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Carolina Díaz: de ser la chica alegre que le gustaba bailar a morir quemada por su pareja

Tras conocerse la sentencia que condenó a la pena máxima a Luis Grandi por el femicidio de Carolina Díaz, la familia afirmó que se cierra una etapa dura y que no quieren recordar a Carolina como la vieron por última vez

Por Anabela Tramontini / Especial para El Ciudadano

«Se hizo justicia, que se pudra en la cárcel ese hijo de puta, por mis tres nietos, por toda la familia y por nuestros amigos que nos acompañaron. Ahora vamos a estar un poco más tranquilos porque era día a día estar pendiente de lo que nos podían decir nuestros abogados, mi hija va a poder descansar en paz ahora y yo la voy a soltar, para que ella pueda descansar en paz porque hace tres años y medio que no la dejaba descansar». Así resumió Poli, la mamá de Carolina Díaz, luego de que condenaran a prisión perpetua a Luis Grandi, por el delito de homicidio agravado por el vínculo contra Carolina y por abuso sexual simple cometido a la hija de la víctima.

Carolina, la chica alegre que le gustaba bailar

Jaquelina, la hermana menor de Carolina, fue una testigo clave para la reconstrucción del hecho, y sus declaraciones en el juicio oral fueron escalofriantes sobre lo que ocurrió ese mediodía en Islas Malvinas al 4200. Ella declaró ante el tribunal, que cuando llegó vio a Carolina desnuda sólo con su corpiño puesto debajo de la ducha, y a Grandi a su lado, y cuando le preguntó por qué no se había sacado el corpiño, Carolina le respondió que era porque no » tenía manos» y le mostró cómo sus palmas estaban llenas de ampollas y sin piel. Fue Jaquelina junto a su mamá y una vecina que envolvieron a la víctima en una sábana mojada y la subieron al auto de un vecino para llevarla al Catalina Salomón, el Centro de Salud de Puerto General San Martín, porque la ambulancia nunca llegó.

«Siento alivio, que la podemos dejar en paz, vamos a seguir como hasta ahora, pero dejando de remover ese 19 de febrero de 2021, se cierra ese día y no lo vamos a revivir más. Remover eso, me movió mucho, no quiero recordar más como a mí hermana se le caía la piel y quiero recordarla como ella era, una persona alegre, haciendo chistes o contando anécdotas de cómo se caía de la moto, la quiero recordar siempre así. Ella siempre fue muy alegre derramaba alegría y la quiero recordar como ella era y no como la última vez que la vi», relató Jaquelina-

También Hipólita, su madre, y Cintia su hermana recordaban que Carolina era la que cantaba karaoke, le gustaba bailar, vestirse a la moda y hacer chises, pero que esa forma de ser cambió totalmente cuando conoció a Grandi, volviéndose cerrada, cambiando su forma de vestir y hasta por obligación de su pareja se hizo una nueva cuenta de Facebook: “Ella jamás estando Luis pudo ser la Carolina que era antes, camio todas las actitudes, de bailar, hacer chistes, ya no se juntaba con  nosotros a comer, y no venía”.

También quedó probado el abuso sexual que padeció la hija del medio de Carolina cuando tenía entre nueve y diez años. La cámara Gesell y la declaración de sus psicólogos confirmaron que Grandi la tocaba cuando la niña se iba a acostar, y que esto le provocó una reacción agresiva, traumas y llantos continuos, hasta que pudo hablarlo con su abuela.

El juicio

Para la Fiscalía, en el juicio se pudo probar que Luis Alberto Grandi, roció con nafta a Carolina y luego la prendió fuego con un encendedor. La mujer fue trasladada con código rojo en helicóptero sanitario al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez donde murió 31 días después a raíz de las quemaduras.

“Estamos conformes con la resolución del caso, que se hizo justicia y entendemos que en los alegatos se probaron todos los elementos que se iban a probar, y con la satisfacción de haber cumplido con lo que prometimos y esperemos que quede firme. Nos llamó la atención la disidencia de Minetti porque entendemos que la prueba era contundente, que la de la Defensa no lo fue, sumado a la posición defensiva de Grandi que prestó declaración dos veces, entendemos que no fue contundente”, sostuvo el fiscal Carlos Ortigoza tras conocerse la sentencia.

En ese sentido, la Querella, se mostró sorprendida por la decisión de Minetti y adelantaron que apelarán el fallo: “Esperábamos que la Dra, Minetti encontrara los fundamentos, a los cuales vamos a apelar, igualmente esperábamos desde un principio esto, porque tenemos la certeza de que Luis la prendió fuego y la mató a Carolina. Estamos felices con el resultado, más allá de la resolución de Minetti”, expresó la Dra. María Laura Maderna quien trabajó en conjunto con el Dr. Gabriel Filippini.

Durante los alegatos de cierre, el Fiscal Ortigoza hizo un resumen de todos los testimonios que pasaron por el juicio; desde médicos, vecinos, ambulancistas, bomberos. Todos coincidieron en lo mismo: que aquel mediodía del 19 de febrero de 2021, en Islas Malvinas al 4200, a Carolina la encontraron debajo de la ducha, y a su pareja ayudándola a apagar las llamas. Había fuerte olor a nafta, pero no había nada más quemado, ni los muebles, ni las motos, ni los bidones, sólo una palangana que tenía restos de combustible que estaba abollada por el calor en los costados, ni siquiera el hombre, que tenía algunas heridas superficiales en los brazos.

La mamá de Carolina, relató que se encontraba ese día en su casa cuando llega una vecina 13.20 horas, “me que Carolina se había incendiado, cuando ingreso a la casa había un montón de vecinos. Llega Cintia que es su hermana, le pregunto qué pasa y me dice <Carolina má> agarrándose la cabeza, cuando entro a la casa siento un olor fuertísimo a nafta, me acerco a Carolina que estaba debajo de la ducha desnuda, solo tenía el corpiño, le pregunto qué pasó Carolina, y me dice >quédate tranquila má>”.

Con Jaquelina, su otra hija tomó una sábana, pero Carolina no quería que la envolvieran porque tenía miedo de que su piel quedara pegada a la tela: “Jaquelina le preguntó porqué tenía el corpiño puesto y ella le respondió que no tenía manos, cuando la miro no tenía piel, estaba derretida como una vela, era una sola ampolla, se le veían los huesitos” contó Hipólita entre lágrimas ante el tribunal.

“Mojamos las sábanas y la sacamos afuera, cuando salimos con ella con gesto de dolor le dice Luis vamos. Una vecina había llamado a la ambulancia y como no llegaba la llevaron en un auto particular de otro vecino al Centro de Salud Catalina Salomón de Puerto General San Martín, cuando ingreso yo, ella ya estaba en la camilla intubada con respirador. Me dijeron que si no la intubaban no llegaba a San Lorenzo”. Luego el helicóptero sanitario se llevaría a Carolina al HECA y a su pareja en ambulancia al Sanatorio Parque.

La mujer reveló en el juicio, que los hijos de Carolina, que tenían 7 y 10 años en ese momento, fueron testigos de lo ocurrido mientras almorzaban. La hija mayor de la víctima le cuenta a su abuela que Luis Grandi había llegado de su trabajo (era playero de una estación de servicios de Puerto General San Martín, muy enojado, porque el perro que tenían había mordido al nieto de una vecina y ésta se lo había reprochado a él manteniendo una discusión. Esa situación lo había puesto muy molesto y llegó a la casa enojado y quiso patear el perro. Allí Carolina defendió al animal, diciéndole a él que era de los chicos.

“Mi nieta estaba comiendo y dijo que sintió un grito que fuerte diciendo ¡NO! y dice que la ve a mamá en el piso haciéndose una milanesa como revolcándose. Mi nieto, me cuenta que sale mira a su mamá prendiéndose fuego y vuelve al dormitorio, mi nieta lo abraza y salen al patio a pedir ayuda a los vecinos”.

Antes el menor le contó a su abuela que escucha que cuando estaban discutiendo y que reconoce un ruido como chic chic chic como un chispero, como un encendedor antes de que se prendiera fuego su mamá y que “el día se puso gris”.

Fue crucial el testimonio de los dos bomberos zapadores de San Lorenzo que participaron de las pericias del incendio y de la reconstrucción del hecho que se hizo con un maniquí al que prendieron fuego, y comprobaron que el muñeco presentaba las mismas lesiones que Carolina.

El bombero Esteban Giménez quien lleva realizadas 393 pericias en el circuito judicial relató que llegó cerca de las 18 horas del 19 de febrero de 2021 y que le llamó la atención lo limpio que estaba el lugar y que no había rastros de incendios, donde no había nada fuera de lugar, ni siquiera en la media sombra estaba quemada y que el piso estaba húmedo como si hubiese sido baldeado. Que encontró un pedazo de vidrio como si fuera un plato, pero que no pudieron concluir que haya habido allí un incendio.

Explicó ante las consultas del bloque acusatorio que, si se hubiesen combustionado los gases, los bidones deberían haber estado quemados, si el gas se combustionó por cualquier chispa, (como la de un encendedor), los bidones se deberían haber quemado.

«Las motocicletas estaban dentro de la pieza y no tenían rastro de incendio o flamazo o combustión. Estaban quemadas las zapatillas, palangana y prendas; una remera, una calza, zapatillas, la derecha la más afectada con un acelerante líquido y la palangana combustionada de dos costados y puede que haya tenido vestigios de combustible», indicó.

También explicó que para que se produzca un incendio, se necesita oxígeno, un combustible; se puede presumir que haya hidrocarburo «y la fuente de ignición que es lo que nos falta, porque no encontramos nada. No encuentro vestigios dentro de la habitación, deberíamos encontrar las dos zapatillas parejas, rastros en la moto, en la media sombra, por la combustión. Si fuese una explosión debería haber una importante combustión de gas y las dos personas deberían bastante parejas en las quemaduras», situación que no ocurrió porque de las declaraciones de los médicos se desprende que mientras Carolina tenía el 80% de su cuerpo quemado, desde las piernas, abdomen, mama, y manos, su pareja sólo tenía quemaduras en los brazos y en el rostro.

«Podemos ver siendo objetivos en qué sentido fue ( el incendio) por las marcas y lesiones, el sentido es sobre el lateral derecho donde está más afectada la parte baja donde hay disminución de masa corporal; se puede ver el músculo de la pierna, que  coincide con la zapatilla más quemada y que fue de derecha a izquierda; la pierna izquierda está quemada de la parte interior, lo que condice que el fuego vino desde la derecha, la bombacha está  sana del lado izquierdo y del derecho quemado, lo mismo con los brazos y las piernas. La persona se quema más de la derecha a izquierda y de derecha hacia arriba. Las quemaduras llegaban hasta el mentón», analizó el bombero.

Y añadió: «No me da la pauta que haya sido una explosión de gases, si me da el uso de un acelerante antes de que se prendiera fuego, del lado derecho y de las piernas. Si estuvieron las dos personas dentro de la habitación, las dos personas se quemarían en el lugar en la zona más baja. Ese vapor está en la zona baja y pareja, la cantidad de gas acumulada debería haber quemado cortina, media sombra y motocicletas».

Además, precisó que, si Carolina hubiese encendido un cigarrillo, (como Sostuvo Grandi en su defensa) suponiendo que tenía acelerante, se hubiera quemado primero la mano y si hubiese usado un encendedor cerca de la cara estaría quemada y la parte externa de la mano, lo que no ocurrió.

Por su parte, el bombero Edgardo Espíndola concluyó en su informe que: «Basándonos en los elementos objetivos podemos arribar a una hipótesis donde el líquido combustible nafta habría sido arrojada desde el frente hacia el costado derecho de Carolina, y en cuanto al victimario nos indica que se encontraba el frente y al derecho de la víctima cuando empezó el fuego».

 

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