Ciudad

Un conflicto sin final

“Cargill va a arruinar a nuestras familias”

Uno de los 44 telegramas de despido le llegó a Claudio Campos: tiene 36 años y desde hace 5 trabaja en el área de descarga en la planta de Punta Alvear. En diálogo con El Ciudadano contó lo que viven luego de este jueves la empresa ratificara en el Ministerio de Trabajo los 44 despidos.


Claudio es uno de los 44 despedidos en Cargill y esta mañana estuvo en el Ministerio de Trabajo.

Luego de la audiencia que se realizó este jueves en el Ministerio de Trabajo de la provincia –de Ovidio Lagos y San Lorenzo– entre los representantes de la empresa Cargill y el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de Rosario (Soear), la multinacional sigue con la misma postura: dejar afuera a 44 trabajadores. El próximo 7 de marzo, a las 10, habrá nueva audiencia en el organismo.

“El Ministerio de Trabajo de la provincia intercedió entre la empresa y el sindicato y extendió la conciliación obligatoria hasta el próximo 7 de marzo. Vamos a seguir haciendo asambleas con los compañeros. Es una gran pelea y tenemos que estar unidos para sacar un buen resultado. Hay que tomen conciencia que este gobierno no quiere a los trabajadores”, dijo a El Ciudadano Hernán Schenberger, uno de los delegados de la planta de Punta Alvear. Y agregó: “No es sólo una batalla contra Cargill, es una lucha a nivel nacional de la clase trabajadora”.

Uno de los 44 telegramas de despido le llegó a Claudio Campos: tiene 36 años y desde hace 5 trabaja en el área de descarga (movimiento), en la planta de punta Alvear.

“Desde la parte administrativa de la empresa nos apretaban. Nos decían que si no aceptábamos el retiro voluntario de 200 mil pesos estábamos despedidos. Es decir, que no era un retiro voluntario sino un despido con aviso”, contó Campos.

Claudio tiene dos hijos de 11 y 6 años que mantener y un crédito hipotecario de vivienda familiar para pagar todos los meses. Claudio reclama, junto con los otros 43 despedidos, la dignidad de trabajar.

“Quieren romper el futuro de nuestros hijos por un capricho, van a arruinar a nuestras familias. No tienen motivos para echarnos. Soy sostén de familia, los chicos tienen que ir al colegio y necesitan comida y ropa. Estamos muy preocupados y amargados. Afortunadamente tenemos dirigentes en los que confiamos y nunca nos van a soltar la mano”, expresó Campos.

La voz del sindicato

Sergio Díaz, del sindicato de Aceiteros de Rosario, contó a este diario que la multinacional Cargill sigue manteniendo la posición de no llegar a un acuerdo.

“Quieren despedir a los compañeros sin causa, queremos hablar caso por caso y demostrar que no tienen motivos para echarlos. Son trabajadores que hacen sus tareas habituales y normales”, detalló el secretario de prensa del gremio.

Díaz especificó que el trabajo que realizan los operarios en la planta no es light, todo lo contrario, es muy intenso. “Conviven con el polvillo de cereales, entre otras cosas. Lo hacen con la angustia de ir a trabajar todos los días y que la empresa siga sosteniendo la postura de echarlos”, advirtió. Y concluyó: “La empresa está capacitando a una parte del personal. Es decir, los mismos que recibieron el telegrama de despido, les están enseñando a otros compañeros su trabajo. Son perversos”.