras de la salud que todos los días miran integralmente los problemas. 

—¿Cómo ves el panorama nacional de cara a octubre? ¿Creés que la política tradicional tiene posibilidades de reacomodarse? 

—Hay que seguir dando estas discusiones porque hay mucha gente que votó enojada. Muchos de los que votaron tienen el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) en calle Pellegrini, pero podría no estar si la política no hubiera financiado un hospital, que independientemente de que tengas cobertura o no, atiende a víctimas de accidentes. Hay que dar la discusión con ejemplos concretos, simples y sencillos en relación a lo que se pierde. La política tradicional tiene que hacer autocríticas. Ver grandes carteles por Avenida Circunvalación sobre casitas donde hoy tienen dificultades para el acceso al alimento enoja a las poblaciones y hay que empezar a revisarlo.

—En relación con tu candidatura al Concejo municipal, ¿qué proyectos llevarás al recinto? 

—Uno de los ejes es cuidar los derechos que tenemos. Es importante materializarlos en ordenanzas para sostenerlos y amplificarlos, independientemente del color y los lineamientos políticos. La matriz de las ordenanzas debería contemplar al menos tres ejes: desigualdades; trabajo; salud y ambiente. En cuanto a la desigualdad y el trabajo, jerarquizar presupuestos para generar becas y posibilidades de laburo a jóvenes y darles acceso al trabajo. 

Otra discusión es la nocturnidad y cultura para integrar la ciudad. En los barrios no hay ofertas de nocturnidad. Debemos pensar ofertas público privadas con los paseos comerciales y organizaciones de cada distrito para que la noche no sea sólo posibilidad de quienes tengan condiciones más acomodadas o vivan en el centro. Lo mismo con la cultura. La nocturnidad tiene que ver con la ocupación del espacio público. El abordaje de la seguridad no pasa sólo por el control, sino también por el acceso a otras cosas. El Concejo puede aportar para la construcción de una ciudad más igual. 

El eje de las propuestas es discutirlas con quienes conocen los problemas. Avanzar en un camino más vinculante con las vecinales de cada barrio en las decisiones políticas. Acercar más procesos de democracia directa. Escuchar y conversar porque no va a alcanzar con un eslogan o con proyectos individuales dada la complejidad de los problemas que atravesamos. Hay que hacer un esfuerzo teórico, intelectual, de discusión y de conversación. No se mide la eficacia de un concejal por la cantidad de ordenanzas que produce sino por las posibilidades y aportes a la transformación. Queremos llevar toda la experiencia y la historia de trabajar seriamente al Concejo porque creemos en la potencia del trabajo colectivo.

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