El ministro de Economía, Luis Caputo, ratificó que la paritaria del gremio de Camioneros “no será homologada” por el gobierno. “No podemos convalidar aumentos del 25% cuando la inflación está bajando”, sostuvo en una entrevista con el canal de noticias TN, tras anticipar a otros medios que el índice de precios de marzo dará una cifra en torno al 10%. La Federación de Camioneros había acordado un aumento del 45% en dos tramos, 25% para el sueldo de marzo y 20% en abril, pero no había sido oficializada, por lo que el triunviro de la CGT Pablo Moyano advirtió que si para este lunes no se homologa, los trabajadores irán directo al paro: “No se va a mover una hoja, una pluma en todo el país”, advirtió.
La movida de Caputo ratifica que la visión del gobierno de Javier Milei es corregir la inflación a través del salario, y no de las tarifas –que contabilizan nuevo aumento de combustibles, subas en curso en electricidad, gas y agua– ni tampoco por regulación o acuerdos de precios, cuyas herramientas fueron derogadas –casi todas– con el decreto de necesidad y urgencia 70/2023. Es decir, un proceso en el que los trabajadores pierden poder adquisitivo y las empresas energéticas y de productos indispensables, como las alimenticias, ganan recursos.
Pero a la par el ministro metió una cuña en la propia CGT, ya apenas pocos días atrás el gobierno sí homologó el acuerdo en el sector de Sanidad, que conduce el triunviro Héctor Daer: un 30% para febrero y un 12% en marzo, acumulado que da un 46,5% sobre los salarios de diciembre en el sector. Y además en el marco de un compromiso de monitoreo permanente de las variables económicas: no es una cláusula gatillo, pero casi.
En rigor, además del acuerdo de Fatsa con el sector patronal –al que se forzó con un paro nacional de 24 en todo el sector Sanidad– otros 22 acuerdos salariales de gremios alineados con Daer fueron homologados por la Secretaría de Trabajo –que depende del Ministerio de Capital Humano, de Sandra Pettovello–, lo que fue interpretado como una palanqueada del gobierno en la interna de la CGT, en la que Camioneros está coaligado con los sectores más combativos.
No está claro el éxito de gobierno en la maniobra de contrapesos, pero es claro que Caputo empleó palabras de desafío sobre el acuerdo de Camioneros: “No lo vamos a homologar porque tiene que tener una lógica la paritaria. Las paritarias son libres, pero vos después, como regulador con la Secretaría de Trabajo, tenés que homologar eso. ¿Por qué vas a homologar algo que te va a generar un problema?”, lanzó.
Y ante la pregunta si el Estado se debería “meter”, apeló al malabarismo: “El Estado no se mete en el sueldo, pero sí está establecido que tiene que homologar las paritarias. Si está establecido eso, te tiene que parecer razonable lo que tenés que homologar”. Y marcó que el secretario de Trabajo, Julio Cordero –quien reemplazó al eyectado Omar Yasín, culpado por una disposición de aumento de sueldo presidencial que él no firmó pero Javier Milei sí– va a homologar el acuerdo de Camioneros, pero sólo “si le parece razonable”.
Con todo, Caputo marcó un cambio en la lógica del gobierno de culpar a “la emisión monetaria” por la inflación, cuyos niveles duplican y hasta triplican los peores indicadores del gobierno anterior, a responsabilizar a los salarios de los trabajadores: “Si los incrementos salariales se otorgan muy por encima de la inflación, eso provocaría una escalada de precios”, dijo en la entrevista con TN.
La definición deja al margen la pérdida de poder adquisitivo de los sueldos de trabajadores activos y los haberes de jubilados frente a aumentos siderales en bienes y servicios, que sí son acompañados por el gobierno nacional.
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