«Les quiero decir que tener identidad es lo más lindo que hay, fueron muchos años de sentir dudas y un gran vacío», declaró hoy Francisco, de 32 años, ante decenas de periodistas y fotógrafos en la sede de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, de la Capital Federal.
Francisco Madariaga, que hasta la semana pasada llevaba el nombre de Alejandro Gallo, es hijo de la médica Silvia Quintela y de Abel Madariaga, actual secretario de Abuelas, quien sobrevivió a la represión gracias a que logró exiliarse en Suecia tras el secuestro de su mujer.
El joven ofreció este mediodía junto a su padre y la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto, una conferencia de prensa en la que fueron recibidos con euforia y aplausos.
Allí, contó que siempre sintió que no pertenecía a la familia que lo crió. «Era una familia muy violenta y yo sentía que no me parecía a nadie».
«Fueron años muy oscuros. Dudé mucho. Era raro sentir que tu propia familia no te dejaba avanzar y no te ayudaba en nada», confesó, y añadió que tenía dos «hermanos» (hijos del matrimonio que se apropió de él), una mujer y un varón, a los que calificó también de «víctimas» y con quienes dijo «no tenía parecido físico alguno».
El muchacho se enteró la semana pasada de su verdadera identidad cuando se conocieron los resultados de muestras de ADN que se habían tomado a principios de febrero aconsejado por la institución que preside Carlotto.
Télam